Lo prometido es deuda.
Voy a contar 3 anécdotas de la época en la que #Romario estuvo en el @valenciacf y yo empezaba mis pinitos como periodista. Lo hacía siguiendo la información para una pequeña radio local. Onda 1 Valencia.
A ver cómo os contaría yo: #Hilo
Romario llegó a Valencia en una época convulsa. Escribí alguna reseña anteriormente para algunos blogs. Como aquella de Chemo Del Solar. Se firmaban jugadores de toque, (para Valdano) y a mitad temporada, se despedía a Valdano, llegaba Ranieri y los echaba a correr. En fin.
Con #Tronaor de Presidente empezamos la casa por el tejado y llegaba a Valencia un verdadero crack mundial que fue muchísimo, pero mucho menos de lo que su talento le daba para aspirar. Pudo ser el mejor 9 de la Historia. #Romario
Para quien no lo conociera, se perdió dos shows.
Uno, el que daba en el campo... y otros, el Romario de la calle, especialmente, el Romario de "la noche".
Este chico dijo sin tapujos y en rueda de prensa: "La noche es mi amiga".
Frase que marcó mi existencia desde entonces hasta bien entrados los 30 tacos.
Un verdadero fenómeno.
Me hubiera gustado mucho jugar algún partidillo con Romario, que me consta que lo hizo varias veces, porque al tipo el fútbol profesional no "le ponía", pero cualquier pachanguita de colegas, le molaba. Y lo sé de primera mano.
Eso... y "los retos".
Le gustaba hacer pequeñas apuestas. Y no se cortaba un duro a jugar contra cualquiera, especialmente en la playa.
Y en Brasil es fácil verlo jugando futvolley o alguna pachanguita con propios y extraños.
Eso, me hubiera gustado. #Romario.
Pero más aún me hubiera gustado pasar un par de noches con él en plan, su colega, porque ni ha habido ni creo que haya crack mundial a un nivel más alto que este fenómeno.
Voy con las anécdotas:
#AnecdotaRomario 1) Tras una pretemporada regulera y muchos dramas en las presentaciones, después del partido en El Sardinero, [3-2], tras el segundo gol (0-2) de Romario, el equipo hace un cuadro importante y se decide que una cena arregla esto.
Se van de cena, (me ahorro el tema de Zubizarreta que quizá cuente en otro hilo, ¡o no!). Al terminar sacan la cuenta y se ponen todos a hacer números.
Romario se levanta y les dice a todos:
"Señores, ¿ustedes han cobrado? Porque yo ha cobré la primera ficha y el mes".
Se miran los unos a los otros y asienten, unos más tímidamente y otros decididamente. "Sí, hemos cobrado".
Romario: "¿Y están haciendo cuentas de cuánto sale una cena? No se preocupen. Yo pago ésta.
Somos todos millonarios y estamos a ver quién suelta cien mil pesetas".
Creo recordar que esa fue la factura en el Restaurante en La Alameda. (La cifra puede ser otra, no la recuerdo, pero mi amigo de la plantilla me la dijo bastante exacta).
Romario paga y dice: Y ahora nos vamos a tomar unas copas. Esta noche invito yo y la próxima otro.
A las copas no va ni media plantilla, (el entrenador era Luis Aragonés) y estás cosas no le gustaban mucho.
Después de mes y medio, la cosa no va mucho mejor y se vuelve a quedar para otra cena.
Llega la hora de la factura.
Todos se miran entre sí... pero nadie suelta la mosca.
Romario se vuelve a levantar y dice: "Veo que este mes se deben haber retrasado con vuestras nóminas, no se preocupen, yo he vuelto a cobrar. Pero no me "inviten a más cenas"".
Paga, deja una propina al camarero del mismo importe de la factura y está vez se va solo a las copas.
Como digo, más de un "veterano", consideró ese gesto una "sobrada" y le llamó a capítulo en el vestuario.
La conversación del vestuario... no la voy a contar.
Pero las respuestas de Romario son legendarias.
Su relación con alguno de los "pesos pesados" pasó a ser #abrazodesuegra
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Voy con la segunda: #RomarioFacts
Creo recordar que fue en su segunda temporada en Valencia y ya sin Luis Aragonés.
De lo que estoy seguro es que el VCF había firmado a un joven portero de Argentina, Campagnolo.
El joven era muy entusiasta y en los partidillos celebraba mucho.
En uno de los partidillos le saca un mano a mano a Romario y le canta el paradón, (abriéndose de piernas) para taparle el disparo. (Iba al palo corto).
Le hace aspavientos.
Romario le dice que no se estaba tomando en serio el partidillo. Pero que se juega lo que quiera.
La apuesta con el chaval eran 10.000 pesetas por cada gol y 10.000 por cada parada desde fuera del área al acabar en entreno.
Romario le clava las 3 desde 5 metros detrás de la línea del área.
Campagnolo le inquiere: "Disparas bárbaro, pero lo mío es el mano a mano".