Se ha perdido todo el decoro y la decencia en la política de este país.
Para no usar una palabra que se considera despectiva, la falta de educación, la mediocridad y la vulgaridad se han adueñado del gobierno.
Va el de 🧶
Es cierto que cada quien tiene derecho a ejercer su profesión como mejor le parezca, pero publicar felación en una red social y además ser un servidor público, es grave. No es crítica a la persona o a su actividad, sino a la falta de sentido común.
Es cierto que hay abogados,
ingenieros, periodistas, dentro de las cámaras, y muchos siguen dedicándose a su profesión, pero no lo han publicado de forma vulgar, aunque algunos así lo parezcan.
El decoro de la clase política se antaño, esa que Andrés menciona como “pillos de cuello blanco”, permitía
que, por lo menos, San Lázaro no se convirtiera en el mercado del día a día. Es la fecha en que se pelean como si estuvieran en la calle, con cualquier cualquiera, sin el más mínimo respeto a sus compañeros. No es que antes hayan sido mejores en cuanto a los dimes y diretes,
sino que el decoro siempre prevaleció porque, aunque veladamente se sabía que robaban, por lo menos no era tan evidente. Todas las intimidades se sabían a puertas cerradas; después, uno se enteraba por otros medios.
No porque las RRSS sean “abiertas” hay que ser
indiscretos. Diputados y senadores tienen el deber cívico de ser controlados y disciplinados. Si eso no sucede, todas las legislaciones que pasen por las cámaras, no serán tomadas con seriedad. El circo mediático es más grande gracias a los medios electrónicos y es ahora,
más que nunca, que se extraña el decoro, la privacidad y la seriedad.
Como he dicho, no se trata de estar en contra de los géneros, sino que hay lugares para hacer y publicar. No tenemos que enterarnos todos.
Y no se azoten, que no soy ingenua: los políticos de antaño tenían
Anécdota.
Antes del 15 de este mes, veía la película de “Todo el poder”, donde el protagonista quiere hacer un documental sobre la inseguridad del otrora Distrito Federal. La película fue realizada en la década de los 90, cuando en ese tiempo el DF era muy inseguro. Va 🧵
Dentro de las peculiaridades que pasan en esa película, está la marcha hacia el Ángel donde los ciudadanos iban vestidos de blanco, protestando y exigiendo seguridad en las calles, un evento que después utilizó el jefe de gobierno, Andrés, para hacerlos llamar “fifís”
a todos los que se manifestaron de la misma forma durante su gobierno.
En el radio de aquel entonces, no había noticia que no hablara de asaltos y secuestros exprés. Fue una época donde hubo mucho de esto. Muchos ciudadanos se mudaron a otros estados porque ya era inseguro vivir
A Claudia y Andrés les encanta sentir que son amados y populares, pero no es así.
No pueden negar que el acarreo en este sexenio ha sido descomunal y la plaza del zócalo en la noche del 15, no me deja mentir. Tampoco todos los camiones que se estacionaron cerca. Va un mini 🧵
Todos los acarreos, gente que pescan y se la traen de muy lejos, algunos dicen que desde NL, lo hacen con dinero del erario. A eso van a parar los impuestos. Lo que no saben es que al mexicano, y al capitalino, nos gusta la pachanga. No necesitarían gastar tanto dinero en
transporte y dádivas, basta con poner puestos de comida, garnachas y juegos para que la plaza del zócalo se llene con puro citadino. ¡Y sale menos caro! Organizar puestos de comida saldría a menos de la mitad de lo que se gastaron Andrés y Claudia en hacer su numerito.
La militarización en México es un asunto de importancia y preocupación internacional, no solo porque no se ha hecho nada en contra del CO, sino por el hecho de poder someter a ciudadanos inocentes y estar a la orden del presidente en turno para sus caprichos. 🧵
Ese es el objetivo principal: regresar a la opresión civil.
Andrés ha definido su postura todos estos años de dos formas: si no estás a favor, estás en contra, y quienes estemos en contra, va a procurar que la GN militarizada, arreste a todos aquellos que considere adversario.
Y como el segundo de a bordo de las FA ya tiene los bolsillos llenos, pues está subyugado a las órdenes presidenciales.
Ese es el verdadero peligro: el ejército en manos de un orate intento de dictador. Por eso están los focos rojos mundiales atentos a esto.
Mientras antaño se consideraba a la clase política como una elite, ya que debían estar muy bien preparados, no ser cualquier hijo de vecino, ahora son arrabaleros sin educación, sin preparación académica y sin sentido común.
Va uno de 🧶
Un político bien preparado, por lo menos ponía manos a la obra en proyectos a favor de la sociedad. Si bien jamás hemos sido un país que no abrace la corrupción, había recursos, había medicinas; y poco a poco se iban añadiendo propuestas, empleos, obras que beneficiaban al país.
Los “hampones de cuello blanco” siempre han existido: son esos dinosaurios que pretenden quedarse lo más posible en la política porque no tienen llenadero (@ManuelBartlett, como ejemplo). Sin embargo, la clase política que nació con el gobierno de Andrés, es la peor que
Venía platicando con el chofer del taxi, hablando de lo mal que está la ciudad, llena de baches y de encarpetado asfáltico sin terminar. De lo mal que ha hecho su trabajo Claudia y de lo mal que están los alcaldes.
Y me mencionó la opinión de algunos periodistas.
Va el de 🧶
La opinión de los periodistas se ensambla con mi pensar y el del honorable chofer, ya que estando en la calle se pueden ver las cosas que aún no se han resuelto.
Resulta que el señorito Ackerman ha destapado una de tantas cloacas que se han encubierto. Las razones por las cuales
habló pueden ser variadas, pero lo importante es que se fue de lengua: todos los cargos públicos de peso, Gobernación, Hacienda, Comunicaciones, ya están apalabrados. No importa si ganan o pierden los candidatos de Morena, ya están dispuestos los cargos. Eso dijo el señorito.
No repudio el alimento. Los tamales y el chocolate son muy ricos, parte de nuestra gastronomía, pero no es suculenta. Para una persona que se ha empecinado en satanizar a la comida chatarra y los alimentos y bebidas cargadas de azúcar, la “suculenta” cena suena a broma,
y de muy mal gusto.
Esto es una muestra más de la falta de congruencia entre lo que dice, hace y nos quiere hacer creer, ya que unos pocos, miles entre millones, se creen sus mentiras.
Además, la cara de los empresarios no se ve muy placentera, no por la cena, precisamente.