En 2006 se encendió una polémica que aún hoy día sigue generando controversia. Se degradó a #Plutón a la categoría de planeta enano. ¿Qué pasa con Plutón y por qué no cualifica cómo verdadero planeta? Comparemos a Plutón con #Mercurio, el planeta más pequeño.
El diámetro de Mercurio es de 4.879 km, mientras que el de Plutón es de 2.360.
Si se trata de densidad, Mercurio se compone de roca y metal, mientras que Plutón es hielo y roca. La densidad de Mercurio es de 5,427 g/cm 3 , mientras que la densidad de Plutón es de unos 2 g/cm 3 .
¿Es entonces una cuestión de tamaño? ¿Acaso hay un límite debajo del cual te llaman "enano"? En realidad, no es así de sencillo. Según la Unión Astronómica Internacional #IAU, un cuerpo para ser considerado "verdadero planeta" debe cumplir 3 condiciones.
1) Ha de ser un objeto que orbita alrededor del #Sol. 2) Lo suficientemente grande como para ser esférico debido a la fuerza de su propia gravedad. 3) Debe dominar el vecindario alrededor de su órbita, "limpiando" las inmediaciones de otros cuerpos.
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Plutón no cumple el tercer requerimiento. Significando que Plutón todavía tiene muchos asteroides y otras rocas espaciales a lo largo de su trayectoria de vuelo, en lugar de haberlos absorbido o capturado con el tiempo, como lo han hecho los planetas más grandes.
En 2006, para tales cuerpos, se creó la nueva categoría de "planeta enano" en la cual Plutón no está solo.
En el Cinturón de Asteroides, entre #Marte y #Júpiter, está #Ceres que fue promocionado de asteroide a planeta enano.
Hay otros, como el rarísimo #Haumea, con su forma extraña y su anillo. Haumea gira tan extraordinariamente rápido que ha elongado su forma. Posee, además, dos satélites conocidos.
#Sedna, tan extremadamente alejada que se cree que pertenece a la Nube de Oort. Su órbita la lleva a alejarse del Sol 975 UA (Neptuno está a 30 UA). 1 UA es la distancia Tierra-Sol. Es más roja que Marte y su órbita tan extraña podría anunciar un planeta aún desconocido...
Existen otros planetas enanos, fascinantes todos. El estudio de estos cuerpos puede arrojar mucha luz sobre los orígenes del sistema solar.
Si quieres saber más de los planetas enanos, visita:
LA HIPÓTESIS DEL ZOOLÓGICO O “NO ALIMENTE AL HUMANO”
Tenemos un enigma: la Paradoja de Fermi. Si la galaxia estuviera llena de vida inteligente ¿Por qué no la hemos contactado?
Hay una posible solución a ésto, pero nos considera poco más que animales en exhibición.
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Una explicación temprana a la paradoja, propuesta por John Allen Ball en 1973, es la “Hipótesis del Zoológico”.
Según esta idea, los extraterrestres pueden ser conscientes de nosotros pero se rehúsan a contactarnos.
¿Por qué? Si somos un estuche de monadas...
Según Ball, la única manera de entender la aparente falta de interacción entre “ellos” y nosotros es planteando la hipótesis de que están evitando deliberadamente la interacción.
Posiblemente han reservado el área en la que vivimos como un “zoológico” o “parque nacional”.
El Bosque Oscuro es una posible solución a la Paradoja de Fermi. Ésta se resume en: “Si nuestra galaxia está habitada por otras civilizaciones ¿por qué no las detectamos?”
Según el Bosque Oscuro, es porque todas guardan temeroso silencio.
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El Bosque Oscuro debe su nombre -y su enunciado más claro- a la novela de Liu Cixin “The Dark Forest” de 2008.
Básicamente dice que las civilizaciones extraterrestres guardan silencio porque no saben qué intenciones tienen las otras; y no se arriesgarán a su propia aniquilación.
En la película “A Quiet Place” de 2018, una familia debe esconderse en un bosque después de ser atacada por extraterrestres ciegos con un oído agudo y una armadura impenetrable.
El motto de la cinta resume la paranoia tras el Bosque Oscuro: “Si te escuchan, te cazan”.
Uno de los más controversiales experimentos sociales llevó a una terrible conclusión que aún hoy, casi 65 años después, se sigue debatiendo.
¿Hacemos el mal porque somos malvados o somos malvados porque hacemos el mal?
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Una serie de experimentos, que examinaron la obediencia a la autoridad, fue conducida por el psicólogo Stanley Milgram en 1961.
Una figura de autoridad instruía a un participante voluntario para que administrara descargas eléctricas dolorosas, incluso peligrosas, a otra persona.
Los experimentos se llevaron a cabo en la Universidad de Yale. Empezó a reclutar hombres para que participaran en un estudio que, según él, se centraría en la memoria y el aprendizaje.
Los reclutas recibían 4-4,50 US$ y tenían entre 20 y 50 años, procediendo de diversos ámbitos.