Llevaba todo el día con el Cejas, habian hablado un rato de las novedades del negocio y bromeado, un par de reuniones con alguna banda para suministrarles nabos...
Estaban en el Gym, Carlo miró su reloj, eran las 15:00, se levantó y fue hacia su taquilla, el Cejas lo siguió.
- Donde vas pichón?- preguntó el Cejas al ver a su jefe cambiarse de ropa.
- Tengo que ir a recoger a alguien, voy a estar el resto de día ocupado, si pasa cualquier cosa llamame pero tienes los nabos y todo, puedes ir vendiendo alguno o lo que sea, ya sabes- dijo el italiano.
Se puso su chaleco amarillo, se miró al espejo y salió de gimnasio. Fue a sacar el coche y condujo hacia el aeropuerto.
Al llegar aparco el coche en una de las puertas y salió para esperar junto a él. 20 minutos pasadas las 16:00 una chica de pelo oscuro, piel de porcelana y unos
grandes ojos verdes salia por la puerta. Levanto su mano mirando al joven Italia y le sonrió.
Carlo al verla empezó a caminar hacia ella con una sonrisa en su cara.
- Ciao bella - dijo al llegar a ella agachandose un poco dejando un beso en su mejilla y cogiendole la maleta.
- Ciao Carlo! - respodió ella con una amplia sonrisa en su cara.
El chico la rodeó por el hombro y ambos se dirigieron juntos hacia el coche.
- Bueno cuentame, que pasa? - dijo la chica con una cara mas seria en cuanto subieron al coche.
- Tranquila, tenemos tiempo para que te cuente y... aún no estoy preparado - la cara de Carlo cambió a un semblante de tristeza - Bueno, que te apetece hacer? - miró hacia la chica tratando de sonreir para no preocuparla más.
- Vamos a tu casa, me gustaria darme una ducha, cambiarme de ropa y dejar las cosas. Luego podemos ir a comer algo que ¡¡me muero de hambre!! - dijo ella sonriendo y posando su mano sobre el antebrazo de Carlo mientras lo acariciaba.
El chico asintió sonriéndole y emprendió su marcha, volvía a sentirse seguro y en casa después de tanto tiempo y eso era justo lo que necesitaba en ese momento.
Al llegar al motel "La Perrera" la chica miró a Carlo con cara de desconcierto.
- Vives aquí? - preguntó
- Si, las cosas han cambiado un poco, pero tranquila no esta tan mal. - dijo bajando del coche.
Entraron a la habitación, la chica cogio su maleta y la puso sobre la cama para abrirla y coger algo de ropa, Carlo la observaba desde la entrada a la habitación.
- y el baño?
Carlo le señaló la puerta que estaba justo a su lado. La chica fue hacia allí con sus cosas y al pasar junto a Carlo esté la abrazo fuerte, en silencio, posando su cabeza en su hombro. La chica respondió al abrazo rodeandole entre sus brazos y acariciando suavemente su cabello.
- Tranquilo caro, estoy aquí. - dijo ella con una voz suave y calmada.
- No imaginas cuanto he extrañado esto Mónica. - contestó besándole el hombro y soltando su amarre para que pudiera ir a ducharse.
Se separaron juntando sus miradas en absoluta complicidad, Mónica fue al baño a ducharse mientras Carlo se sentó a los pies de la cama para esperarla.
Al salir la chica llevaba un vestido sencillo de tirantes negro hasta las rodillas que se ceñía perfectamente a su cuerpo.
Al verla Carlo se levantó.
- Estas espectacular - dijo mirándola fijamente.
- Como siempre no? - soltó ella guiñándole un ojo y sonriéndole - anda vamos a comer algo. - hizo un movimiento con su cabeza para que el italiano la siguiera.
Subieron al coche y se dirigieron hacia el Love room para comer algo.
- ¿Traes a alguien que acaba de llegar de Italia a comer a un Italiano? - bromeó ella.
Carlo se rió sonoramente pasando su mano por la cintura de ella y dirigiéndose al establecimiento.
Se sentaron en una de las mesas y comieron mientras disfrutaban de una agradable charla banal y algunas bromas.
Continuará...
• • •
Missing some Tweet in this thread? You can try to
force a refresh
La reunión con el Tellas dejó a Carlo con una sensación rara, la muerte de Igor le había afectado más de lo que esperaba y lo último que dijo no dejaba de dar vueltas en su cabeza.