Se nos va el 2022.
En el 2021 inicié un curso para emprender ese maravilloso camino del autoconocimiento. Quise comprender, no juzgar, mis “sombras" y quisiera compartirles algunos enseñanzas que quizás puedan hacerles sentido y porque no, motivarlos.
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- Estoy aprendiendo a aceptar mis fuentes de dolor, en lugar de evadirlas o negarlas.
- Estoy aprendiendo a tener un diálogo fluido e íntimo conmigo misma, en especial con aquello que aún me resulta doloroso.
- Estoy aprendiendo a centrarme en el presente, a ser consciente de cada instante, aceptando la vida tal y como ésta sucede.
- Estoy aprendiendo que aceptar no es resignarse, aceptar implica voluntad. Es dejar de resistirnos para acoger lo que hay y, desde ahí, decidir qué queremos y qué podemos hacer con ello. Sin juicios, sin etiquetas y sin exigencias. Resignarse es no hacer nada.
El objetivo de la vida no consiste en llegar a ser perfectos, sino en llegar a ser completos, en aceptarnos plenamente con todas nuestras “sombras”.
Vivimos en una sociedad de valores materiales, y solemos entender que llegar a “ser alguien”, ideal y perfecto, es lo más importante, dejando de lado lo que somos y lo que realmente queremos ser.
Quizás, si comenzamos a autoconocernos notemos que la obra de arte más importante de nuestra vida es lograr vivir en un yo auténtico y genuino.
Estas épocas son de mucha alegría y unión familiar, pero no para todos. Y es en estas épocas en las que debemos entender que esa alegría no la podemos forzar, que debemos abrazar y callar. Para todos los que han perdido a alguien este año, los abrazo muy fuerte.
Por un 2023 en donde permitamos que afloren nuestros sueños y los hagamos realidad. 🍀