Thread by @not_theonly_fer

Leí a mis amigas de @Pajaropolitico
Antes no hablé sobre mi experiencia,por lo mismo:miedo a parecer conflictiva,al cierre de puertas, a los juicios…Pero me inspiró su valentía para denunciar los abusos que ahí se viven.Tengo un compromiso con ellas y lxs lectores. Es mi turno:

Trabajé en Animal Político como fact checker entre febrero y octubre de 2020. Iba saliendo de la carrera, estaba muy ilusionada de poder trabajar en el que consideraba el medio más importante del país. Era joven e inocente y las personas que me contrataron se aprovecharon de eso.

Desde mi entrevista, quien en ese entonces era la Editora en Jefe, me dijo: no te puedo pagar vacaciones ni asegúrate días feriados. Le pregunté si el contrato era por honorarios, me dijo que no. Inocentemente creí que se refería a que, entonces, estaría en la nómina. Acepté.

Desde la primera semana insistí en firmar mi contrato. Me parecían sospechosas las largas que me daban al respecto pero no quería quedar mal insistiendo tanto. Mandé correos y también pregunté a todas las personas administrativas. Nunca me dieron contrato.

Empezó el trabajo remoto de la pandemia. El área en la que estaba (donde por cierto solo éramos dos personas) era la más cargada de trabajo por la cantidad de desinformación sobre COVID. Teníamos marchas forzadas de nuestro trabajo habitual, sumado a que cada mes…

…nos aumentaban “las metas”, el número de notas que teníamos que registrar al día. Hubo días en los que cada una de nosotras publicó hasta 11 y nunca era suficiente. Todo, bajo el pretexto de que nuestro trabajo en El Sabueso sostenía económicamente a la empresa y por lo tanto…

…si disminuíamos el ritmo,nuestros compañeros de otras áreas estarían en riesgo de perder su trabajo.En ese tiempo y ese estrés,por supuesto nadie priorizó mi contrato y me enteré que no era la única sin uno.

Redujeron los sueldos. Me avergüenza profundamente admitir que el mío no disminuyó. Me pidieron que no dijera nada y callé.Después me enteré que la motivación era que mi sueldo era probablemente el más bajo de la redacción.Pero según ellos mi puesto sostenía a la empresa.

Y aquí viene la parte más dolorosa que viví en Animal:
Estábamos en plena pandemia, mis dos padres tenían más de una comorbilidad y yo no tenía seguro. Porque no tenía contrato.
Me acerqué al director a rogarle que me inscribieran en el IMSS, incluso le dije que…

…yo pagaría la aportación de la empresa con mi sueldo (básicamente sería todo mi sueldo), pero que por favor me inscribieran porque no tenía seguro y ellos nunca me habían dado contrato. Pasaron los meses y fue larga tras larga,excusa tras excusa. Y mientras tanto nos aumentaron

…Un día de trabajo a la semana y nos dijeron que nos pusiéramos la camiseta porque “trabajar en casa no significaba estar en LA ALBERCA CON UN REFRESCO”. Alv cuál alberca si no tenía ni prestaciones mínimas de ley. Un día el director y la editora en jefe me mandaron llamar.

Se empezó a ir gente. Había más trabajo y menos personas para cubrirlo. Y lo que tuvieron a bien decirme, después de que cumplí todas sus metas y propuse y trabajé hasta tener serias complicaciones psicológicas, fue que “no estaba cumpliendo sus expectativas como periodista…

…y que por lo tanto me iban a poner más trabajo”, el trabajo de quienes se habían ido/corrido/renunciado. Y yo me lo creí. Me creí su cuento y su manipulación para aventarme más trabajo a costas de mi salud mental. Porque era ingenua y les creí.

Estaba mental, emocional y físicamente agotada. A diario era una manipulación y juego de poder en la que no sabían ni dar las gracias. Cada vez que había inconformidades era porque una no tenía vocación o compromiso. Pero no, no era así.

En Animal conocí a gente valiosíma, aprendí muchísimo de mis pares y tuve buenxs jefes que a diario se rompían la espalda por cumplir con las expectativas inhumanas de los de arriba. Llevo dos años de terapia. La que empecé por el daño a mi autoestima que causó su gaslighting.

Y lo que más me duele es cómo poco a poco nos vamos dando cuenta que no estábamos solas, que el de la computadora de junto se sentía igual pero su juego de poder nos tenía en el silencio. Nunca más. Le debía esto a mis compañerxs. No merecen nuestro silencio. #FuimosTodas