Me impresionó tremendamente este hilo. Tanto que decidí escribir así fuera para nadie, pero sin guardarlo para mí, los destrozos emocionales que la sumisión ha causado en mi vida. #femdom#dominacionfemenina#sumisión
Es terrible que existan mujeres jóvenes que piensen que la entrega pueden ser unos cuantos miles de pesos, euros o dólares. Cuando para muchos de nosotros lo que entregamos es la vida y el alma en ello, el dinero siendo el menor de los accesorios.
Y es por eso que lo que aspiramos no es a ser tratados como basura humana, hombres desechables, esclavos. Que lo somos en el día a día, en cada trayecto al trabajo, en cada esfuerzo y en cada acción que hacemos en sociedad desde la cuna hasta la tumba.
Nota sociológica, todos y todas, incluyéndolas, somos seres desechables, esclavos de una gran maquinaría de producción que avasalla nuestras relaciones, pensamientos, alegrías y tristezas y deseos.
Incluyendo especialmente sus ideas que hay humanos que somos carteras andantes que sólo sirven para adorar una feminidad juvenil, banal, vana y efímera. Es risible y triste a la vez.
Notas aparte, y poniendo el ego por frente, mi vida de soledad anheló la compañía de un arquetipo femenino divino, autoritario que me hiciera sentir que la vida valía la pena ser vivida y peleada. Y vi Dulcineas del Toboso en todos lados.
Y esa lucha cotidiana, yihad dicen los musulmanes, en favor de mis Dulcineas contra molinos de viento para entregar, cuidar y proteger no fructificó. Aunque agradezco que en la lucha crecí como hombre y como humano. En todos los casos siempre terminó igual:
Siempre fui tomado por un mueble más que por su lealtad iba a estar allí siempre y que no tenía necesidades emocionales; que podía ser despreciado y que ya era una conquista perpetua. En varios casos acabé lastimado físicamente.
Pero las heridas emocionales son perpetuas. Tratar de combatir eso es ir sobre una estructura ideológica de pensamiento que no podemos alcanzar a entender y que es la causante que veamos todas las relaciones como desechables y líquidas. No puedo cambiar eso.
Lo que puedo hacer es decir lo que quiero. Y lo que quiero es que esa relación en el que deseo someterme sea una de mutua compasión. En el que ambos reconozcamos que el mundo afuera es cruel pero nuestro hogar puede ser un refugio de nuestras almas.
Un lugar con una fogata donde podamos descansar, compartir y construir las cosas buenas que tiene la vida y tomarnos no como proveedores de diversos servicios y bienes, fetiches y dinero, sino de cuidados, de como ambos somos tesoros para cuidar mutuamente:
Y sobre todo que somos guardianes de los sueños y emociones del otro, al que amamos profundamente, no por nuestros méritos, sino a pesar y por nuestros defectos. Mismos que buscamos mejorar y crecer.
"Si tuviese yo las telas bordadas del cielo,
Recamadas con luz dorada y plateada,
Las telas azules y las tenues y las oscuras
De la noche y la luz y la media luz,
Extendería las telas bajo tus pies:
Pero, siendo pobre, sólo tengo mis sueños;
He extendido mis sueños bajo tus pies;
Pisa suavemente, pues pisas mis sueños."
- Yeats.
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Y no sé cómo despedirme de ti. Y lo escribo ahora, con insomnio, a la nada.
No sé cómo despedirme de ti porque obviamente te sigo amando y eres una de las personas más maravillosas que han pasado por mi vida. Pero no puedo más. No puedo darte más de mi vida.
Nunca quise que las cosas fueran simétricas, no me interesaba. Pero la asimetría ya es insoportable. Para mí, tú eres el universo. Para ti, apenas soy un amigo útil.
Y pensé que podía soportarlo, mas no puedo. Perdón.
Y no sé cómo decirte que ya no soy tuyo. Que decidí pertenecer a la soledad que es terrible pero menos cruel que la esperanza de alguna vez ser algo contigo. Que llevo años aprendiendo a convivir con la soledad y que me di cuenta que estar contigo me hacía sentir aún más solo,
No encuentro mi lugar en el mundo como sumiso. Puedo entregar todo y aún así las cosas que necesito nunca van a estar allí: comprensión con la circunstancias, amor, una vida sexual plena. Destroza mi existencia, mis sueños y mis ilusiones saber que no existe un lugar dónde quepa.
Porque racionalmente no quepo. Soy padre de un niño en circunstancias menos que óptimas y por el que tengo que ver, que lleva prioridad en mi esfuerzo. Esa paternidad además la he tenido negada por muchos años y el intento de tener una vida en familia fue destrozada por ese caos
¿Servir? Para eso vivo. Para servir a todo mundo. A gente que me da un poco de cariño que mendigo le puedo dar joyas; y al final nunca soy prioridad. Soy simplemente el amigo que aprecian porque le ayuda y está allí.
Ser sumiso es parte de mi sexualidad; en muchos sentidos es mi sexualidad. No me atrae sexualmente una mujer que no sea dominante; y Ella no me dominaría exclusivamente por ser mujer, sino por tener carácter, templanza, generosidad, empatía, compasión, virtudes y habilidades...
que me hagan someterme ante Ella y desear ser suyo. Y claro que Ella me vea y decida elegirme como suyo. Todos los intentos de intentar algo diferente en mi vida como vida sexual han fracasado.
Me frustra mucho la idea de una relación de dominación femenina en castidad permanente. Como si las necesidades sexuales que surgen como sumiso no fueran válidas. Alguna relación que tuve fracasó por eso. Todo era maravilloso pero jamás podía haber sexo.