Partos, Pearl Harbor y la verdad, toda la verdad. 👇🏻
TIOPENTAL SÓDICO, conocido como “suero de la verdad” y su leyenda negra.
Tiopental sódico, forma parte de los medicamentos conocidos como barbitúricos.
El origen de estos medicamentos, llamados así en honor a Santa Bárbara se remonta a finales del siglo XIX.
Tiopental se descubrió en los años 30 del siglo XX, por laboratorios Abbott.
Abbott estaba buscando un medicamento para el tratamiento del dolor, llegando a esta molécula.
Ralph Walters empezó a ensayar con ella en 1934, viendo que proporcionaba una actividad anestésica a corto plazo.
Los ensayos clínicos se pusieron en marcha por su compañero John Lundy, para finalmente ponerse en el mercado bajo el nombre de Pentothal.
Medicamento que ha estado en el mercado durante todo el siglo XX. Tiopental sódico aún tiene alguna presentación en el mercado.
Escuchar el nombre de Pentothal se ha asociado directamente al “suero de la verdad”.
Pero, ¿cómo se llegó a está afirmación?
Visto su efecto anestésico a corto plazo ( 5-10 min se observó en principio), se valoró y así se hizo su uso para intubar a un paciente en espera de anestésicos más potentes, como el éter que se usaba antes.
También se pensó en su uso durante el parto, y de aquí viene su fama…
Tras su administración a embarazadas durante el parto, los médicos veían una desinhibición en las respuestas a cualquier pregunta. Daba igual el tipo del que fuera, la influencia del Pentothal les hacía soltar la lengua sin pudor…seguro que las hormonas y el momento influían.
El caso es, que la noticia de este efecto desinhibidor a la hora de responder hizo que corriera entre médicos y otros profesionales sanitarios.
Los psicoanalistas vieron en Pentothal una herramienta para sus terapias.
Comenzaron a emplearlo en veteranos y supervivientes de ambas guerras mundiales que experimentaban un estrés post traumático y les costaba hablar de lo vivido en el frente.
Lo usaron para ayudarles a liberar el trauma que llevaban dentro.
El uso de otros barbitúricos ya se había empleado en otros veteranos de guerra para reducir la ansiedad, pero la eficacia de Pentothal superaba la de otros fármacos.
Tras el descubrimiento de benzodiacepinas, mucho más seguras, su uso fue en declive.
También la policía y otros cuerpos de seguridad vieron en el Pentothal un instrumento para interrogar a sospechosos…su uso por la autoridad y su aparición en novelas de espías, tan de moda durante la guerra fría, extendieron la leyenda del “suero de la verdad”.
El efecto de Pentothal deprimía funciones superiores del cerebro, y por eso se daba por hecho que algo tan complejo como mentir no podía hacerse bajo el influjo del fármaco, la realidad es que hay más factores que influyen en que se pueda mentir o no.
Pentothal, además, tuvo un uso masivo al poco de comercializarse.
En Diciembre de 1941, el imperio japonés bombardea Pearl Harbor.
El ataque nipón causó 2403 bajas y 1178 heridos, 1227 solo del hundimiento del USS Arizona.
Muchos heridos fueron tratados con Pentothal.
La gran cantidad de heridos recibidos por los servicios sanitarios, la situación de estrés y la celeridad a la hora de atenderlos, hizo que se empleara como anestesia más horas y con más usos de las debidos.
Pentothal que apenas llevaba unos pocos años de uso, llevo consigo una advertencia desde entonces en el personal médico del ejército: “ si vas a hacer anestesia con Tiopental, hazlo con mucho cuidado, porque mató más de los nuestros que los bombardeos”.
La conclusión a la que llegó el ejército fue que Pentothal NO era el responsable del exceso de mortalidad por su uso, en unos papeles desclasificados en 1995. El estigma que acompaña a los medicamentos barbitúricos también se cebó con Pentothal.
Uno de los últimos usos de este barbitúrico ha sido en la inyección letal que reciben los condenados a muerte en Estados Unidos, bien combinado o bien solo.
Pentothal ha estado ligado a la muerte y a la verdad desde que empezó a usarse.
"El último rey de un lejano país tenía diez perros salvajes. Los usaba para torturar y que se comiera a cualquiera de sus servidores que cometiera un error.
Uno de los criados hizo un dictamen mal y al rey no le gustó en absoluto.
Por lo que ordenó que el sirviente debería ser arrojado a los perros.
El sirviente dijo: "Yo te servi durante diez años, y ¿tú me haces esto a mí?
Por favor, dame diez días antes de lanzarme a los perros", y el rey se los concedió.
En esos diez días, el criado se dirigió al guardia que se ocupa de los perros y le dijo que le gustaría servir a los perros durante los próximos diez días. El guardia estaba desconcertado, pero estuvo de acuerdo, y el criado se dedicó a la alimentación de los perros, la limpieza,
¿A quién no le gusta ese olor a tierra mojada después de una lluvia? ¿Sabías que este olor está relacionado con la microbiologia?
Petricor es el aroma que causa la lluvia al caer en suelo seco.
El término fue creado en 1964 por dos investigadores australianos, Isabel Joy Bear y Richard Thomas para un artículo en la revista
Nature: "Nature
of argillaceous odour"
El famoso olor a "tierra húmeda" proviene de Geosmina, un químico producido por un tipo específico de bacteria
Streptomyces presente principalmente en suelos húmedos
Cuando las gotas de lluvia golpean el suelo, atrapan las pequeñas gotas de aire que hacen que estas burbujas de aire extremadamente delgadas se suspendan extendiendo el olor característico de la geosmina.
“Cuentan que había una vez un rey muy apuesto que estaba buscando esposa. Por su palacio pasaron todas las mujeres más hermosas del reino y de otros más lejanos; muchas le ofrecían además de su belleza y encantos, muchas riquezas…
pero ninguna lo satisfacía tanto como para convertirse en su reina.
Cierto día, llegó una mendiga al palacio de este rey y con mucha lucha consiguió una audiencia. No tengo nada material que ofrecerte, solo puedo darte el gran amor que siento por ti le dijo al rey:
Sí me permites puedo hacer algo para demostrarte ese amor.
Esto despertó la curiosidad del rey, quién le pidió que dijera que era eso que podía hacer. Pasaré 100 días en tu balcón, sin comer ni beber nada, expuesta a la lluvia, al sereno, al sol y al frío de la noche.
Sintetizada por primera vez antes de la Segunda Guerra Mundial por una farmacéutica alemana, Hoescht, fue diseñada originalmente buscando una acción analgésica para las víctimas del campo de batalla.
El estallido de la guerra hizo que no se hicieran todos los ensayos que correspondían, quedando en suspenso su uso.
En un principio se llamó Amidona para pasar a llamarse Metadona finalmente como la conocemos ahora.
Con la invasión aliada de territorio alemán, los estadounidenses se encontraron que habían tomado el edificio que tenía tanto los registros de la droga como los papeles de su patente.
“Un anciano se encuentra con un chico joven, quien le pregunta si se acuerda de él.
El anciano le responde que no, a lo que el chico le cuenta que hace tiempo fue su alumno, y que gracias a él, siguió la misma profesión, siendo profesor.
El chico le cuenta al anciano, su antiguo profesor, que le inspiró.
Entonces el anciano le pregunta si algún hecho en concreto o por qué le inspiró.
El chico decide contarle los motivos…le cuenta que un día de clase uno de sus compañeros llegó presumiendo de su nuevo reloj.
Esto despertó en el chico un irrefrenable impulso de quitarle el reloj a su compañero, este compañero se dio cuenta de que le faltaba y se quejó al profesor, que era el anciano.
El profesor comentó que faltaba un reloj en clase de un compañero, alguien lo había cogido.