HILO: Algunos sostienen hoy que esto empezó con su independentismo y el vicepodcast escribe que todo es una reacción desencadenada por Su Venida.
Estupendo, pero haré un breve hilo sobre el germen de esto que nos pasa para aquellos que hayan superado los furores de la pubertad.
Tras unos años de funcionamiento más o menos virtuoso y expansivo de la interpretación de los derechos políticos por parte de una judicatura garantista y un Constitucional con magistrados de gran reputación, a partir de mediados de los noventa la cosa empezó a cambiar.
Primero muy tímidamente, con indicios como la Ley de la Patada en la Puerta del PSOE, y luego de forma más intensa. La segunda mitad de los 90 asistimos al que podemos considerar un jalón en el retroceso democrático: el Sumario 18/98 contra el llamado "entorno de ETA".
Este sumario fue una suerte de causa general al mundo abertzale que supuso un primer retorcimiento manifiesto del derecho y que acabó (no faltaba más) como el rosario de la aurora. Pero ETA sería ya coartada para otras tropelías como la Ley de Partidos, bastante inconstitucional.
En paralelo, el bipartidismo comenzó a dejar de primar la reputación de los perfiles judiciales que promovía fijándose más en el perfil ideológico (y en una mediocridad que los hiciera más influenciables). Lo que fue provocando una merma paulatina de calidad de la jurisrpudencia.
Y a la vez, desde poco antes del cambio de siglo, se dio una insistente cooptación de todas las instituciones políticas y civiles por parte de los sectores más reaccionarios de la función pública y de las sectas religiosas (que Wojtyla y la Conferencia Episcopal aplaudieron).
No solo se fueron instalando castas ultraconservadoras en los TSJs y Audiencias Provinciales, sino también en CGPJ, Tribunal de Cuentas, Letrados del Congreso, Tribunal Constitucional, Fiscalía, colegios profesionales, etcétera, etcétera.
Y se buscó la irreversibilidad de esa cooptación reaccionaria. Hace mucho. Zapatero ya tuvo problemas para las renovaciones que debían cambiar el sesgo de esas magistraturas. Eso explica, por ejemplo, que el Consti dijera que la Ley de Partidos molaba. Cuando no molaba nada.
Una vez cooptada por La Reacción la práctica totalidad de las instituciones, Rajoy aprovechó el Procés para dar otro paso: desplazar a ellas los asuntos de la política. Y aprobó un trágala (también inconstitucional): cambiar la LOTC desfigurando la naturaleza del Constitucional.
Y esa es la tormenta perfecta: unas instituciones cooptadas por los sectores reaccionarios (nada representativos del país) y a las que se han desviado los asuntos que debería dirimir la política. Por eso hoy la derecha no critica las leyes, sino que las impugna ante el TC.
Esa es la infección que padecemos, que no empezó con el Procés, ni con Podemos, ni siquiera con el 15M. Empezó hace tres décadas con ETA como coartada. Y es grave, vieja y está enraizada en el sistema institucional, así que no se arregla desbloqueando unos cuantos nombramientos.
La infección exige una acción intensa en leyes orgánicas (la del PJ y la del TC, como aperitivo), reformular la carrera judicial (para acabar con la endogamia y las castas), y, la guinda del pastel: una reforma constitucional que redibuje y actualice el entramado institucional.
Es Restauración o Perestroika, como dijo @JaimeMiquelA tanto tiempo ha. O se aborda ese aggiornamento con cirugía mayor o nada podrán hacer lass mayorías para frenar la Restauración Reaccionaria, que además tiene un soporte extra en la infestación ultraderechista de las FCSE.
Y hasta aquí la clase magistral (precipitada y de brocha gorda, pero bastante magistral también) de liberalismo aspañó.
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«Pedro Vallín podría acabar sus días como Cyrano de Bergerac. Este libro está plagado de hallazgos que aumentarán su nómina de enemigos. Lo mejor que se ha escrito sobre lo que ha ocurrido en la política española en los últimos años». (Pablo Iglesias, 'La Base')
«Pedro Vallín utiliza en este ensayo culto y juguetón, valiente y provocador, los arquetipos narrativos del cine para desvelar cuál es la mecánica real de la política española». (Jordi Amat, 'El País')
Hay una razón por la que es perfectamente legítimo (y de hecho, adecuado) el cambio de mayorías en el aval a la renovación del CGPJ, que es la propia evolución política del país. Será un hilo muy cortito, porque diría que lo he explicado otras veces.
La arquitectura política hija la Transición (fue antes de la Constitución, con el diseño de circunscripciones electorales) determina un bipartidismo imperfecto. Si digo "determina" es porque se hizo adrede, para que fuera un sistema estable.
Con esas reglas del juego, el comportamiento natural del sistema era el de conformar mayorías absolutas con relativa facilidad. Por eso, para asuntos de singular relevancia institucional, se establecieron mayorías especiales o cualificadas. Para impedir el rodillo.
A mi padre estuvieron a punto de salvarle la vida.
VA HILO.
En Asturias hay muchos problemas con la Sanidad. Como en otras partes, los poderes públicos son solícitos con las iniciativas privadas (lo último, regalarle cuatro fincas de la ampliación de Cabueñes a Quirón).
Pero el proceso de desmantelamiento y privatización es más lento y no ha provocado el destrozo apocalíptico que, por ejemplo, sufrimos en Madrid, donde las décadas de acción deliberada ha destruido el sistema público y las condiciones de su personal.
Tan así que, por una afección relativamente menor, a mi padre le habían programado en Cabueñes un TAC pulmonar anual que, pese a la pandemia, se realizó con apenas unos meses de retraso y que permitió detectarle, en principio a tiempo, un peligroso tumor pulmonar inoperable.
Como he sido el que la ha liado con una maldad divertida (yo me he divertido), voy a pediros una cosa en micro-hilo. Vaya por delante que el trabajo de @SoyMmadrigal y el de @JulianMaciasT es admirable en igual medida. Ambos son extraordinariamente rigurosos y divulgativos.
Con ellos aprendes cómo se crean estados de opinión de forma planificada, lo poco reflexivos que somos a menudo cuando nos lanzamos a participar de corrientes de opinión que otros dirigen y los resultados de ese proceso.
La razón por la que uno u otro nos gustan o no, no son los resultados de su trabajo, que siempre es pulcro y difícil de refutar. La clave es la pregunta. Cuando Madrigal o Macías hacen una investigación, el propósito de estudio condiciona un relato (legítimos en ambos casos).
Hoy no he estrenado jardín, así que voy a ello. Hay un silogismo muy cutre que se usa mucho en política, que consiste en la cadena de vínculos: si A conoce a B, B trabaja con C, y C suele tomar copas con D, A es cómplice de C.
La primera vez que vi esta cutrez fue al PP de Mayor Oreja. Durante la era Zapatero decía que si el PSOE trataba con el PNV, el PNV tenía acuerdos con Batasuna y Batasuna es ETA, entonces el PSOE es ETA. De hecho, en el PP aún no se han bajado de este carricoche apestoso.
Esta memez se usa ahora para atacar a periodistas estupendos. Si Villarejo y su cloaca tratan con Inda, Inda le pasa su pescao podre a Ferreras, y Ferreras invita a su mesa a Maestre (o Aroca, Juliana, Berlín), eso es que Maestre (o yo mismo, que no he ido pero oye) es cloaca.