Un lugar que ha pasado de ser santuario de druidas a abadía, prisión y trampa turística.
Un conjunto fascinante que combina las poderosas características de una fortaleza militar y la sencillez de un edificio monástico.
👇Vamos a ver las tripas del Mont Saint-Michel
Abadías en Francia hay muchas, pero ninguna como esta… por su ubicación geográfica, su audacia y la grandeza de su diseño.
Es un conjunto único entre los monumentos militares y monásticos del Medievo.
Su posición geográfica privilegiada es obvia: este peñasco de granito de casi 1 km de diámetro está rodeado de vastos bancos de arena (pero solo queda aislado del continente cuando la marea es especialmente alta).
Antes de la construcción de la la carretera que une la abadía con el continente, el camino hasta ella era muy arduo debido a las arenas movedizas y a las mareas, que suben con enorme rapidez.
El nivel del agua puede oscilar hasta 14 metros en un solo día.
Hoy ya no es lo mismo, pues esta carretera supone un obstáculo para que la marea pueda retirar los sedimentos depositados, generando bancos de arena más altos entre la isla y la costa, que casi nunca quedan anegados.
La isla, que según algunos expertos fue sede de cultos druídicos en la Edad Antigua, acogió a los primeros ermitaños cristianos, que construyeron un oratorio dedicado a San Esteban, primer mártir del cristianismo, con la llegada de esta religión a la zona en el siglo IV.
En la época, se la conocía como Mont Tombe. La tradición cuenta que en el año 708 el arcángel San Miguel se apareció 3 veces en sueños al obispo Aubert de Avranches, ordenándole construir una abadía en la isla.
En el año 966, un grupo de monjes benedictinos se instalaron en el Mont-Sain-Michel y construyeron la iglesia que conocemos hoy. Al hacerlo, se encontraron por primera vez con un problema recurrente en el lugar: la falta de espacio.
Tras despejar la cima del peñasco, les quedó una superficie rectangular, insuficiente para albergar un templo con la planta de cruz latina tradicional.
La solución para aumentar la superficie edificable fue añadir una serie de criptas en el nivel inferior que pudieran sustentar los brazos del transepto (los brazos de la cruz), el ábside y la fachada occidental de la iglesia.
En este plano del nivel superior de la abadía, podemos ver cómo en la cima de la roca se terminó construyendo una iglesia con la clásica planta de cruz latina.
Pero si bajamos un nivel, vemos que solo el centro de la iglesia se sustenta sobre la roca (marcada con una Z): todos los extremos de la cruz descansan encima de una serie de criptas construidas para ampliar la superficie edificable y salvar el desnivel de la montaña.
En el nivel inferior, vemos que todas estas criptas sí se apoyan sobre la superficie de la roca (marcada con una V), que va aumentando a medida que descendemos.
Los monjes benedictinos no solo levantaron la iglesia románica, sino que convirtieron la abadía en un importante lugar de peregrinación del Occidente cristiano y en uno de los centros culturales más importantes de la época, copiando y acumulando un gran número de manuscritos.
Sin embargo, en 1203, la mayor parte de la abadía, excepto la iglesia, fue destruida durante las guerras entre Felipe Augusto, rey de Francia, y Juan, rey de Inglaterra.
En aquella época, la isla no estaba fortificada y fue presa fácil de los ejércitos invasores.
La abadía fue reconstruida durante el siglo XIII, incorporando recias fortificaciones militares que le permitieron resistir numerosos asedios, principalmente durante la Guerra de los 100 años y las Guerras de religión francesas en el siglo XVI.
Asediar el Mont Saint-Michel era muy difícil: no era posible rodear la abadía con las tropas ni montar maquinaria de asedio en un terreno inestable que se inundaba 2 veces todos los días.
Además, era muy fácil abastecer la abadía por mar durante la marea alta. 📷 Edouard Groult
Eso sin contar las formidables murallas y torres que se añadieron en torno al conjunto en el siglo XIII.
Reconstruir la abadía supuso un reto, puesto que a la falta de espacio se añadió otro problema: la estricta regla de San Benito, que regía la vida de todos los monjes benedictinos y que se resumía en el lema “Ora et labora”.
Dicha regla especificaba que debía existir una comunicación directa entre la iglesia y los principales edificios en los que los monjes desempeñaban su actividad, para que pudieran pasar rápidamente de una actividad a otra. Ora et labora, vamos.
Es lo que hoy en día los gurús del márketing y la cultura empresarial que pulan por las oficinas de todo el mundo denominarían un “eficiente workflow de sinergias holísticas”. Si es que ya está to’inventao.
Esta es la planta de una abadía benedictina típica, donde la cocina, las celdas, el refectorio, la sala capitular, el scriptorium, etc. se agrupan en torno a la iglesia o el claustro para reducir al mínimo los desplazamientos entre cualquier punto del edificio.
Como las peculiaridades del Mont Saint-Michel impedían cumplir estrictamente la regla benedictina, el arquitecto decidió renunciar a una solución clásica horizontal y construir un estrecho edificio de tres pisos para albergar todas las estancias.
El resultado fue un magnífico edificio situado al norte de la iglesia, que, desde su fundación, fue conocido como “La Merveille” (la Maravilla).
El primer piso, el más bajo, alberga la almoneda y la bodega.
📷 Almoneda📷 Bodega
En el piso intermedio están el refectorio y la sala de los caballeros.
📷 Refectorio📷 Sala del capítulo, también denominada “Sala de los caballeros”
En el tercero piso, el dormitorio y el claustro.
📷 El claustro
El edificio consta de dos alas que corren hacia el este y el oeste; los departamentos se superponen de la siguiente manera: en el ala este, la almoneda, el refectorio y el dormitorio; en el oeste, la bodega, la sala de los caballeros y el claustro.
Esta espléndida estructura está construida enteramente en granito. La obra se inició en 1203 y se terminó en 1228, siendo el claustro el resultado final, cuyos arquitectos o escultores están conmemorados por una inscripción en el pilar de una de las arcadas del lado sur.
Esta vasta estructura es el ejemplo más grandioso de arquitectura religiosa y militar combinada del período medieval.
Pero, ¿cómo este bastión de la fe y y la cultura se convirtió en la infame trampa turística que conocemos hoy en día?
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La popularidad y el prestigio de la abadía como centro de peregrinación disminuyeron con la Reforma, y en la época de la Revolución Francesa apenas residían ya monjes en ella.
Con la llegada de la Revolución Francesa, la isla y su abadía se convirtieron en prisión, primero para sacerdotes y más tarde para destacados prisioneros políticos republicanos y socialistas.
En este período, hasta 1863, se la denominó “La Bastilla de los mares”.
Durante las décadas en las que funcionó como prisión de la república y el reino, el edificio se deterioró rápidamente. A partir de 1871, el arquitecto Édouard Corroyer, alumno de Viollet-le-Duc, se hizo cargo de la restauración.
📷 Suyos son los dibujos que ilustran este hilo.
Su maestro le colocó una aguja en el crucero a la catedral de Notre-Dame y, como Corroyer no podía ser menos, también le añadió otra al crucero de la iglesia, coronada por una estatua dorada del arcángel San Miguel.
Sin embargo, que conste en acta que el proyecto de “restauración” era mucho más, digamos, “ambicioso” que el que se llevó a cabo, como muestra este plano de los planes iniciales de Corroyer, que no llegaron a buen puerto.
En cierto sentido, el Mont Saint-Michel refleja la jerarquía de la sociedad feudal. En la parte superior está Dios (la iglesia), luego la abadía y debajo, los soldados en la murallas. Fuera de ellas, las viviendas de pescadores y agricultores.
En la actualidad, la jerarquía en el lugar sigue siendo rígida, pues un puñado de familias controlan las más de 80 tiendas, hoteles y restaurantes del lugar, convertido en una de las peores trampas para turistas del continente.
De hecho, menos de 25 personas duermen cada día en el Mont Saint-Michel, aparte de los turistas.
Como curiosidad, el Mont Saint-Michel tiene un hermano pequeño al otro lado del Canal, en Cornwall, Reino Unido. La isla en la que se encuentra también queda aislada cada día por las mareas.
Curiosidad n.º 2: Peter Jackson se inspiró en el Mont Saint-Michel a la hora de diseñar la Minas Tirith, la ciudad de piedra distribuida sobre varios niveles en un peñasco que aparece en el Retorno del Rey.
¿Sigues aquí? Uf, qué paciencia la tuya, te mereces un premio. En el año 2016 desmontaron la estatua de San Miguel para restaurarla y filmaron este vídeo de cómo fue devuelta a su sitio en helicóptero.
Y ya que estás aquí, voy a meter 2 tuits de relleno con los planos que no me han cabido en el hilo.
Y el segundo tuit de relleno.
Muchas gracias por leer hasta aquí. Si te ha gustado y has aprendido algo nuevo, retuitea el primer tuit del hilo para darle más difusión. Y sígueme si quieres para más batallitas sobre los temas más diversos. Feliz día y…
...también puedes echar un vistazo a los hilos que llevo publicados hasta el momento para ver si alguno te llama la atención.
Muy poca gente puede presumir de haber salvado una catedral gótica en solitario y con sus propias manos, pero eso fue lo que hizo este hombre, sin saber nada de arte, patrimonio o arquitectura, y enfundado en un pesado traje de buzo.
👇👇Vamos a ver cómo lo hizo.
Os voy a contar un secreto: una de las particularidades del gótico inglés es que sus constructores no se apuntaron a la fiebre continental por levantar el templo más alto.
En lugar de apostar por la altura, construyeron catedrales muy laaaaaaaaaaaaaaaaaargas.
Este es el artesonado de la Torre de las Damas en la Alhambra, pero no está en Granada, sino en un museo de Berlín.
👇👇¿Qué diablos hace un artesonado nazarí de la Alhambra en un museo alemán y cómo llego allí?
El Museo de Pérgamo, en Berlín, es un museo diferente a todos los demás: es un edificio específicamente diseñado para albergar los gigantescos descubrimientos de las expediciones arqueológicas alemanas por todo el Imperio Otomano.
Qué puerta de las murallas de Babilonia más bonita. ¡Pa’ Berlín!
Una catedral inglesa alberga una bóveda que parece flotar milagrosamente, como sostenida por fuerzas invisibles. Todo un regalo para la vista y una obra maestra del arte y la ingeniería medieval.
👇👇¿Cómo fue posible su construcción y por qué se mantiene en pie?
¡Ah, los ingleses y sus excentricidades! El balconing, los pasteles de riñones, su cerveza calentuza a precio de sangre de unicornio… y su manía de levantar torres en el crucero de sus catedrales góticas.
(En arquitectura, el crucero es sitio donde se cruzan la nave central y la transversal de una iglesia con planta de cruz griega o latina).
Esta es la isla de arena más grande del mundo, un espectacular paraíso semitropical sin carreteras ni coches donde crece una selva diferente a todas las demás.
👇👇¿Pero qué la hace tan especial? ¿Y cómo se formó una isla de este tamaño?
Bienvenidos a Fraser Island. Sus 123 kilómetros de longitud y 22 kilómetros en su punto más ancho, la convierten en la isla de arena de mayor tamaño en todo el planeta.
De hecho, su costa oriental la ocupa una playa ininterrumpida de 120 km de longitud.
Echa un vistazo a esta foto. ¿Ves algo raro? ¿No? Mira otra vez.
¿Nada? Fíjate en la ventana tapiada que hay bajo el rosetón. Es la cicatriz que marca la altura original que tenía el edificio.
La insólita catedral que pegó un estirón 👇👇
A menudo, las catedrales que vemos hoy no son ni por asomo las que sus maestros de obras proyectaron. Ni las que terminaron construyéndose tras siglos de obras y modificaciones.
En el siglo XIX se hicieron muchas intervenciones para dejar los templos “como deberían haber sido” (como al arquitecto de turno le gustaría que fueran). Que se lo digan si no a los barceloneses.
📷 Catedral de Barcelona en el siglo XIX/hoy en día
El cerebro, una sofisticada sala de control; el corazón, una bomba de pistones; el estómago, una eficiente refinería: este espectacular diagrama revolucionó el arte de la infografía y la divulgación científica hace 100 años
👇👇Vamos a conocer a su autor (y su obra)
Este tipo con pinta de científico loco es Fritz Kahn (1888-1968), médico y escritor que alcanzó el estrellato hace 100 años. ¿Cómo? Su logro más notable fue la creación de creativas visualizaciones para explicar ideas científicas complejas.
El estilo de sus textos huía de los farragosos manuales tradicionales para estudiantes de medicina y anatomía, sin que por ello fueran un mero entretenimiento superficial para el gran público.