responsable; un idiota confiable y mejor compañía que cualquier otro. Se conocían hace muchos años, eran profesores universitarios y convivían desde su época como estudiantes.
El problema realmente empezó cuando la pequeña rata se consiguió un novio: su estudiante de la
facultad de negocios. Cada vez que el hombre de casi dos metros venía de visita hacían un enorme escándalo por horas.
Se suponía que para evitar *ese tipo de inconvenientes* tenían un horario que le permitía a Shen Jiu largarse de ahí. Ahora volvía de su viaje y, aunque le avisó
a Shang Qinghua que volvería dos días antes, parece que a la rata ya no le importaba incomodarlo con su película porno casera.
El otro problema era de él, de su propio deseo. De lo fácil que se excitaba y perdía la cabeza por el sexo.
Envidiaba un poco a Qinghua por el amante
que se consiguió: no solo duraba horas, también le sacaba muy buenos gemidos. Eran tan buenos que desde que entró al apartamento tenía una erección.
Shen Jiu no lo pensó dos veces antes de entrar a su habitación y dejar tirado el equipaje. Se quitó la ropa, excepto por su
camiseta ancha, y sacó uno de sus juguetes.
Después de haber hecho todo eso, le envío un mensaje con su ubicación a esa pequeña bestia que encontró hace poco.
Estaba seguro de que el bastardo vendría corriendo.
No pasó demasiado tiempo cuando el timbre sonó. En ese momento
Shen Jiu estaba jugando con su agujero; el dildo seguía a medio camino apretado entre sus paredes.
Con las piernas temblorosas caminó hacia la puerta para recibir a ese guapo joven que conoció en el tren. Bastó un jalón rápido para arrastrarlo adentro y de inmediato lo besó.
Luo Binghe lo aceptó sin dudar, y estrechó su cintura aferrándolo más a él. Shen Jiu se aferró aún más, sintiéndose pequeño en esos brazos cálidos y fuertes. Las manos pronto se deslizaron más allá de las caderas, palmeando su trasero.
—Cada vez que te veo estás cachondo y con algún juguete en el culo, baobei. —Luo Binghe aprovechó un momento entre beso y beso para hablar.
Era cierto, pero no; no siempre traía un juguete en el culo. Cada ocasión tuvo su razón, pero no estaban aquí para explicaciones.
Shen Jiu fue sentado en un pequeño sofá que tenían en la sala, sus piernas abiertas revelaron el bonito desastre que llevaba entre ellas. Temblaba, pero no de vergüenza, sino por la expectativa a los movimientos de la bestia.
Luo Binghe lo miró un rato, pensando que no debería
sorprenderse por encontrarlo con medio dildo en su trasero y su bonito pene mojado en presemen; sin embargo, seguía siendo inesperado.
Sin contar que el rostro sonrojado y excitado de Shen Jiu era encantador e irresistible.
—Entiendo que mi A-Jiu necesite estas cosas de vez en cuando, pero —Luo Binghe agarró el dildo y lo retiró poco a poco— desde que yo esté para ti, créeme baobei que no necesitarás de esto.
»Puedo darte todo lo que quieres sin ninguna de estas tonterías...
El escándalo tras la
puerta se intensificó interrumpiendo a Luo Binghe. El joven miró hacia la habitación y dijo —Además, ¿qué hay con ese escándalo? ¿A-Jiu se excita escuchando coger a los demás?
—Es mi compañero, ¿eso es importante para ti?
—Lo único que me interesa es mi A-Jiu. —Luo Binghe besó
el abdomen de Shen Jiu y levantó su camiseta hasta quitársela.
Se encargó de besarlo en cada parte, probar cada milímetro de su torso bien formado y pálido. Luego bajó hasta su erección y la atrapó en su boca.
El resultado fue Shen Jiu retorciéndose en el mueble, aferrándose al
mismo con fuerza. Luo Binghe le hacía la mamada mientras estimulaba su agujero con dos dedos, y todo lo hacía tan bien que las lágrimas se le escapaban.
Poco a poco sus gemidos fueron apagando los que provenían del cuarto y, en aquella sala, eran ellos en su pequeño mundo.
Luo Binghe se encargó de la erección de Shen Jiu hasta que este se corrió en su boca. No tuvo problemas en beberlo; cualquier cosa de su ángel la recibiría sin dudar.
Esa vista bastó para impacientar a Shen Jiu, su mirada expresaba toda la urgencia que tenía por recibir a
Luo Binghe dentro y ser rasgado por él.
Observó su manera de quitarse la camisa, el pecho duro y abdomen en V que tenía bajo la ropa, la bien conocida verga que estaba lista para complacerlo.
Solo cuando Luo Binghe sacó un condón de su bolsillo trasero, salió de su mente y lo
detuvo antes de abrirlo —Tú… ¿Estás limpio?
Luo Binghe fue honesto —Nunca lo he hecho sin uno.
—Yo tampoco. Nunca. Hoy no… No quiero usarlo. —
Era un poco extraño hablar de esto antes de tener sexo, pero, por alguna razón, todo dentro de Shen Jiu gritaba que quería sentirlo en crudo.
—Puedo enseñarte mi chequeo periódic… ¡Auch! —El sonido fue en burla, cuando Shen Jiu le lanzó la pantufla no le dolió.
—Ya cállate, bestia. Solo hazlo.
Shen Jiu abrió más sus piernas, dejando que Luo Binghe se acomodara entre ellas, y sintió cómo la gorda cabeza se frotaba en su agujero antes de abrirlo.
Estaba cálido y duro, palpitando con violencia y estimulando cada uno de sus bordes
interiores. Se sentía tan bueno que iba a derretirse por completo unido a él.
Sin contar que el lubricante que había empleado Shen Jiu era caliente y algo picante, dejando una sensación de ansiedad en la intrusión.
—Aah, Binghe, muévete rápido.
—Baobei, estás apretado, relájate un poco y podré moverme mejor. —Aquello fue una mentira, el dildo que tenía Shen Jiu lo dejó bien abierto, solo que Luo Binghe era más grande que el estúpido plástico.
Además, lo estaba torturando.
Empujó suave hasta que la punta golpeó
profundo, haciendo que ambos soltaran una maldición. Sin perder un segundo, Luo Binghe arremetió contra el tierno agujero sin piedad.
El pequeño mueble se sacudía tanto que no parecía poder soportar las brutales embestidas de Luo Binghe, y estaban haciendo quizá un poco más de
ruido que la pareja en la habitación.
En ese momento Shen Jiu lo atrajo a sus labios y se besaron sin mesura, cómo si solo así pudieran calmar una enorme sed. La química entre los dos era innegable y muy intensa, atraídos por alguna especie de deseo inexplicable.
Luo Binghe no
creía que nada podría separarlo de su ángel en ese instante, hasta que escuchó un gemido particular desde la habitación —¡M-Mobei, mmgh!
Fue bastante alto, lo suficiente para no poder ignorarlo. Shen Jiu también levantó un poco su mirada y notó como un destello cruzó por los
ojos de Luo Binghe.
En medio de su aturdimiento fue levantado en brazos por él. La bestia ni siquiera se tomó la molestia de salir y Shen Jiu sentía cada paso atormentando su interior.
Lo estaba llevando a la habitación de Qinghua.
—No vayas… allá, Binghe…
—No te preocupes, A-Jiu. Será divertido.
Luo Binghe abrió la puerta y se encontraron con la escena: un guapo hombre alto, inclinado sobre otro mucho más pequeño y hermoso.
El hombre alto giró el rostro —¿Tú qué demonios hac... ¿¡Binghe!?
—Siento interrumpir, me equivoqué de habitación. —Luo Binghe caminó hasta el otro lado de la cama y puso a Shen Jiu al lado de Shang Qinghua, que enterró el rostro en el colchón. Sonrió antes de decir —Shang-laoshi, no se preocupe.
»Por favor, continúen.
Luo Binghe también se
inclinó y recuperó el ritmo con Shen Jiu, que tampoco entendía la situación —B-Binghe… Qué estás-
—No te preocupes baobei, concéntrate en mí. —Luo Binghe era el único que sonreía, lo que había en su mente en ese momento era algo que Shen Jiu no podía entender.
Intentó replicar, pero los movimientos de Luo Binghe eran tan buenos que volvió a centrarse en el placer. Giró la cabeza e intentó decirle algo a su aturdido amigo, pero las palabras no salieron.
Shang Qinghua también lo miraba, con una expresión complicada; sus ojos estaban
inundados. Mobei simplemente miró a Luo Binghe un poco más antes de volver sobre su amante, cómo si fuera algo natural coger frente a alguien más.
Era demasiado. Luo Binghe era tan despiadado al ponerlo aquí, pero él mismo se sentía algo… excitado frente a la otra pareja.
Nadie, ninguno de sus ex amantes tuvo esa energía ni le hizo sentir lo que este jovencito le brindó en un solo día.
Luo Binghe estaba en su cuello, mordiendo delicadamente su piel, y luego le habló en su oído
—Supongo que mi A-Jiu también es profesor, ¿prefieres que te diga laoshi?
—Ngh… no. —Shen Jiu se aferró su espalda soportando el vigor con el que estaban penetrando su interior. Luo Binghe… de verdad era un loco.
En breve los sonidos en la habitación eran solo jadeos y
gruñidos, cada pareja centrada en lo suyo con una leve diferencia: Shen Jiu y Shang Qinghua se miraban cada rato, con una expresión difícil pero placentera.
Luo Binghe y Mobei se dieron cuenta de sus miradas y, luego de un intercambio entre las suyas, decidieron ponerle algo de
picante al asunto.
Las parejas se acomodaron de tal forma que Shen Jiu y Shang Qinghua estaban uno frente al otro, tan cerca como para tocarse. Detrás de ellos estaban los dos hombres que nunca dejaron de embestir y acariciar sus cuerpos.
Podían ver la cara del otro, jadeando,
llorando. Los alientos se mezclaban en un solo, uno que acaloraba sus rostros y cuerpos.
Quizá era por el ambiente y la temperatura, quizá por lo abrumado que estaba en ese momento, pero Shen Jiu quería acercarse más a esa agradable calidez.
Él fue el primero en inclinarse,
pero fue Shang Qinghua quien estiró el brazo y lo atrajo para besarlo. Las lenguas juguetearon entre ellas de inmediato, escudriñando el interior de sus bocas.
Los hombres tras ellos aumentaron las embestidas al ver cómo resultó todo, cono si aquel beso fuese un afrodisíaco para
los dos. El beso entre Shen Jiu y Shang Qinghua solo se hizo más profundo frente a ellos, resonando húmedo y lujurioso.
Sus bocas se separaron cuando perdieron el equilibrio por la fuerza con las que los jodían, pero en vez de alejarse se apoyaron en el hombro del otro y fueron
por el miembro ajeno para masturbarlo.
El movimiento de ambos sobre el pene del otro era torpe y descuidado, pero cada sensación era jodidamente buena. Estar así de cerca les permitía escuchar el coro de gemidos directo en sus oídos y sentir esa inmensa calidez brotando de sus
pieles.
De nuevo las bocas se encontraron sin dejar de estimular al otro, los jadeos escapaban a medias entre sus labios. No se detuvieron hasta que alcanzaron en ese punto cúspide y aumentaron la urgencia de sus bocas y sus manos.
Sin ponerse de acuerdo, ambos gritaron:
—Ngh… Dawang… estoy cerca.
—B-Bestia, rápido… Más duro.
Los hombres tras ellos apresuraron sus movimientos, también cerca de sus clímax. Shen Jiu sintió cómo se corría Shang Qinghua en su mano antes de que
Luo Binghe hiciera lo mismo en su interior.
El joven mordió su hombro en el acto, abrazando su cuerpo a la vez que atrapaba su pene para frotarlo más rápido.
Lo último que vio Shen Jiu después de venirse fue a Shang Qinghua siendo jalado por Mobei, besándolo mientras temblaba
en su agarre.
Completamente noqueados, los dos profesores cayeron en la cama. Luo Binghe no esperó demasiado para cargar a su A-Jiu en brazos y llevárselo fuera.
Antes de salir le hizo un pequeño gesto a Mobei.
El hombre de expresión fría entendió y no dijo nada mientras se retiraban.
Shen Jiu volvió a reaccionar cuando estaba dentro de la bañera, pero tenía tanto sueño que no era consciente de nada. Estiró su mano hasta atrapar la muñeca de Luo Binghe —Es tarde… Quédate aquí.
Tuvo un buen sueño, bastante tranquilo. Por una sola noche olvidó lo mucho que odiaba dormir con alguien y se acurrucó en los brazos de Luo Binghe. Era tibio y olía a madera ahumada.
Cuando despertó al día siguiente estaba solo en la cama y no podía moverse; todo el cuerpo le
dolía. Luo Binghe apareció al rato y también pudo escuchar la voz de Mobei en la habitación de al lado. Los intrusos seguían en casa, pero, por lo menos, hicieron el desayuno.
Fue una mañana muy agradable. O bueno, lo fue hasta que Shang Qinghua entró en su habitación regañando a Luo Binghe, su otro estudiante, por lo que había hecho el día anterior.
~Fin~
Asi es como metí al MoShang en la trama. Aún no decido si continuar aquí o en ao3 (al final todo esto irá a ao3, igual), pero hasta aquí va con la tag de la FSW.
Dato random que no quiero meter en la historia: No es que Mobei crea que es normal hacer papapa frente a otros, pero un día le pidió consejos a lbg de como hacerlo bien y el canijo lo puso a ver un vídeo suyo mientras le explicaba XD
Otro dato porque me siento irresponsable: esta bien pedir exámenes, pero no se fíen en la palabra de nadie. ¡Qué demuestre que está limpio! Aunque siempre es preferible el condón. Abacho.
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Cada noche Luo Binghe va al mismo strip-club, o intenta hacerlo a diario. Quizá lleva un mes —o mes y medio— visitando ese lugar que, cuanto menos, es interesante.
En aquel sitio, cada persona debe llevar máscara y peluca; los strippers, los camareros, el personal de seguridad y, por supuesto, los clientes.
Desde su primera visita, Luo Binghe se interesó por un particular mesero que, jura, es el hombre más hermoso que ha visto en su vida.
Sabe que es cínico porque esa fue la frase que le dijo a su esposo el día que se casaron, mientras ponía el anillo en su dedo, pensando que la vida matrimonial con el amor de su vida sería el paraíso.
au moderno donde lbg sea técnico de un operador de telefonía que llega a la casa de sj a reparar un daño.
Sj es el esposo de un empresario, vive como ama de casa lujosamente sin preocuparse de nada...
Excepto porque su marido lleva muchos meses sin comerle el jiussy 😾
Cuando ve a este atractivo y caliente joven siente palpitar su entrepierna y no puede evitar ofrecerle algunos aperitivos mientras soluciona el problema del internet.
(en realidad espera que se dé cuenta que él es el PLATO FUERTE y que solucione SU problema 😼)
Lbg se da cuenta de sus intenciones, sí SJ no hace más que agacharse enseñándole todo su jugoso trasero. A la mierda la reparación, mañana puede venir de nuevo y está seguro que
#BingJiu lbg —que está en modo 'conquistaré a shizun'— descubre que sj no acepta dormir con él porque tiene pesadillas (y odia que cualquiera lo vea vulnerable).
sj se acurruca cada noche en la esquina de su cama y solo se queda dormido unas pocas horas antes de soñar con qjl
pero los últimos días cada vez que se queda dormido está en un frondoso bosque de bambús. la brisa fresca acaricia su rostro y puede escuchar el sonido de la pipa entonando preciosas canciones.
días después agarra confianza y explora este nuevo lugar en sus sueños, encuentra un
jardín junto a un pequeño estanque. el lugar es extraño pero acogedor y hermoso. sj se relaja semanas después y su temor a dormir se reduce poco a poco.
lo que no sabe es que cada noche lbg entra en sus sueños y construye ese mundo para él, mientras se encarga de esconder
Luo Binghe no era un pequeño discípulo cuando descubrió el coño de Shen Qingqiu. Aunque shizun sí lo trataba como un mocoso tonto.
El día que vio su concha solo quería entregar un poco más temprano el té matutino junto con los dulces favoritos de shizun. En el momento pensó que el maestro estaba aseándose, pero después de haber huido en silencio y con las mejillas rojas se percató que tal vez
estaba jugando con /eso/.
Shen Qingqiu no se dio cuenta y siguió tratando a Luo Binghe como la pequeña bestia que asignó a la cocina. Era como si el maestro no pudiera ver los cambios obvios de Luo Binghe: el cabello creciendo y engrosando, sus músculos definiéndose,