Pablo Suárez fue un artista porteño (1937-2006) que comenzó como asistente de Berni (quien fue su mentor), participó del Di Tella, rompió con el Di Tella e hizo arte político y conceptual y luego recorrió todos los caminos, siempre genialmente.
Obra: Exclusión, 1999.
Florero con hojas, 1976. Obra de Pablo Suárez #RayoArte
Una de las cosas que uno aprende al leer "Pensar rápido, pensar despacio", de Kahneman, es que el éxito material no convierte a nadie en sabio sobre todos los temas.
Los conocimientos uno solo los tiene en los campos en los que conoce algo.
En los demás no sabe nada.
Los medios han creado la ilusión (es algo que sucede en todo el planeta) que los que están en la TV, los que son famosos o son ricos son la gente que sabe realmente cómo son las cosas.
Es el mayor engaño en la historia de la cultura.
Y la mayoría cree en eso.
Otro autoengaño en el que cae la inmensa mayoría es creer solo en las cosas que confirman los prejuicios que ya tenían y no leer aquella información que los desmiente.
Leí por ahí que el Juicio a las Juntas permitió que la gente oyera a través de la transmisión de las sesiones por TV y radio la monstruosidad que habían hecho los militares.
Es falso: recién décadas más tarde recién se permitió mostrar partes del Juicio por TV con el audio.
Las imágenes del Juicio a las Juntas que llegaron a la TV en los primeros 20 años desde el juicio fueron siempre sin audio. No se escuchaba lo que los testigos decían.
No se escucharon masivamente los testimonios del horror. El gobierno prohibió que eso sucediera.
El único registro que llegó a un público muy limitado (aunque relativamente amplio) fue "El diario del Juicio" que lo sacaba Fontevecchia.
Grababa las sesiones y publicaba las desgrabaciones.
Como tampoco se podían sacar fotos, las ilustraba con dibujos, como en el siglo XIX.
Más que la prosperidad económica o la crisis (que es SIEMPRE la que logra reunir o perder los votos esenciales), los votos marginales (gracias a los cuales se termina ganando o perdiendo la elección) están escapando de la izquierda por su apoyo a la Teoría de Género.
En Brasil (en EEUU, España, Italia, Francia, etc) pasa lo mismo que en la Argentina: el 60% de los varones menores de 30 años votan por Bolsonaro (o, acá, por Milei) por su rechazo a las ideas que impone la izquierda en contra de los varones.
No es solo la Economía lo que cuenta.
En EEUU se ve muy bien esta situación. Los debates actuales no son por el salario, el estímulo estatal a los bancos o la forma de controlar la inflación, sino sobre los cupos, la lucha contra "el privilegio" de ser varón y blanco, la guerra de lo políticamente correcto.
No me interesa quién gana el Premio Nobel de Literatura: ni los posibles ganadores ni los que finalmente lo reciben suelen interesarme NADA.
De los escritores que hoy quedan los únicos que sería positivo que lo ganaran son Houellebecq o Aira.
Pero como el Nobel de Literatura es 85% político (solo un 5% es literario, el otro 10% es una mezcla de 20 cuestiones distintas, ninguna literaria) lo más posible es que no lo ganen ni Houellebecq ni Aira.
Ganará Salman Rushdie (por ser atacado, no por sus libros) o una mujer.
Pueden no ganar ni Salman Rushdie ni una mujer (veo difícil que no gane una mujer, es casi imposible), pero el criterio para elegir a quien gane será así: 85% político, 10% de muchas cuestiones extraliterarias, 5% por literatura.
No miro series por género (de amor, de terror, policiales). Los miro porque supongo que su trama, su realización, las actuaciones, etc, conformarán una obra apasionante.
A veces son comedias (Seinfeld o Friends) otras son policiales (Mindhunter) o sobre la mafia (Los Soprano).
He detectado, sin embargo, que hay 2 géneros que me convocan con más frecuencia: policiales (de distinto tipo y color) y relatos históricos bien hechos (como Roma o Medici, el magnífico -que estoy disfrutando ahora-).
No veo nada de terror. Pero sé que es el género de moda.