Horacio se encontraba tranquilamente cocinando mientras cantaba y bailaba las canciones de su playlist, era temprano en la mañana, 10:30 para ser
más exactos y se sentía con todos los ánimos del mundo. Volkov cómo todos los días se había marchado alrededor de las 4 am dejándolo solo en la cama junto a una notita, pegada en la heladera, despidiéndose y deseándole un bonito día, por su parte respondió con un mensaje de
texto y un sticker de perrito, una mala broma rutinaria de su parte.
Hoy se había tomado el "día libre" entre muchas comillas, ya que se pasó la mayor parte de la mañana transcribiendo informes y soportando el hablar con superiores de otras sedes para llevar la cuenta de todos
los gastos y pérdidas de cada sede del país, entre otras cuántas cosas. Estaba ya estresado y agobiado de hablar con gente que ni conocía y aún si le trataba como un inferior, así que para mejorar sus ánimos decidió ponerse a cocinar una torta, definitivamente era la mejor manera
,y la más sana, de desestresarse que había encontrado.
Sonriendo con alegría, sintiéndose mucho más cómodo y tranquilo que antes, deja el molde de la torta en el horno ya pre calentado y pone un temporizador para no olvidarse, ahora solo faltaba esperar, ya tenían todo el
glaceado listo y las frutillas cortadas lo más parecidas posible. Camina hasta el living de la casa tomando los papeles que había dejado de lado y los comienza a ordenar para entregarlos mañana pensando en cómo estaría el ruso ahora, lo más probable encerrado en su oficina
trabajando, trabajo trabajo trabajo repite en su mente a la vez que rueda sus ojos con cierta diversión.
Y antes de siguiera de poder guardar los papeles en cada carpeta correspondiente escucha la puerta de la casa abrirse, con curiosidad por la hora tan temprana inclina su
cuerpo para poder ver directamente hacia la puerta, encontrándose con los ojos grisaseos de su pareja, lucían cansados y algo agobiados, ocasionando una punzada de preocupación y alerta le atravesará, y antes de que dijera una sola palabra, la nariz del ruso olfatea el aire
negando con la cabeza ligeramente en desaprobación — No te preocupes querido mío, solo estoy agotado por la jornada de hoy — Su rasposa voz se deja oír mientras sonríe sutilmente mientras se acerca en su dirrección para dejar tres besos como saludo, uno en su frente, otra en su
hombro, y el más importante, uno en la zona posterior de su nuca.
Deja apoyada su cabeza en la unión de su cuello y hombro, simplemente reposando y cargando las energías perdidas a lo largo del día — Un día duro, eh? —Dice, aún manteniendo aquel deje de preocupación en su voz,
llevando sus manos a la gran espalda del peligris, comenzando a dejar caricias a lo largo de ella— si quieres puedes desetresarte un rato, yo estoy haciendo una rica torta de frutillas y chocolate, podemos comerla después — Murmura luego de unos momentos de silencio, siente
como el más alto olisquea por última vez su cuello antes de separarse lentamente de su cuerpo, los ojos grisaseos le miran atentamente, como si fuera un cachorro pensó Horacio sonriendole tratando de transmitir confianza y confort en su pareja.
El ruso deja escapar un suspiro prolongado para luego comenzar a quitarse la ropa lentamente quedando totalmente desnudo, retrocediendo unos pasos más poco a poco la figura humana de Volkov va pasando a una humanoide hasta finalmente convertirse en un enorme lobo blanco frente a
los ojos asombrados de Horacio, quien si viene ya había tenido la oportunidad de ver el cambió, aún seguir manteniendo el privilegio y la confianza del mayor para dejarse ver en ese estado le asombraba cómo de igual manera le llenaba de orgullo el pecho.
Sonriendo ampliamente con una enorme cálidez en el pecho se acerca al animal, acariciando suavemente su pelaje sedoso resiviendo un gruñido contentó a la vez que se acurrucaba contra su torso
— Muy bien lobito, descansa un rato en lo que terminó y se hace la torta,¿si? Yo no pienso apartarme de tu lado —Dice señalandole el sillón antes dejar un besito en la punta de la nariz del ruso. Volkov, muy obedientemente eleva su pata, cómo afirmando,
pero le jala la ropa con los dientes de manera cuidadosa, dejando muy en claro sus intenciones. "Descansas conmigo o no voy", y el moreno no era nadie para negarle aquel capricho a su alma gemela.
Ambos se acostaron en el gran sillón, el gran lobo sobre el cuerpo de Horacio, quién debajo del animal apenas se podía apreciar con claridad — Joder ruso, eres un maldito oso de peluche, bueno lobo —Dice soltando una risita mientras abraza el cálido cuerpo afelpado
de su ruso recibiendo un diminuto ruñido y un lametazo en su mejilla — Uve! —Rezonga con finjida molestia mientras mima todo lo que llegaba a su alcancé para tranquilizarlo y consentirlo, aún más de lo que ya lo tenía.
Fin. ;)
El mejor au que hice en mi vida
Pd: el mejor ejemplo para entender a mi V Licántropo es teen wolf (´∩。• ᵕ •。∩`)
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Tw: V! Licántropo ♡
Pd: Mate = Soulmate:)
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El mediodía poco a poco hacia acto de presencia en la casa vacacional junto a los fuertes rayos de sol que invadían y se
colaban por las rendijas de las persianas semi cerradas. El licántropo eleva su mano con pereza pagando el despertador antes de que sonará y logrará lastimar sus sensibles tímpanos.
Refunfuñando por lo bajo busca el cálido cuerpo de su pareja, gruñendo en desaprobación al
notar la fría manta a su lado— Hache —alargando la última vocal deja escapar el apodo del moreno en tono berinchudo, ahora entendía como se sentía Horacio cuando lo dejaba solo en la cama, no era bonito despertarse sin su pareja a su lado. Y más si últimamente se sentía
El dolor, el dolor lo estaba matando lentamente, no podía aguantarlo más, todo el día temblando y mareado le habían dejado agotado por completo, la náuseas constantes evitaron que logra comer aúnque sea una miseria fruta, sintiéndose aún peor con el estómago completamente vacío.
Su cuerpo, su mente y su corazón gritaban por un descansó a través de dolorosas punzadas por todo su cuerpo, ya no daba a basto, sintiendo como cada parte de su cuerpo poco a poco perdía las fuerzas, dejándolo sin poder respirar casi de lo agobiado y sofocado que se sentía.
Haciendo puchero como un niño pequeño que se le negaba un dulce, Volkov miraba a Horacio dándole órdenes a los nuevos agente recién ascendidos y a
los novatos de la lspd con desgana, ahora se estaba arrepintiendo muy seriamente de atender la llamada de Madisson y de aceptar aquella práctica de entrenamiento.
Podía oler la asquerosa exitacion de algunos de los cadetes hacia su pareja, impidiéndole disfrutar del dulce aroma
que desprendía el moreno, aumentando su malhumor a niveles extraordinarios, Horacio no era un pedazo de carne para qué lo mirarán con aquellos ojos, era su superior el cual deberían de respetar. Además hoy se suponía que era un día en pareja, sin gente a su alrededor, pero