Las mujeres podemos ser muy malas. Malas de maldad. De ser arpías. Esto lo sabemos todas. Irene Montero es una. Lo sabe ella y lo sabemos todas. Es la típica mujer que se calla como una puerta cuando el tío que le interesa dice sobre otra mujer que la azotaría hasta sangrar.
La típica del grupo que no tiene ningún reparo en zorrear con el novio de una amiga hasta ocupar su lugar, desplazando a la otra hasta hacerla desaparecer. Y después de haberse ligado al tío del que se dice que va haciendo proposiciones indecentes a jovencitas de la facultad
no a una ni a dos; Pablo debía de ser el típico parguela en el instituto que se enfrascó en los libros porque era incapaz de que ninguna chica se fijara en él, y se abrazó a la idealización del comunismo porque era la única utopía a la que podía aspirar alguien como él.
En la uni hay mucha niña tonta que se deja embaucar por un charlatán. Esa sería la técnica que Pablo encontró + útil para tocar braga. De hecho,se convirtió en un charlatán profesional. Feo, sí. Pero cultivado en la falsaria política. Fascinación asegurada en adolescentes adultas
Pues la arpía de Irene, esa chavala reivindicativa y llena de ira en manifestaciones antisistema, fue capaz de callarse cuando se hizo público el asqueroso comentario machista de su maromo, que le había robado a una amiga, sobre otra mujer.
Mirad si podemos llegar a ser malas 👉🏻
Como si de una reina casada con un rey europeo de la época medieval se tratara, Irene necesitó asegurarse “el trono”. ¿Cómo se aseguraban las mujeres los “matrimonios” concertados en aquella época?
Con hijos.
Así fue que vimos todos que de despotricar por la familia convencional
Irene, la arpía y maquinadora, se embarazó no una, sino dos veces del mismo tipo que presidía su partido. Del jefe. Al que se había ligado mientras tenía novia, su amiga. Aunque tuviera reputación de ir flirteando con más chicas.
No se aseguró un reino, pero sí el marquesado.
Porque se compraron una mansión en Galapagar de cerca de 1M€ a un interés prácticamente 0, sin cumplir los requisitos que necesitamos el resto de los jóvenes para acceder a una hipoteca y por 800€/mes cada uno.
Tenía al jefazo, tenía descendencia, la mansión. Le faltaba…
Un Ninisterio.
Porque una mujer que NI ha ejercido su profesión, NI ha llegado al poder por más méritos que estudiar en profundidad a Pablo Iglesias, necesita proclamarse reina de las mujeres liberadas de la opresión machista.
La maquiavélica mente femenina es fascinante.
Has bordado el papel de tragarte el patriarcado hasta la arcada, el capitalismo hasta el ADN y ahora decides transformarte en una versión choni de Simone de Beauvoir.
Irene, la Ninistra de Igual-da.
Tus días de gloria pasan a ser tus días de pesadilla. Cuando Él se va.
El carácter de Irene es cada vez más insoportable. Irascible, antipática… Su ambición dio poco a poco el paso a algo que la devoraría: su soberbia.
Así se fue convirtiendo en la típica mujer fría, controladora y autocomplaciente que le llevaría a su mayor fracaso: #SoloSíEsSí
Porque Irene está muy versada en líos de alcoba, en asegurarse un porvenir con descendencia sin amor, en trepar sin escrúpulos pisando cabezas y a amigas. Experta en contradecir lo que hace con lo que dice. Qué más da.
Gracias a ella y solo a ella, la mujer es mujer y existe.
Lo que pasa cuando tu prepotencia es más grande que tú y crees que lo controlas todo sin haberte molestado en leer todo lo relativo a la ley con la que pretendes hacer historia del feminismo (y del marketing), es que la soberbia te devora y te convierte en un ser débil. Maltrecho
Así llegamos al día de hoy. En el que la diputada de @vox_es le dice en cristiano a la Ninistra sus logros, después de haber puesto en libertad a decenas de violadores gracias a su nefasta ley que les favorece con penas menores, y nos monta la escenita victimista llorando. Pobre.
Llorar es una técnica recurrente para dar una pena y una imagen de desprotección que, automáticamente, despierta en los machos la necesidad de salir al rescate (léase Sánchez, Rufián…). La manipulación más vieja que la tos de una mujer que se sabe derrotada.
Vengo a hablaros de Olympe de Gouges. Seguramente no te suene porque las feNINIStas no pronuncian su nombre. Olympe es una mujer clave en la historia de la humanidad. Posiblemente una de las feministas más relevantes conocidas.
Te llevo a la Francia de 1791.
Olympe venía de familia burguesa barcelonesa. Como buena burguesa, frecuentaba los mejores sitios. No era extraño verla en los salones literarios parisinos. Así fue como conoció a la crème de la créme francesa. Se contagia del espíritu bohemio y empieza a escribir.
Comienza por obras de teatro, saltando a la fama por un libreto que denunciaba el trato a los esclavos. Recuerda, estamos a las puertas de la Revolución francesa. Ella es mujer. Denuncia la trata de esclavos.
La encarcelan en la Bastilla, pero como tiene contactos, logra salir.
Os soy sincera... si Psoe y Podemos siguen atacando al votante de Vox es una señal muy buena. Si siguen soltando que son señoritos pijos y ricos, es muy bueno.
Porque así No van a recuperar el voto perdido de miles de personas que de votarles a ellos, han pasado a votar a VOX.
La gente necesita ORDEN. Lo de las utopías y anarquías es muy bonito para los adolescentes, no para los que se tienen que ganar el pan.
La gente tiene la sensación de que vivimos en un estado de locura donde da igual el delito, que te premian.
¿Un golpe de Estado? ¿Una okupación?
Y cuando eres joven y la paga te la da papá, te hace gracia y hasta comulgas con joderle un poco al sistema y te crees que tu libertad es mayor que tu responsabilidad.
Vamos, que aplaudes el desorden y el caos porque no te afecta.
Llegué a Barcelona en 2003. Era una cría. Llegué desde Madrid SOLA y con una maleta.
Jamás lo olvidaré. Jamás olvidaré aquel día de junio y la torta de aire húmedo y caliente que sentí cuando bajé del avión.
Huí de mi vida destrozada y de los que me señalaron por denunciarle.
Huí del infierno. Era una cría que ya había vivido demasiado y que ya había empezado a rugir.
Pero allí estaba Barcelona. Plena de luz, abierta a todo el mundo, alegre, amable. Me abrazó tanto como yo la abracé a ella. Me enamoró.
Sé lo que es caminar sola por el Raval sin miedo
Sé lo que es callejear por el Barrio gótico sola. Sé que aprendes a orientarte en un rato porque arriba es el Tibidabo y abajo, el mar.
Hice papeleos, muchos, y fueron todos en español. Nadie me miró raro ni nadie me quiso imponer nada. Los formularios estaban en ambos idiomas.