Cuan importante -injustamente- sigue siendo hablar bien en público...
Hace unos 25 años, después de un par de fracasos, decidí nunca más hacerlo.
Por suerte el trabajo me obligó a intentarlo de nuevo.
Tenía miedo de fallar, así que tomé un curso de Oratoria de varias semanas.
Aprendí que hablar en público es un músculo a entrenar.
De a poco me fui soltando, mejorando, dependiendo menos de material de soporte y conectando más con la audiencia.
En 2011 (o era 2012) me anoté en un curso de standup comedy.
"Estás loco, Leo. Sos gerente general, no podés hacer eso".
"Lo hago en mi tiempo libre, y me va a servir para el trabajo", respondí.
Se rieron.
Aunque no lo hicieron de mis chistes -era malo- el curso y un año de show en la avenida Corrientes (sí, esa, aunque en un bar de 100 personas) me curtieron... Me hicieron gastar toda esa vergüenza con la que venimos de fábrica.
Como cuando aprendiste a andar en bicicleta, hablar en público no se puede desaprender.
Con el tiempo fui teniendo más desafíos (idiomas, países, audiencias difíciles o, el peor: hablar justo después del almuerzo).
Y disfrutando cada uno.
Para todos los que creen que "deberían" hablar mejor en público, les digo dos cosas:
1. Quiero un mundo en el que no sea imprescindible ("El paraíso de los introvertidos" es un artículo en el que hablo de eso).
2. Hablar en público no es difícil si lo pensás... a largo plazo :-)
Hice un curso para aprender sobre esta idea del músculo, sobre ese juez que nos tortura, matices, y mucho más, totalmente #gratis.
Un like a cada tweet y lo comparto.
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¿Alguna vez sentiste en el trabajo que tenías que luchar por algo importante, algo que era lo correcto, que iba a hacer todo mejor? 1/6
Me pasó muchas veces, discusiones con la casa matriz, con mi equipo, con abogados, con IT... Como si tuviera que defender las cosas a capa y espada. 2/6
Era, sí, agotador.
Mi tasa de éxito habrá sido del 50%.
Y me alegra saber que no estoy solo, que a muchos les ha pasado.
Incluso a @BarackObama, cuando asumió como presidente. 3/6
Vergüenza, dudas, miedo al qué dirán, sensación de ser un impostor, temor a las preguntas y sensaciones físicas me hacían muy difícil hablar frente a otros.
Algunos estudios dicen que la glosofobia (sí, tiene nombre) es nuestro segundo mayor temor, después del de morir.
No les creas, están mal hechos.
Estos son los principales 10 aprendizajes de mi recorrido de introvertido a orador @TEDx 2/14
1. Formación: en la escuela y universidad no aprendí, así que hice cursos de Oratoria de todo tipo y hasta un curso de un año de standup comedy con el genio de @diegowainstein
Sí, tuve un show en la avenida Corrientes. Pero por algo no te enteraste. 3/14
Del @EdelmanPR Trust Barometer: a nivel global no confiamos ni en líderes de gobierno, ni en periodistas, ni en CEOs (aunque sí confiamos en el nuestro, claro 🧐)
Confiamos en quienes están más cerca, vecinos, colegas...¿Estaremos realmente yendo a un modelo mucho más local? ¿Cómo luce el futuro?
Y las empresas deben, cada vez más, hacerse cargo de sus responsabilidades para seguir vendiendo, contratando o recibiendo inversiones.