#MamaJiuWeek2022
Día 6 Orquídea
Pareja: Bing(2)Jiu (trio)
⚠️ Found family, ageswap.

Las paredes del burdel siempre le han parecido enormes, tapizadas con tonos fuertes y decorados dorados que parecen una lluvia sobre él.

Para un niño, casi parecía un castillo fantástico.
Shen Jiu ha vivido toda su vida en este castillo encantado, abandonado tras nacer en la puerta de entrada, creyó que podía ser merecedor de un sueño. Fue alimentado y vestido, nunca le faltó lo indispensable para sobrevivir pero su infancia no duró mucho.

"A-Jiu es tan hermoso,
fácilmente puede pasar por una linda niña"

Él estaba consciente de su aspecto, era esbelto y su cabello caía como tinta negra por su espalda. Sumado al claro verde en sus ojos, rasgados y con abundantes pestañas que acariciaban su rostro al parpadear.
Sus hermanas mayores tenían razón, si se lo propusiera, Shen Jiu sería una niña casi santa por su encanto.

Pero no olvidaba que era un niño, a pesar de las ajustadas túnicas que últimamente comenzó a usar. Reñia y embaucaba a cuánto niño ingenuo veía cuando era libre
de esas prendas llamativas, regresaba a ser el atrevido Shen Jiu que dominaba las calles.

Hasta que una noche la Madame lo azotó contra el suelo.

"¿Qué pensaste cuando saliste a correr por ahí con esos vándalos? ¿No pensaste en lo mucho que nos ha costado mantenerte con vida?"
Rugió la mujer mientras jalaba el cabello del niño, Jiu cerró los ojos de inmediato "Mírate, toda tu cara repleta de cortes y tus manos, pies ¡Todo! ¡Mocoso desagradecido!"

El rostro de la bella dama brillaba por la ferviente furia, momentos antes, Shen Jiu había llegado a
la casa con rastros de heridas producto de una pelea callejera. La Madame no pudo más que estallar en cólera.

"¡Vas a aprender a obedecer las reglas de esta casa!"

Frente a él había una tina repleta de agua helada, Shen Jiu forcejeó pero poco pudo hacer para evitar que la mujer
lo zambullera en ella. Jadeó y lloró por el frío golpeando sus heridas abiertas, dando chapuzones se aferró a la mujer.

"¡Lo siento, de verás lo siento!" Gritó sin aire tratando de ganar la clemencia de la mujer. Su piel tiraba y dolía pero sus lágrimas se mantuvieron calientes.
"No lo haré de nuevo…"

Aquello pareció compadecer a la Madame, exhaló con fuerza ayudando a Shen Jiu a salir del agua fría. El pequeño cuerpo temblaba al verse despojado de sus prendas y las finas túnicas de la mujer lo envolvieron al salir de la habitación.
Como un pequeño animal herido, Shen Jiu se acurrucó contra la fémina. Aún temía por su reacción pero su cuerpo se relajo cuando la mujer acarició su cabello y atendió sus heridas con cuidado.

"Jiu'er, debes comprender que me preocupo por ti"
la melodiosa voz de la Madame era suave justo como su perfume, sin embargo no puede evitar contraer el rostro. "El futuro de un joven como tú en este lugar no es otro que volverse un esclavo, mi niño."

Cuando la mujer lo peina, Jiu gira un poco el rostro para verla.
"¿Y si no fuera 'yo', Madame?" Una mirada curiosa lo persigue "¿Tendría el mismo destino que mi 'yo' actual?"

Cuidadosa, la mujer acuna la palma de la mano en el rostro del menor. Delineando las facciones delicadas con su pulgar y su expresión se torna dura.
"Nuestro destino es igual al de una ave enjaulada, cantando y sirviendo a señores pero aún tenemos la oportunidad de salir volando."

Tiene una mirada complicada pero el contacto sobre él desaparece.

"Los únicos que pueden cortar esas alas, somos nosotros, Jiu'er." La Madame
trae consigo una peineta roja con incrustaciones y el menor siente su garganta secarse.

Sus manos sudan de repente, indeciso y confundido por lo que podría llegar a decir. Prácticamente había ofrecido su propia identidad a cambio de la posibilidad de ser libre,
quizás nunca lo lograría pero quiere aferrarse a ese sueño.

Inclinándose ante la dama, dice sin titubear "Este está dispuesta a seguir las instrucciones de Madam, por favor, continúe cuidándome."

Con una sonrisa compasiva, la mujer asintió.
Los siguientes años Shen QingQiu, el título con el cual la Madame lo reconoció, fue ilustrado para convertirse en una dama del burdel. No volvió a quejarse de lo ajustada de sus túnicas, de la dieta estricta o de los modales que tuvo que aprender.
En sus inicios, Shen QingQiu servía el té a los clientes que llegaban a la posada en el pabellón rojo, comenzó a destacarse de otras muchachas por su labia al hablar. Algo que había aprendido de primera mano con su Madame.

"Mi Jiu'er, los hombres adoran ser consentidos pero
también ser cazadores" le explicó una vez que tomaban el té, Jiu servía con cuidado pese a todas sus túnicas. "Mueren por querer cuidar de alguien tan bello y sensual, por ello, dales a probar un poco de tu inocencia.
Luego, recuerdales que un simple hombre sin títulos jamás puede poseerte."

Que sea una completa escoria, sádico y encantador. Que funcionara tan bien lo hacía temblar.

Pronto su reputación escaló más entre las damas de la casa, al igual que miradas envidiosas de las jóvenes
de su edad. Pero cuando las doncellas tocaron la pubertad, Jiu comenzó a preocuparse.

Tenía belleza y encantó, pero no podía competir contra las curvas pronunciadas de las menores. Con esta preocupación, acudió a la mujer mayor que le sonrió con una pequeña burla.
Shen Jiu arrugó la nariz, ofendido.

"Ten, con esto serás mejor que esas niñas."

Jiu miró con duda el brebaje en la mesa, la mujer tarareó como si esperara esa reacción.

"No es veneno, Jiu'er" espantó sus dudas acercando más la taza al menor y agregó
"Esta lo ha usado en su juventud."

"¿De verdad?" Preguntó sorprendido y ocultó su rostro tras un abanico "Quiero decir, Madame no pareciera necesitar de alguna ayuda para resaltar su aspecto."

La mujer soltó una suave risa que avergonzó al menor,
lo hacía sentir como un chiquillo nuevamente.

"A veces lo natural no es suficiente, Jiu'er" mencionó con un deje de nostalgia al cruzar las manos sobre su regazo. "Esto fue un obsequio de un cultivador amigo mío, esencia de una antigua súcubo.
Un demonio drenador de la energía espiritual de un humano a partir de su lujuria."

Shen QingQiu bajó la vista a la taza humeante, podía notar que su fragancia y color eran diferentes al té que normalmente preparaba. Madame continuó.

"No es toda, por supuesto, se debe tomar
regularmente para que haya un cambio óptimo."

"¿Cuál es ese?" Interrumpió a prisas sosteniendo la porcelana, la mujer arqueó una ceja y él calló.

"Físico, Jiu'er."

>>"La esencia de este demonio te permitirá adoptar la apariencia que más deseé la otra persona, pero
sólo será una ilusión para sus ojos. Además, gozarás de una exquisita fragancia natural que ningún humano o demonio es capaz de resistirse.

>>Pero ten cuidado, una vez que un demonio ha captado tu aroma… hará lo imposible por poseerte, incluso si toma vidas en el camino."
Una sombra aterrizó sobre los ojos de la mayor, penetrando en memorias llenas de gritos y pérdidas que Shen QingQiu no planeó indagar.

"Lo comprendo, Madam" llevando el brebaje a sus labios dió el primer sorbo, un néctar tan dulce que no le dió tiempo a reconocerlo hasta
que acabó la taza. Bebiendo de sus labios, asintió frente a la otra "Ningún demonio ha llegado a hospedarse en estos lares, no debe preocuparse por si me encuentro uno."

Tan inocentes palabras que lograron calmar a la mayor y creer en ellas.
Los cambios en su cuerpo se notaron antes de lo previsto, hombres llegaron preguntando por él y pagando lo que fuera necesario para pasar unas horas a su lado.

Shen Jiu no era un tonto, aunque acostarse con ellos le traería más dinero,
nunca aceptó algo más allá que unas caricias y besos.

Quizás, aún permanecía lo sentimental en él.

La mayoría de sus clientes lo comprendían, a veces pagaban por un trato íntimo, recostarse en el regazo de Shen QingQiu y oírlo tocar música mientras bebían té.
Buscaban en él una compañía que no encontraron con su ser más amado, Shen Jiu lo sabía, cada vez que lo miraban con un cariño hacia la máscara que llevaba.

Pero, hubo un cliente en particular que lo sacó de sus cabales. El hombre insistió en pagar lo necesario para tenerlo
una noche, por más que lo rechazó y espantó, Qiu JianLuo no cedió.

"Vamos, baobei, puedo darte lo que más quieras. Dame un precio y te lo conseguiré" el apestoso hedor a vino llegaba hasta él aunque usará un abanico, el muy maldito tenía acorralado al menor.
Pero no le demostró temor cuando presionó la palma en su pecho al alejarlo.

"Me temo, su dinero no es recibido en esta casa, señor Qiu" empujó con más fuerza al verle fijamente "Retirese."

Risas agudas hicieron hervir la sangre del noble, alzando la voz procedió a golpear una
pared cercana al menor.

"¡Todo esté puto lugar está a la venta! ¿Acaso quieres ser una perra estreñida? Vales menos de lo que aparentas."

"No, es su dinero el que no llegaría ni a ponerme de buen humor" replicó apartándose finalmente, interrumpió sus alaridos con una sonrisa
engreída "Tal parece que el estreñido es usted, señor Qiu."

"Maldita zorra…"

Qiu extendió la mano para agarrarle de nuevo pero alguien lo sostuvo primero, JianLuo jadeo adolorido por la presión. Entonces, Shen Jiu levantó la mirada al sujeto de oscuros ojos.
"Te han dicho que te largaras, rompes todo el ambiente, escoria" recrimo con fuerza al jalar al hombre hasta la puerta del burdel y estampillarlo a la calle. "Ni se te ocurra regresar."

Con el rostro embarrado en tierra, JianLuo maldijo a quien sea que lo mirara mientras
pisoteaba al irse. Shen Jiu estaba pasmado de sorpresa, aquel alto sujeto se deshizo del molesto acosador en dos oraciones.

Pero lo que más le dejó perplejo fue darse cuenta que aquel hombre traía la túnica inferior abierta en su abdomen tallado y los pantalones sueltos.
Pudo ver, lo jura, cómo algo grueso formaba un monte bajo las prendas.

Era…una bestia.

"¡A-Luo!" Chillaron a coro voces femeninas y ese tal Luo fue rodeado de ellas, cada una serpenteando sobre su cuerpo.

Obsceno.
"Nuestro A-Luo es todo un caballero, nos libró de aquel sucio sujeto ¡mi señor, es un héroe!" Esa era la voz de HaiTang, una de las jóvenes que miraba celosa a Shen QingQiu. Ella y sus enormes pechos eran fácilmente reconocibles.

Sobre todo cuando se colgaba del brazo de Luo,
con ojos cansados Shen Jiu se dispuso a regresar a su habitación. Necesitaba tomar té.

"¡Shen QingQiu!" Otra vez HaiTang gritó, Jiu sólo se detuvo sin verla "Por lo menos deberías darle las gracias a A-Luo ¡tuvo que quitarte de encima a tus sucios clientes!"
Oh, esa mujer nunca se callaba. Girando un poco el rostro, su mirada se fijó en la del sujeto, rizos formados caían sobre sus hombros en una coleta alta y un brillante collar colgaba bajo su clavícula.

Shen Jiu esbozó una sonrisa amarga.
"HaiTang le está devolviendo muy bien el favor a su invitado, no quiero retenerlo agradeciéndole."

La mujer se sonroja molesta pero aún más cuando Luo suelta un tipo de risa, es corta porque trató de contenerse.
Arquea una ceja ante esto pero decide simplemente dejar la charla allí, a la lejanía podía oír los ladridos de la muchacha.

Al poco tiempo descubrió que ese joven se llamaba Luo BingHe, un cultivador de la poderosa secta Cang Qiong
que no podía controlar sus flojos pantalones. Regularmente lo vio en la casa, rodeado de féminas e incluso algunas sobre su regazo dándole de beber.

Llegó incluso a oír porque era tan popular, la habilidad del muchacho era envidiable y estaba muy bien dotado.
No trataba de ocultarlo, muchas veces ocurrió de estar yendo a su habitación y cruzarse con las puertas entreabiertas de una de las mujeres.

BingHe tenía la potencia de una bestia, desvergonzado y directo. Una muy buena combinación, se lamentó QingQiu.
Una de esas noches en las que aceitaba su cabello, alistándose para recibir a sus clientes, la puerta de su cuarto fue tocada dos veces. Extrañado permitió que pasaran.

"Luo BingHe" pestaña para mantener la sorpresa oculta "¿Qué es lo que necesita de este Shen QingQiu?"
El hombre sonríe entrando en la habitación, sus botas retumban contra la madera hasta tomar asiento en un extremo de la mesa baja.

"He oído que QingQiu es muy popular por sus charlas" comenta al servir un té y beberlo pícaramente mientras posa los codos en la mesa
"Pero que aún así, no es de los más recaudadores."

Un tirón jala la mitad de su labio, Shen Jiu se levanta para acercarse al otro y acompañarle mientras toma de sus manos la tetera y sirve nuevamente.

"De ser así ¿que lo trae aquí, señor Luo? ¿Una pequeña expedición
por las habitaciones de la casa?" Con su abanico empieza a moverlo contra sí, mirando ocasionalmente a BingHe que parece ensimismado con él "¿O acaso quiere tener una charla?"

BingHe parece pensarlo al bajar su atención a la taza pero admite "Si, por ahora, será suficiente…"
Con el tiempo, Luo BingHe comenzó a frecuentarlo en cada oportunidad que podía bajar de la montaña. Si las miradas de envidia eran muchas antes, ahora eran centenares de ojos clavándole estacas cada vez que Shen Jiu recibía a BingHe en su habitación.

Incluso BingHe rechazaba
a las demás, con cada visita, el joven parecía estar encantado con Shen QingQiu. Los regalos no eran tan raros, Jiu ya había recibido anteriores presentes pero BingHe se llevaba la corona por su ostentosidad en sus regalos para Shen Jiu.

Joyas, túnicas, instrumentos finos.
Ese cultivador no dió paro a cada muestra de su atención hacia el menor, la habitación de Shen Jiu estaba hasta el tope de estos regalos cuando finalmente tuvo suficiente.

Fue de casualidad encontrarse con Luo BingHe cuando salió a dar un corto recorrido por las calles pobladas,
con una gruesa capa cubriéndolo. El cultivador estaba rodeado de mujeres pero se mantenía inexpresivo, casi molesto cuando espantó con sus pasos a las aves que lo ahogaban.

"¡A-Luo, por favor, detente!"

"Pasa un rato con nosotras, noble cultivador. Va a divertirse."
Tuvo que tener dos dedos de frente como para no notar que BingHe estaba sosteniendo con fuerza la espada en su cintura, el hombre iba a estallar en poco.

No le importaba pero sentía lastima si su cliente se llenaba de sangre por algo tan banal, por lo que decidió intervenir.
"No te quedes atrás, cariño" enroscó su mano por el brazo de BingHe, no le dió tiempo a replicar o sorprenderse que comenzó a jalarlo lejos de las mujeres chillonas.

Los guío hasta un callejón que le trajo recuerdos de su infancia y BingHe se soltó con fuerza bruta.
"Más despacio" siseo Jiu encarando al otro, el rostro de BingHe estaba arrugado. Shen Jiu imitó su expresión "¿Vas a darme las gracias, cultivador?"

"...¿quién eres?" Preguntó suavizando sus rasgos, la tensión en su quijada comenzaba a bajar y
Jiu se quitó la capa que cubría su cabeza. Los ojos de BingHe brillaron y la esquina de los mismos se tiñó de rojo.

"Es una pena que el señor Luo no sea capaz de reconocerme ¿ha pasado tanto de vernos?" Trató de sonar lastimado pero la reacción del otro fue repentina
al verse nervioso. Hacía un mes que no lo veía, Jiu se rió de su comportamiento.

"No, me refiero, usted es muy bonito como para olvidarlo…"

"¿Usted? ¿Ya no me llamará QingQiu?" Picó más, era divertido notar el pánico en BingHe al equivocarse.

"¡Este se disculpa con QingQiu,
no volverá a ocurrir!" exclama con el cuello rojo, como un enorme perro avergonzado baja la mirada y Jiu extiende la mano para acariciar su cabello suelto.

"Pero es bueno haberlo encontrado por aquí, temía que estuviera viendo a otras mujeres luego de rechazar más obsequios."
BingHe quiso decir algo pero Jiu lo calló tocando sus labios "El señor Luo sería incapaz de buscar calor en alguien más ¿verdad?"

BingHe asintió con el rostro rojo.

"Entonces, regresemos a la casa de té, mi señor."

BingHe se mantuvo nervioso toda la estadía,
como si fuera su primera vez allí. Shen QingQiu lo atribuyó al haber sido atrapado con otras mujeres luego de haber prometido sólo tener ojos para él, era posesivo pero frente a él había un cachorro regañado que se sentó a escuchar todo lo que QingQiu decía.

"Mi señor ha estado
tan lejos en aventuras ¿por qué quiere oírme?" Shen Jiu preguntó sirviendo té.

"Sólo… me gusta oír la voz de QingQiu, si me permite quiero oírte todo lo que quieras decir" Jiu extendió sus brazos y BingHe con un poco de pena se recostó sobre su regazo, el hombre era guapo pero
fácil de avergonzar.

BingHe estuvo toda la noche escuchando historias y vivencias de Shen Jiu hasta que el té se enfrió, sobre su regazo ronroneo con las caricias del más bajo. Buscando sus manos para verlas y besarlas, cada vez que faltó menos del incienso en acabarse
BingHe se atrevió a besarlo.

Fue inexperto y dulce, como un niño presionando su boca y esperando que el resto suceda. Shen Jiu contuvo su risa, el gran semental que conocía podía actuar tan inocente y virginal.
Quizás, tenía algún deseo por que alguien como QingQiu lo instruyera al placer.

Recostados en la cama, BingHe acabó en las manos de Shen Jiu.

Cuando partió, se dió la sorpresa de pagar un monto exhuberante de dinero pero lo pagó callado mientras se despedía de Shen Jiu.
Aún me falta mucho!! Pero debo irme, asiq cuando regrese lo termino, disculpen!!😵‍💫
Nunca olvidará esos oscuros ojos cuando le prometió regresar.

Shen Jiu estaba rompiendo sus propias reglas con Luo BingHe.

Las visitas se hicieron más largas, con menos charlas y más contacto físico entre ambos. El incienso no era suficiente cuando BingHe poseía su boca,
algunas ocasiones se derretía con las caricias del cultivador y otras con las suaves disculpas por haberlo mordido o ser muy rudo. Estos cambios enloquecen a Shen Jiu, una y otra vez es abatido con nuevas sensaciones.

BingHe parecía ser un hombre distinto en cada encuentro.
Pero también lo era Shen QingQiu.

"...llámame Jiu" murmuró acariciando los rizos del cultivador sobre él, sus cuerpos estaban pegados y sudorosos por lo que cuando BingHe se apartó para verle sintió sus mejillas enrojecer.

Estaba perdiéndose,
había dejado que aquel hombre cavara cada vez más profundo en su corazón y le aterraba. Aún más cuando las manos de BingHe acariciaron su rostro de forma tan tierna, delineando las facciones de su rostro antes de acabar uniendo sus bocas lentamente.

"Shen Jiu" pronunció cuando
las lágrimas humedecieron los ojos del menor, la voz del cultivador acarició por completo el miedo en su corazón y se dejó abrazar por BingHe hasta el siguiente amanecer.

En aquella calidez, Shen Jiu por primera vez sintió lo que llamaban un hogar.
Sus pensamientos no lo atormentaban, no había una voz ácida golpeando su mente ni manos queriendo poseerlo. Con BingHe, pudo creer tenerlo todo.

Hasta que llegó aquella noticia.

"¿Comprarme?" la mujer le daba la espalda mientras se vestía, el rostro fruncido de Shen Jiu
reflejado en el espejo del tocador. "Acordé que nadie sería capaz de hacerlo, no tengo un precio."

"Shen Jiu" llamó azotando ambas manos en la mesa, él guardó silencio pero mantuvo su semblante al verla de pie "Olvidas a quién de verdad perteneces."

"Dijo que éramos libres"
comenzó a faltarle el aire, recuerdos regresaron de la tina helada y el brebaje que le dieron náuseas "Seguí las órdenes, todo lo que aprendí de usted lo he hecho y dejé que hombres me tomarán por dinero, cada noche, en silencio."

Su cuerpo tembló ante la mirada fría de la mujer
y estalló "¡Yo, yo dejé de ser un esclavo!"

Algo en los ojos de ella cambió, una sombra de decepción la siguió al sujetar los brazos de un tembloroso Shen Jiu.

"Antes nunca te quejaste, asentiste y bajaste la cabeza" acunó el rostro de Jiu para que la viera.
"¿Qué ha cambiado ahora?"

Jiu mantuvo el silencio y la decepción en Madame creció.

"Te has enamorado de ese cultivador."

La noche fue tortuosa tras esa charla y las que siguieron cuando BingHe no regresó a él, la soledad nunca se había sentido tan pesada en sus hombros.
La Madame le dió sólo una semana antes de entregarle a su comprador, de los cuales cinco días las pasó derramando lágrimas y aferrándose a las túnicas que BingHe le obsequió. Había sido vendido a un señor del sur, el hombre se obsesionó por su belleza
y dió una barbaridad de dinero por él para hacerlo su concubina.

Al anochecer del sexto día, Shen Jiu vomitó todo lo que había en su estómago. Con la garganta ardiendo al igual que sus ojos, se recostó para observar la ventana abierta.
La luna fue testigo de las veces en que se entregó a Luo BingHe, sin dinero entremedio y sin que nadie lo supiera. El hombre se escabullia por esa misma ventana y lo llenaba de besos y caricias. Incontables veces Shen Jiu trató de acallar sus gemidos
pero BingHe lo embestía con más fuerza, siempre le repetía que adoraba oírlo.

Y ahora deseaba tanto escuchar su voz.

"Luo BingHe…" farfulla abrazándose, riéndose de sí mismo. "Estúpida bestia."

Esperó y esperó, pero de esa ventana no escaló ni una sola alma en toda la noche.
Si no que fueron dos.

Ambas sombras brincaron a su alcoba en una nube de tierra y gruñidos mientras asentaban golpes en la carne del otro. Shen Jiu abrió los ojos en sorpresa al ver el rostro ensangrentado de uno.

"¡BingHe!" Sujetó las túnicas del extraño que arremetía contra
BingHe y al apartarlo su asombro no hizo más que incrementar "¡Tú!"

A sus ojos ambos hombres compartían el mismo rostro y una mirada que se suavizó al ver al menor caer sentado al suelo. Eran dos BingHe, dos cultivadores que sangraban por la boca y cortes en las mejillas
pero compartían un mismo sentimiento.

"¡A-Jiu / Baobei!" un escalofrío recorrió su columna, la voz era inconfundible y pronto el BingHe que estaba contra el suelo empujó a su idéntico "¿se encuentra bien?"

La mirada de cachorro y la suavidad de sus palabras,
Shen Jiu lo reconoció como esa primera vez en el callejón. La preocupación se desvaneció cuando Shen Jiu tomó su rostro, cálidas mejillas lo recibieron.

"¿BingHe?" el hombre frente a él sonrió al asentir pero no despejó ninguna de sus dudas "Pero, cómo es que… son…"
"Oye, aléjate de él maldita copia" ruge una segunda voz, brazos fuertes sujetan a Jiu y es apretado contra un pecho duro y cálido. Al subir la mirada, nota la tensa quijada de este BingHe y su tono posesivo.

También reconoció a este BingHe.

"¿Baobei?" Shen Jiu gruñó
y apartó al hombre que se aferró más a su cintura. "Dulzura ¿te sorprendimos tanto?"

"¡Estás poniendo incómodo a A-Jiu, animal!" BingHe cierra la mano contra el antebrazo del otro, chispas nacen en las miradas de ambos cultivadores y Shen Jiu tira de las orejas de ambos.
Se cercioró que eran reales en el proceso, manteniendo un rostro serio a pesar de la felicidad que nace desde su estómago. Aclaró su garganta e intercalo la mirada entre ambos BingHe.

"Quiero una explicación de uno de ustedes en este momento, sea cual sea, háganlo."
"Somos hermanos" comenzó el cachorro agachando la cabeza, el otro cultivador asintió.

"Pertenecemos a la secta Cang Qiong, señores de la cumbre Qing Jing" continúa con orgullo, algo que el otro desaprueba al fruncir el ceño. "Soy el mayor, por cierto."
"¿Luo BingHe?" Pregunta Shen Jiu y él asiente.

"Nuestra difunta madre nos llamó de la misma manera pero solemos… distinguirnos de alguna forma" habla el menor y Jiu sabe exactamente cuál es.

Siendo el mayor un señor de cumbre que se pasea desvergonzadamente por un prostíbulo.
Shen Jiu toma un momento para pensar, concluyendo en señalar al mayor y al menor.

"BingGe y BingMei"

La mirada en ambos cambia por unos segundos, vergüenza y picardía, pero Shen Jiu no presta demasiada atención en ello.
Con el nuevo problema resuelto, evitando a toda costa el asunto de que dos hombres lograron cautivarlo, su cuerpo se relaja.

"BingHe…"murmura para ambos al recostarse entre ambos, los brazos de los hermanos lo rodean y el aroma masculino invadió su nariz.
Aún estaba digiriendo que el cariño que se formó por BingHe era compartido entre ambos cultivadores, de los cuales se enamoró al mismo tiempo.

"Por favor, saquenme de aquí…"
Antes que llegara la luz del séptimo día, Jiu les contó sobre este nuevo hombre al que fue vendido y que conocería al día siguiente.

Era su turno de aferrarse a la calidez del cuerpo de los mayores, llorar un poco y dejar que sus amantes lo reconfortaran.
"Por eso vinimos por A-Jiu" murmuró BingMei limpiando sus mejillas, ahora Shen Jiu estaba sobre el regazo del gemelo mayor "Queremos que sea nuestra esposa."

"Tardamos en volver porque estuvimos preparando tu habitación, baobei" puede sentir a BingGe sonreír sobre
la piel de su cuello, Jiu suspira "Además, de unos problemas porque alguien quería ser el primero en decirlo."

Al verse observado, BingMei ladra con fuerza "Si no fuera por el animal que quiso encerrarme en reclusión para huir con A-Jiu."

"Eso fue porque metiste tu nariz
donde no debías cuando me seguiste al pabellón rojo."

"¡Fui incapaz de dar dos pasos sin que mujeres me confundieran contigo!"

"Tenemos el mismo rostro, genio."

"Cierren la boca ambos." Shen Jiu ordenó.
Parecían dos enormes perros ladrando por quién era más fuerte, podría darle jaqueca si continuaban pero agradeció que lo obedecieron en silencio. Entonces, Shen Jiu pudo sentirse avergonzado por la propuesta de los hermanos.

"¿Esposa?" Repite notando el seguro
asentimiento de ambos, atrae a BingMei para besarle y pronto hace lo mismo con BingGe. "Yo… acepto."

Al amanecer, la Madame se encontró con una habitación vacía y una peineta roja con incrustaciones en la mesa frente al espejo.

En sus ojos, sin embargo, no hubo decepción.

🍃—
Las paredes de la cabaña de bambú eran más cálidas, tonos suaves brillaban cuando eran alcanzadas por la luz del sol en las mañanas.

El aroma fresco que rodeaba la cumbre junto a la melodía de las aves, Shen Jiu podría acostumbrarse a esta nueva vida.

"¡Shiniang, Shiniang!"
llama una niña con las mejillas rojas y sus manos en el vientre de Jiu "¡Pude sentirlo, se movió un poco!"

Shen Jiu acaricia la cabeza de Ning YingYing, la pequeña se sienta a su lado en la entrada de la cabaña.
Él mira su abdomen hinchado con una sonrisa, fue una sorpresa tras la ceremonia de bodas con ambos señores Jiu sintió los primeros indicios de su embarazo.

La secta se acercó a darle sus buenos deseos, bendiciones y regalos para el futuro primogénito de los señores de Qing Jing.
A pesar de ambos estar contentos con la noticia, continuaban luchando por quién había dejado en cinta a Shen Jiu primero, él les calmó diciendo que el bebé igual se parecería a ambos y cerrarán el asunto.

Pero no evitó que tanto el mayor como el menor fueran más posesivos
con su pareja, tanto que agradeció que el Líder de Secta los enviará en misiones concurrentes. Sólo así, podía tener tranquilidad con los discípulos de sus esposos.

"¿En qué piensa Shiniang?" La cabecita de la niña se inclina al preguntarle "¿En algún nombre para A-Bao?"
BaoBao fue el nombre que se le ocurrió al enterarse de la existencia de su bebé, pero sus esposos eran indecisos con un nombre y él muy perezoso para pensarlo.

"¿Cuál piensas que sea un buen nombre, YingYing?" la niña parecía ya tenerlo pensado cuando le brillaron los ojos.
"¡Huang!"

Shen Jiu sonrió acariciando su vientre, el bebé se hacía más inquieto conforme crecía y más fuerte, lo sentía cada vez que sus esposos estaban cerca.

Justo igual a cuando levantó la mirada y divisó dos sombras aterrizar en la colina,
voces fuertes y molestas se acercaron a la cabaña.

"¡Shizun, bienvenidos!" Saludo YingYing levantándose para mostrar sus respetos, los hermanos regresaron.

"Bienvenidos, esposos."

Shen Jiu sintió que había encontrado un hogar y una familia. Rodeado por sus esposos, es feliz.
FIN

AHHHHH, me tarde con esta parte porq le eche muchas ganas a esta idea 🥺 ganó el BingJiu pero pronto me vino a la mente porq no hacer dos BingHe 😈? Y salió esto, realmente quería ponerle más cosas pero se haría muuuuy largo.

Quizás sea mejor hacerlo un fic 🥺

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