El Señor Sol y la Señora Luna, andaban aburridos. Cada día, la misma rutina.
El Sol despuntando en las luces del alba y apenas se empieza a poner, le toca el turno a la Luna.
Ya llevaban así tanto tiempo...
Un día, la Señora Luna, le pide permiso a disfrazarse del Señor Sol.
Este, encontrando la idea divertida y agradable para salir de la rutina, le presta algunos rayitos de luz, pero le avisa...
Así como a la Cenicienta, los rayos de irán agotando rápidamente. Disfruta el momento+
Le piden ayuda a las Señoras Nubes, para que, como mampara, permitan a la Luna disfrazarse rápidamente.
Las Nubes, un grupo de hermanas y primas, se ponen por un ratito.
La Señora Luna, divertida, se pone los rayos que le presta el Sol.P
Apenas se mueven las Nubes y allí está, la Luna, a las 21hs, iluminando la noche, brevemente, igual, que el Señor Sol.
Y mientras éste se retiraba a descansar hasta mañana, le dedico un último ratito de luz.
Joshua era un buen niño que vivía en un pueblo algo aislado, junto a su familia, tíos y primos.
Las pocas veces que comería alguna picardía infantil, los abuelos y padres le avisaban.
- Ten cuidado Joshua, al Krampus no le importan tus buenas acciones, sólo las malas +
Joshua no sabía si temer o no al Krampus. El nunca lo había visto. Y ya tenía 6 años.
Cómo todo niño, el año fue pasando y cada tanto, hacia alguna broma a su hermanita dos años, al vecino... pero seguía siendo el niño de buen corazón, que se disculpaba y trataba +
de ayudar a otros.
A fin de año, sin embargo, todos sus miedos se hicieron realidad. El Krampus llegó a su casa. Joshua salió corriendo despavorido, pero el Krampus lo alcanzó y con sus filosas garras, la espalda del niño rasguñó. Y enseguida desapareció. +