Desde 2020 sigo la actividad de la extrema derecha (grupúsculos, partidos, outsiders) en España y en nuestro entorno, obtengo información en fuentes abiertas y comparto mis análisis.
En la últimas semanas he observado que la situación en España está empeorando muy rápido 🧵
En la últimas semanas he observado que la situación en España está empeorando muy rápido 🧵
En Vox se han apropiado de lemas falangistas y franquistas en más de una ocasión. Generalmente pasa desapercibido. La semana pasada Macarena Olona utilizó en la tribuna del Congreso una frase que José Antonio Primo de Rivera pronunció en el acto fundacional de la Falange en 1933. 
La actividad online y offline de grupos neonazis y neofascistas se intensificó con la pandemia y ahora con la inflación. Muchos se presentan como asociaciones de vecinos (Madrid Seguro=neonazis Chueca) o mediante acciones solidarias: reparto de alimentos para españoles (blancos).
Ya no existen diferencias relevantes entre lo que estos grupos dicen sobre los migrantes y árabes y musulmanes que nacieron y/o viven aquí, y el discurso de Vox. Ambos enuncian el gran reemplazo, conspiración anteriormente contenida en los circuitos de la ultraderecha violenta.
La conspiración no es inofensiva, inspiró manifiestos supremacistas y tiroteos como el de Buffalo con 10 asesinados el 14 de mayo. Señalé las declaraciones de Abascal y Buxadé, solo eso, y recibí este tipo de mensajes: «Cuando Laura Méndez sea violada por una manada de negr0s...»
Las descalificaciones, el odio y las «advertencias» que recibimos quienes investigamos y divulgamos sobre la extrema derecha cada vez son más frecuentes. Hace poco encontré mi foto de perfil en un foro con comentarios sexuales y este mensaje: «hay que empezar a cerrarles el pico»
El Ayuntamiento de un municipio de Castellón ha revocado la autorización para unas Jornadas de Memoria Democrática por temor a que pueda ir gente con bates de béisbol a pegar a los asistentes. Esta cesión a la extrema derecha no augura nada bueno: cedes una vez y cederás siempre.
A esto hay que sumar las operaciones de intoxicación que implementan en redes conocidos outsiders (ante la última espero que actúe Fiscalía). Es fascismo. Fascismo adaptado a nuestro tiempo y debería ser motivo de preocupación para todos los demócratas de izquierdas y derechas.
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