𝙳𝚒́𝚊 15
Tw: V!Licántropo ♡ / Hurt-Confort
Meses antes a la confesión
¿:( :)?
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Su respiración era un completo desastre, apenas pudiendo dar mínimos tragos de aire para complacer el alocado ritmo cardíaco que golpeaba con fuerza contra su pecho. Su mirada borrosa apenas le dejaba distinguir las figuras a su alrededor, siendo las brillantes luces en el techo
una gran molestia para sus ojos semi cerrados. Las voces constantes de los médicos le dejaban más aturdido aún, hablando de cosas que apenas podía registrar por su mal estado.
Está aterrado, por completo, tanto que quería largarse a llorar ahí mismo frente a tanta gente que no
conocía, pero se aguanta. No sabe bien el por qué, pero aún así retiene todas sus emociones lo máximo que puede hasta tener un poco de privacidad, manteniendo un rostro casi que inexpresivo, solo dejando ver matices de dolor en sus ojos, ya fuera por las múltiples heridas en su
cuerpo o por el dolor en su corazón, pero eso nadie tiene que saberlo.
Había discutido nuevamente con Volkov, ya no sabía que hacer con respecto a aquel licántropo, desde su mirar lo consideraba el amor de su vida, alguien con quien quisiera pasar el resto de su tiempo sin
importar las adversidades que se le atravesarán, pero sabía muy bien que el ruso no lo veía igual y debía de aceptarlo por fin. Había estado a punto de morir otra veces, pero hoy luego de salir con su sobrina y madre para despejarse un rato, justo hoy cuando exteriorizó sus
anhelos de formar una familia, de casarse, tener hijos. Justo hoy en donde se llevó el mayor susto de su vida.
Deja escapar un largo suspiro una vez se encuentra sólo, lágrimas amargas caen por sus ojos mientras se incorpora de manera lenta y entre pequeñas quejas,
le dolía todo, tanto por fuera como por dentro, se sentía derrotado, destruido, y sabía que así no podía seguir. Y hoy iba a poner un punto final, ya era hora de mirar por si mismo, y aunque le estuviera ardiendo el pecho, su corazón gritando que esperara un poco más por aquel
ruso de ojos azulados, su mente pedía clemencia, pedía paz de rodillas.
Y eso se iba a dar, un poco de paz si no fuera por qué la puerta se abre sonresaltando al moreno semi recostado en la camilla— ¡Horacio! —Aquella voz que tanto ama, pero que en esos momentos no quería
escuchar, retumba en sus oídos. Cierra sus ojos, no quiere verlo, por qué sabe que es débil, débil ante Viktor Volkov, y ahora mismo no se podía permitir ser débil, no más, aunque lo único que quisiera en realidad sea fundirse en un abrazo con el ruso y dejarse mimar por este.
Volkov de acerca rápidamente a la cama, tomando con suma delicadeza la mano conectada a una mariposa de Horacio — Hache, Hache, me tenías tan preocupado, cuando escuché como caías, el olor de tu pánico y sangre, yo- yo entre en pánico —Sus palabras salen a grandes velocidades
dejando escuchar la gran angustia y miedo en la voz del licántropo, ocasionando que el moreno comenzará a dejar pequeñas caricias en el dorso de la pálida mano de manera inconsciente, recibiendo un tenue ronroneo a cambio — Hache me alegro tanto que estés bien —Murmura con la voz
ligeramente quebrada antes de envolver su brazo libre alrededor de la cintura del humano, escondiendo su cara en la unión del cuello y el hombro.
El pelirrojo sabe que tendría que apartarlo si quería cumplir su cometido, pero no puede, simplemente no puede alejarlo, no ahora, y
quizás nunca pueda, y eso le iba a matar lentamente si seguían igual. Dejando escapar un sollozo rodea con su brazo libre el torso del ruso, abrazándolo con fuera mientras llora libremente, llora como no hacía hace años, dejando que su corazón se desahogará sin tapujos,
dejando que el lobezno le consolará con dulces palabras, que más que un bien le hacían más daño, pero eso no importaba ahora. Solo importaba el cálido cuerpo de Volkov presionado contra el suyo, dándole un pequeño lugar para llorar sin ser juzgado.
Pasan los minutos, que para Horacio fueron horas, antes de lograr separarse de la reconfortante calidez del hombre más grande y antes de que este pudiera decir algo decide tomar la palabra — Necesito tiempo —Murmura desviando su mirada hacia la gran ventana a unos metros
concentrándose en como el sol poco a poco iba desaparecido por el horizonte— Yo no puedo seguir así Volkov, me duele, duele mucho....y no es tu culpa, está bien si no me ves de manera romántica, lo entiendo y lo acepto, pero es demasiado para mí —Siente como el agarre en su mano
se vuelve más fuerte y escucha como un sonido ahogada viene desde el fondo de la garganta del ruso, logrando que con mucho esfuerzo su mirada se deslizara hasta posarse en los ojos azulados del licántropo, viendo cómo su expresión había cambiado de manera abrupta.
— Podemos ser solo amigos y compañeros, pero necesito un tiempo para mí...lejos de tí, si? —Dice intentando darle una sonrisa, no quería que se sintiera mal por sus palabras, jamás le culparía de nada y mucho menos de no corresponder sus sentimientos, aunque apreciaría que le
hubiera dado un repuesta antes de llegar a esta situación — Horacio yo...yo- yo no — La voz grave de Volkov tiembla inundada de puro pavor, más sin embargo el moreno no se da cuenta de aquello— Tranquilo lobito, no me iré de tu lado, siempre juntos recuerdas? —Y aunque hay
matices de tristeza en su voz, el ruso puede oler el alivio en el dulzón aroma del director, como si se sintiera más liberado.
Y aquello le aterra por completo, no podía perder a su pareja, no ahora, no cuando al fin había decidido hacerle caso a las demandas de su lobo,
exigiéndole desde el día en que conoció al de cresta ser su pareja. Antes había estado demasiado cegado por su miedo, pero ya no, se merecía ser feliz al lado del moreno, como Horacio merecía ser feliz lejos de él. Pero era egoísta, no soportaba la idea de que
el pelirrojo estuviera con alguien más, simplemente lo sentía mal, es su pareja destinada, su mate, no debería de estar con alguien que no fuera él.
Y por más de que su lado humano y más racional le decía qué Horacio era alguien libre de elegir irse, pero su lado más
animal se renegaba a tener en cuenta esa posibilidad; pero ahora, al escucharlo decir aquello, se sintió como un balazo de agua congelada, entrando en puro pánico escuchando como no estaba enojado y que aún así seguiría ahí para él, deseando que encontrará a alguien
que le hiciera feliz.
Todo era un desastre, el mismo era un maldito desastre no pudiendo siquiera confesarle sus sentimientos a la persona que iluminaba sus días — ¡Para! —Interrumpe de manera abrupta y brusca la dulces palabras del de cresta, causando que el cuerpo herido del
director se sobresaltará— Yo, disculpa no quería asustarte, ni quería gritarte hoy más temprano, yo... Horacio no, yo, no quiero que seamos solo amigo o compañeros, quiero que seamos más que solo eso —Murmura llevando su mano libre a la mejilla magullada acariciando suavemente
está, manteniendo su mirada fija en los ojos bicolores— Yo, se que será confuso ahora, pero realmente dame un poco más de tiempo, es lo único que te pido, te lo ruego Horacio y ya luego, si...si quieres...—No logra siquiera decirlo sin que su voz se quebrará
y sus ojos se llenarán de lágrimas.
Puede oler y ver la indecisión en el moreno antes de que dejará escapar un suspiro cansino — ¿Me prometes que solo será un poco más? Ya estoy cansado de esperar Volkov, tan cansado —Murmura con desdén
inclinando ligeramente su rostro hacia la pálida mano, buscando consuelo en está, haciendo que el lobo interior del ruso aullara de tristeza ante el tono y el amargo olor, regañando a su parte más humana por su indecisión de tantos años.
El mayor suspira asintiendo suavemente
con la cabeza antes de inclinarse ligeramente para juntar frente con frente de manera delicada— Te lo juro Hache, voy a hacer que todo valga la pena —Susurra continuando con las caricias agradeciendo internamente que Horacio, nuevamente, le haya dado una oportunidad
mientras que piensa como podría compensar tantos años perdidos, empezando por hacer que el aroma agrio del moreno volviera a ser tan dulzón y embriagador como siempre.
El día había empezado bien para Horacio, había ido a trabajar como cualquier otro domingo, solo que medio turno por capricho suyo y de su marido, aprovechando sus puestos para tener un horario mas flexible. Ahora mismo ya devuelta en casa y solo con su pequeña bebé, danza por la
con maestría, disfrutando de las melodías de la música que salían del parlante mientras le hecha un ojo a su niña entretenida con Mika.
Aquella imagen hizo que las comisuras de sus labios tirarán hacia arriba enternecido por completo, su
Tack Tack Tack, pasos tras pasos era lo único que el nervioso moreno oía, su corazón retumbando contra su pecho con fuerza. Sus brazos envueltos en su propio torso con ímpetu, arrugando la camisa vinotinto que le había tomado prestada a su pareja hacia unas horas mientras veía
en todas las direcciones posibles, intentado ver algo entre la profunda oscuridad del lugar, dándole más escalofríos al imaginarse ojos viéndole fijamente. Deja escapar un suspiro tembloro seguido de un gritito al escuchar como de manera imprevista una puerta de madera pesada se
𝙳𝚒́𝚊 5 y 8
Tw: V! Licántropo ♡
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La noche, tan oscura y profunda como el mismo océano, albergando un sin fin de criaturas desconocidas para el ojo humano, alguna amables y dulces, otras agresivas y ferozes, a la espera de un simple despiste para atacar sin remordimiento a su presa. La noche, tan bella, adornada.
con la hermosa luna y las estrellas; La noche, la fiel compañera de Volkov, siempre a la espera de poder dejarse ver luego de un largo día, alumbrando a todas las criaturas nocturnas con la tenue luz de la luna, a veces más fuerte, a veces más débil, por ahí estaba
Sus pasos, tan sigilosos como los de un pequeño ratón, no dejaban rastros de sonido mientras se acercaba rápidamente a su presa, sus ojos en rojo vivo, un color tan poco común en él, siendo usualmente reinado por un azul hielo, que congelaba a quien le mirase. Ahora, como si
del fuego mismo se tratase, se desliza entre los árboles con gracia y elegancia, evitando romper las diminutas ramitas que habían por el todo el suelo o tropezar con las raíces que sobresalían de la tierra.
Se mantiene quieto unos segundos, observando con atención al hombre a
𝙳𝚒́𝚊 2
Tw: Harry Potter au
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La suave brisa otoñal golpeaba con delicadeza el rostro moreno del gryffindor, el cual se encontraba escabulléndose entre los largos y espaciosos pasillos del castillo con una sonrisa sutil y traviesa formada en sus labios, cantando victoria internamente al ver que su plan había
funcionado. Había visto como el alto ruso le miraba de lejos, su curiosidad palpable en el aire al verle, atentamente, cambiar su cabello de color sin siquiera pensarlo a lo largo del día de manera aleatoria, de un rojo fuerte a un turquesa
Volkov daba vueltas en círculos en el living de la mansión,hacia dos horas que Horacio había salido de
servicio y por ende debía de llegar a casa en menos de cuarenta minutos, pero aún nada, el moreno no llegaba y le tenía los pelos de punta. Frustrado se deja caer en uno de los sillones mientras deja escapar todo el aire que había estado reteniendo sin saberlo.
Había sido un día, más bien, una semana complicada, empezando por haber discutido muy fuerte con Horacio por culpa del poco tiempo en el cual se veían a causa de sus horarios y de los viajes constantes a los cuales Madisson había estado