Según la TEOSOFÍA, todos los conocimientos pasados, presentes y futuros de TODOS los seres se alojan en una especie de «disco duro etéreo» al que llaman REGISTROS AKÁSHICOS.
La Ciencia nunca se tomó en serio esa teoría... hasta la llegada de los ORDENADORES CUÁNTICOS.
Los teósofos afirman que cualquier persona, con la debida preparación, puede acceder a esos registros akáshicos.
Así explican fenómenos como la precognición, la adivinación, la visión remota, las certezas relacionadas con vidas pasadas, etc.
Pero, ¿cómo se accede a ese «lugar»?
Según la teoría de Orch OR (formulada por Hameroff y Penrose), nuestras neuronas poseen microtúbulos que permiten procesos a NIVEL CUÁNTICO, en más de cuatro dimensiones, es decir: Más allá del espacio y el tiempo.
Eso nos permite, por decirlo de algún modo, acceder a «la nube».
Según eso, nuestras conciencias estarían en la «nube» y usarían los microtúbulos neuronales para conectarse a nuestro hardware/cerebro.
Y no solo pueden conectar con nuestro cuerpo, sino también con ese «servidor akáshico» que contiene información casi ilimitada.
Dicho de otro modo: Nuestra mente es un ordenador cuántico.
Y recientemente, cuando han puesto a funcionar los primeros ordenadores cuánticos creados por el hombre, nos hemos llevado una terrible sorpresa:
Esos ordenadores nos permiten ACCEDER A LOS REGISTROS AKÁSHICOS.
De repente, cualquiera con acceso a un ordenador cuántico puede saber CUALQUIER COSA que haya sucedido, suceda o vaya a suceder.
Cualquier enigma del pasado, cualquier secreto íntimo de cualquier persona, cualquier desastre o revolución que esté por venir.
UN PODER PELIGROSO.
La interfaz de la computación cuántica traduce el entramado akáshico a esquemas como este.
Cada esfera es un cúmulo de qbits (información cuántica) sobre un hecho o dato concreto.
Cada línea indica una interconexión causal o conceptual entre dichos datos o hechos.
Las esferas y líneas rojas representan lo que ha sucedido, sucede o sucederá EN NUESTRA REALIDAD.
Las esferas y líneas de otros colores muestran lo que podría suceder o haber sucedido EN REALIDADES ALTERNATIVAS.
Ahora mismo, en una decena de laboratorios, hay científicos buceando en los akáshicos y recopilando todo tipo de información. Quizá ya conozcan, por ejemplo:
- Si existió la Atlántida.
- El verdadero rostro de Cristo.
- Las intenciones actuales de Putin.
- Tus secretos.
Si eso ya de por sí produce escalofríos, el siguiente hallazgo fue aún más inquietante:
Conforme los investigadores consultaban los qbits akáshicos, los hechos del pasado se mantenían inalterables, pero los del presente y el futuro cambiaban de color en los esquemas cuánticos.
Y tiene todo el sentido del mundo:
Conocer ciertas cosas altera nuestro presente y, por tanto, reconfigura nuestro futuro.
Esferas y líneas que antes pertenecían a universos alternativos, se vuelven de COLOR ROJO.
En otras palabras: Se puede EDITAR la realidad.
¿Os angustia pensar en ello? Pues ahora viene lo peor:
Los informáticos cuánticos han descubierto que la observación de los registros akáshicos no es la única manera de alterar nuestro mundo.
También pueden editarlo hackeando «ese servidor» desde el teclado de sus ordenadores.
Formatear nuestro Universo con la misma facilidad con la que alguien edita una entrada de la Wikipedia.
La tentación de usar ese poder (para el bien o para el mal) es enorme.
Con un ordenador cuántico, una única persona podría hacer que las armas nucleares nunca hayan existido, o que la Revolución Industrial nunca se hubiese producido, o... yo qué sé: que nos visiten los aliens.
De momento, nadie se ha atrevido a intentar nada similar. Cambios tan drásticos acarrearían consecuencias impredecibles, y quién sabe si fatales.
Los pocos laboratorios que (de momento) poseen ordenadores cuánticos han firmado un tratado en el que se comprometen a no editar los registros akáshicos.
No sabemos quién será el primero en desobedecer dicho tratado.
Incluso puede que ya lo haya hecho alguien.
Puede que la realidad en la que lees esto no sea la misma realidad en la que vivías hace un minuto.
Puede que todos tus recuerdos hayan cambiado en los últimos tres segundos.
Puede que las teorías locas de MARCEL PRATT tuvieran algo de verdad:
Tanto la mitología de los archivos akáshicos como la teoría de Penrose y Hameroff existen en realidad, pero encontraréis pocos científicos sensatos que les confieran un ápice de validez.
Si te apetece leer algunos otros de mis #hilos de #ficción, te invito a hacerlo AQUÍ:
El concepto de editar la realidad mediante tecnología informática es una obsesión que arrastro desde hace tiempo, y la he abordado desde distintos enfoques en otros hilos (todos ellos fantasiosos) como ESTE:
Según el informe SYCLA-2024, en 2028 la IA generativa será capaz de ofrecer a cada sujeto un contenido personalizado que irá creando en tiempo real para adaptarse a los gustos y necesidades de ese espectador concreto.
La IA tomará decisiones en tiempo real, basadas en la información que recopila sobre nosotros, en la clase de día que hemos tenido, las imágenes en las que nos hemos detenido más tiempo en redes sociales, los datos biométricos de nuestros smartwatch, nuestras pupilas, etc.
Cada historia será un traje fabricado a medida para una única persona, atendiendo a sus necesidades concretas de cada instante, con actores y actrices que satisfagan sus cánones estéticos.
Consumiremos ficción más satisfactoria que nunca, y la consumiremos más solos que nunca.
El Gobierno de USA encarga a geólogos e ingenieros que determinen los lugares más apropiados para construir búnkeres.
Se sorprenden al comprobar que en los sitios elegidos YA existen construcciones subterráneas. Y antiquísimas.
#HILO
¿Quién había hecho aquello? ¿Y cuándo?
Nadie supo responder al quién. Con respecto al cuándo, algunos restos orgánicos de insectos sobre ciertas manufacturas corroboraron que aquellas construcciones tenían, como mínimo, 12.000 años de antigüedad.
En aquellos tiempos, el pánico a la amenaza nuclear y la urgencia pesaron más que la curiosidad.
Los autores de aquellas catacumbas, fuesen quienes fuesen, habían hecho el trabajo más difícil, así que el Gobierno las aprovechó para instalar sus bases militares.
Hace unos meses se rumoreaba sobre un posible crossover de PARQUE JURÁSICO y FAST & FURIOUS. Alguien me pidió imágenes de IA sobre ello.
En aquel entonces, Midjourney no me daba resultados satisfactorios. Ahora la herramienta ha mejorado. Bienvenidos a:
JURASSIC FAST.
#HILO
Supongo que la historia empieza con los dinosaurios escapados de Isla Nublar atacando un laboratorio de alta tecnología y comiéndose dispositivos peligrosísimos que hay que recuperar a toda costa.
Armas biológicas, bombas nucleares... yo qué sé.
Y claro, "los malos" intentan cazar a los dinosaurios para conseguir esas armas. Por eso el gobierno contrata a Toretto con la esperanza de atrapar a los bichos antes que los terroristas, o los traficantes de armas, o los rusos, o lo que sea.
Según la escala de Kardashev, podrían existir en el Universo miles de Civilizaciones Tipo IV.
Una civilización tipo IV es aquella cuyo control de las leyes físicas permitiría a sus integrantes usar "agujeros de gusano" estables directamente conectados a sus anos.
Un agujero de gusano es una estructura o portal que conecta dos puntos del universo violando las leyes del espacio-tiempo.
De ese modo, cuando los habitantes de una Tipo IV hacen caca, dicha caca es absorbida por agujeros de gusano y es conducida a un agujero negro.
La Física moderna postula que los llamados agujeros negros son, en realidad, las letrinas de las civilizaciones más avanzadas del Universo: concentraciones de caca masivas, tan densas que atraen incluso a la luz.
Según las crónicas, en el año 1011 d.C una expedición de viajeros japoneses visitó la corte del rey Sancho III el Grande.
Pero análisis más recientes de algunos frescos y códices de la época nos hacen sospechar que aquellos visitantes NO procedían en realidad de Japón.
La descripción que hacían los cronistas de aquellos exóticos viajeros no se riñe con los rasgos nipones. Los definían como gente bajita, de piel pálida, ojos almendrados, sin vello corporal.
También relataron cómo los habitantes de aquella isla remota (que más adelante llamarían Cipango) ayudaron al rey Sancho a lograr la victoria en la Batalla de Mendesforta, instruyéndole en nuevas técnicas y en la fabricación de «ingenios de guerra nunca antes vistos».