Bartolomé Lorenso de Gusmao fue un sacerdote jesuita que, antes de los hermanos Montgolfier, realizó una demostración con un globo aerostático ante el rey de Portugal. Su aparato, conocido como "la Passarola", se elevó hasta 4 metros. Desde entonces le denominaron "padre volador"
Se han perdido las especificaciones técnicas de la nave (hay reproducciones, pero muy posteriores), aunque se cree que se basaba en en un fuego que calentaba el aire bajo una tela. Supuestamente, la inspiración le llegó al jesuita tras estudiar el movimiento de una pompa de jabón
El aparato voló sólo una vez, pero eso le bastó a su inventor para recibir críticas por parte de la Inquisición. La historia del padre Bartolomé sirvió de base para una novela del escritor José Saramago, "Memorial del convento", donde el sacerdote es uno de los personajes
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