Lo escribo aquí porque siento que es mi lugar seguro.
Conocí a Luz Raquel, fue mi acompañada, muy amena, platicábamos de temas legales, cuestiones de custodia, inclusión para su hijo autista, experiencias en el feminismo y en la defensa de los derechos de las mujeres.
Me platicó que un día canal 44 iba a ir a su casa a hacerle una entrevista sobre las negligencias de su caso, pensé que todo iba bien.
Un día agradeció toda la chamba, como gracias a nuestros activismos conjuntos, ahora veía poco a poco la justicia llegar.
Hoy está muerta.
No he dejado de llorar desde que me enteré, mi corazón se partió en mil pedazos, me cuestiono todo, si pude haber hecho más, si el colectivo le falló, si quizás con una mejor entrada de recursos podríamos dedicarnos de tiempo completo a esto, si en realidad todo esto sucedió y
no es un sueño raro donde ves a gente que hace mucho no topas y voy a despertar y ella está luchando como todos los días.
Pero no, no es un sueño, no es una ficción, es esta pinche realidad horrible que nos muestra una cara de la vida que no dan ganas de vivir.
No voy a decir que me retiro del activismo, porque sé que ahorita necesitamos estar alertas para que no salgan con la tontería que Luz se suicidó, que investiguen y den con los culpables.
Lamento muchísimo la pérdida, hoy también perdí a una persona con la cual hablar, sostenernos y luchar. Hoy le volví a perder la fe al sistema, tonta yo por creer que una orden de protección llegaría a realizar su función.
Descansa en paz, querida Luz Raquel. No me lo puedo creer