Thread by @natadelaleche

Ok, como acá todos pidieron "contexto", o sea la historia de cómo Hassan Nassar humilla a la gente en las redes sociales (porque yo no he sido la única), acá va el hilo 🧵

Un día de 2015, yo estaba acá hablando normalmente con una tuitera, quien mencionó algo de Hassan Nassar y yo simplemente comenté que "ese tipejo me cae mal" o algo así dije, nada más. Usé la misma palabra "tipejo" que usó Vicky en esa desafortunada discusión.

Solamente por haber dicho eso, Hassan Nassar comenzó a atacarme de una manera desproporcionada. Uno de los pantallazos que guardé de todos los trinos que hizo fue este: (Yo sabía que eventualmente iba a poder usar estos pantallazos para algo)

No contento con citarme para ofender, ponerme palabras que yo nunca dije y exponer mi perfil ante sus seguidores, el tipo es tan poca cosa que le parecía un triunfo ver cómo todos sus furibundos seguidores me atacaban en gavilla y se solazaba:

Y además tenía el descaro de hablar de "lenguaje para desescalar".

Uno de los áulicos que se deleitaron ese día en volverme trizas, como el acuerdo de paz, fue el prestigioso y muy prestante penalista @fbernate, a quien incluso invitan a programas de opinión a hablar sobre matoneo en redes:

Había miles de trinos muy ofensivos y agresivos, no los guardé todos. En ellos incluso expusieron mi contrato con Canal Capital, en donde había trabajado hasta septiembre de 2015, sugiriendo que me lo habían dado a cambio de quién sabe qué (#slutshaming).

De ese trino no tengo copia porque lo denuncié con Twitter y Twitter lo eliminó. Cuando ese trabajo como periodista en Canal Capital me lo gané de manera honesta, enviando mi hoja de vida, haciendo pruebas, un proceso totalmente legítimo.

En ese momento de mi vida, yo estaba desempleada, estaba buscando trabajo y no me salía nada. Mi contrato ya se había acabado y no lo renovaron porque la Administración Distrital ya estaba terminando los contratos vigentes.

Adicionalmente, estaba en una crisis personal, lidiando con una relación tóxica que me estaba destruyendo y mi compañera de apartamento me había amenazado con echarme, por un problema de tiempo atrás que no viene al caso.

La horda de insultos, de ofensas y abusos duró por lo menos una semana. Más o menos el mismo tiempo que tuve que dedicarme a denunciar con Twitter los ataques, bloqueando a toda la gente horrible que hasta me insultaba por tener el cabello corto, como lo tenía entonces.

Me hicieron slutshaming, me dijeron que intercambié "favores" para ganarme mi contrato, le escribieron a la cuenta de Canal Capital pidiendo que me despidieran, yo tengo la sospecha de que no me quisieron renovar el contrato hasta diciembre por cuenta de estas agresiones.

Todo lo que yo me he ganado en mi carrera en estos 12 años como periodista profesional ha sido legítimo, he hecho los procesos como cualquiera de nosotros: pasando la HV, entrevistas, pruebas de redacción, normal. Todo eso que me dijeron fue demasiado doloroso.

Y todo eso, por culpa de que le dije "tipejo" a Hassan Nassar y el ego de esa rata no se pudo aguantar. Seguro que mucha gente lo ha insultado y con ninguna se ensañó de esa manera tan salvaje.

Yo no soy una figura pública, no salgo en la televisión ni estoy ni nunca he estado en los grandes medios nacionales. No estoy acostumbrada a que mi cuenta reciba toneladas de insultos e injurias, como le pasa a las figuras reconocidas.

Creo que, por los problemas personales que tuve que lidiar en esa época, nunca tuve la oportunidad de hacer el duelo de esto tan horrible que me hicieron. Ustedes dirán: ese es el pan de cada día de Twitter. Pues no, uno no tiene por qué soportar ni acotumbrarse al matoneo.

Por eso sí me alegra que todo el veneno que esa víbora destila se le devuelva en cantidades industriales. Todo lo malo que le pasa se lo merece.

Esta es una excepción, pero si algo me quedó de esta desagradable experiencia es no participar en linchamientos públicos acá en Twitter. Cuando a ustedes les da por atacar a alguien, yo trato de matenerme al margen.

Ustedes nunca me verán en sus dinámicas diarias de señalar al otro porque dijo algo que no me gusta o porque piensa contrario a mí. Insisto, con Hassan Nassar es una excepción, porque siento un profundo desprecio por esa basura de ser humano.
Ya, eso es todo lo que iba a decir.