Shen Jiu era el único omega del pico Qing Jing; sin embargo, todos creían que era un alfa al igual que el resto.
La razón de tal malentendido es sencilla: las feromonas de Shen Jiu no tienen olor.
Siendo el aroma el que dicta el segundo sexo, ni siquiera los médicos del pico Qian Cao pueden saber la verdad. Así, y simplemente por la conducta de Shen Jiu, asumieron que era un alfa recesivo.
Los ojos se mantuvieron puestos en él durante los primeros meses, esperando los síntomas del celo o el desarrollo tardío de un olor propio, pero nada extraño sucedió.
Shen Jiu se encargó muy bien de ocultarlo.
Cada noche desde su primer celo, escapó hasta hacía el Pabellón Rojo Cálido. Los trucos y remedios de las jiejies sirvieron para menguar su apetito y reducir los síntomas, durmiendo seguro en los brazos de esas hermanas que le entendían y mimaban.
Pero en el fondo sabía lo que su naturaleza exigía, más aún cuando aquellos tés dejaron de funcionar y su necesidad por *algo* se hacía más fuerte.
Qing Jing estaba lleno de alfas, pero eso no significaba que Shen Jiu escogería a cualquiera. Necesitaba a alguien tan dominante que, con solo tomar prestada una prenda y olerla durante esos días, pudiera calmar sus ansias.
Entonces escogió a shizun ¿era lógico, no?
El señor del pico Qing Jing, Luo Binghe, era el deseo de cualquiera, fuera alfa u omega; o eso decían los rumores. Su presencia era dominante e imponente, pero su carácter era amable y tranquilo; tenía un gran control de sus feromonas y su conducta era más que apropiada.
Shen Jiu no creía en la gente buena, solo en la gente mala y la gente tonta. Cuando Luo Binghe lo rescató siendo un niño pensó que era alguien malvado, pero después de tantos años en Qing Jing, supo que shizun era un tonto.
Por eso la primera vez que entró a robar las prendas de Luo Binghe, se aseguró de susurrar —Mis disculpas a shizun, las devolveré después. —pero al llegar a su habitación y oler la esencia de su shizun por primera vez, se sintió extraño.
El olor de Luo Binghe era a sangre.
Ese olor nauseabundo le traía muchos malos recuerdos a Shen Jiu, pero el aroma de Luo Binghe trajo a su cuerpo algunas sensaciones indescriptibles y otras que no quería admitir.
Y ninguna de esas sensaciones era mala.
Shen Jiu durmió esos días de celo abrazado a la túnica de Luo Binghe, escondido en una pequeña leñera abandonada, lugar donde tenía un sencillo nido dónde se sentía seguro sin salir del pico.
Pero los problemas empezaron durante el segundo celo en que "visitó" a su shizun.
Fuera su mente o no, el olor en las túnicas de su maestro le parecía más fuerte. Cuando se recogió en la pequeña estera de paja donde dormía, abrazando las túnicas níveas de Luo Binghe, su cuerpo se calentó de excitación.
Tal vez, o tal vez no, Shen Jiu frotó un poco sus piernas para calmarse, mientras respiraba el olor dulce de la sangre en la tela.
Y tal tez, en el tercer celo en que Shen Jiu robó las túnicas de su maestro, pudo haberse tocado un poco mientras aquel aroma invadía su cuerpo.
El punto es que, desde ese día, Shen Jiu empezó a ir cada noche a la habitación de Luo Binghe.
Al principio temía despertarlo, así que olfateó desde una distancia prudente, pero días después asumió que el sueño de su maestro era pesado, trepándose en él para olerlo mejor.
Lo más curioso era que, durante el día, no podía sentir el aroma de su maestro. La inquietud de Shen Jiu no era solo por privarse del aroma, sino que, dirigiendo una secta de solo alfas, no tenía la obligación de contenerse.
Pero Luo Binghe lo hacía.
Por eso en las noches se sentía como si el frasco que lo contenía se rompiera, mientras el maestro dormía, todo el aire a su alrededor se impregnaba de él, de su presencia e imponencia.
Shen Jiu ya no controlaba sus maneras y, no solo se subía en sus piernas, también se frotaba en el cuerpo duro y bien formado que dormía.
Con el contacto a través de la tela, el calor de sus cuerpos y el olor en el aire, podía correrse dentro de su ropa interior y huir hasta
la siguiente noche que se colara en la habitación.
Hacerlo era tan fácil que el único problema que enfrentaba era querer más y más de aquella sensación.
Pero el plan perfecto no existe.
Una noche, quizá por descuido o por atrevimiento, se dejó llevar tanto que simplemente metió la mano dentro de su ropa interior, insertando un dedo dentro del mojado agujero palpitante.
Estaba encima de Luo Binghe cuando lo hizo, era obvio que se daría cuenta.
Shen Jiu sintió como unos fuertes brazos lo abrazaban y escuchó la voz tranquila de su shizun preguntarle —Xiao-Jiu, ¿qué estás haciendo?
Para ese punto, todo su ser estaba lleno de deseo. Aquel dedo no solo era insuficiente, sino que la hacía sentir vacío, frustrado, ansioso.
El discípulo tanteó sus opciones, mil y un excusas para engañar a ese tonto maestro, pero lo único que salió de sus labios fue —Shizun... Ayúdame...
La voz de Luo Binghe contenía una inesperada sonrisa, o al menos Shen Jiu no esperaba el tono y lo que estaba a punto de oir
—Pensé que nunca pedirías la ayuda de este maestro.
Luo Binghe retiró la mano de SJ y metió la suya, tanteando el lugar donde se acumulaba aquella frustración. El punto estaba tan húmedo que era desastroso, tan necesitado que parecía succionar el par de dedos que le molestaban.
Shen Jiu echó sus caderas hacía atrás, queriendo recibir las caricias que aquellos dígitos gruesos y cálidos, olvidando aquella frase sospechosa de su shizun.
El par de dedos abrió el umbral y perforó ese lugar inexplorado, empujándose en la estrecha y tibia cavidad.
Luo Binghe tarareaba mientras estimulaba el ano de su discípulo, encantado por el suceso, —Xiao-Jiu se ha contenido por tanto tiempo. Es admirable, pero se ha convertido en un desastre.
Enterró los dedos más profundo, haciendo que Shen Jiu respingara sobre él, luego continuó
—Creí que Xiao-Jiu sería más atrevido, pero es mejor de esta forma. Deja que este maestro te alivie.
Las posiciones cambiaron y Shen Jiu fue puesto boca abajo en la cama. Las sábanas así como el aire se llenó aún más del penetrante olor a sangre, sacudiendo las venas del joven.
El maestro que hasta hace poco se veía tranquilo, ahora era como un demonio, haciendo añicos la ropa interior del discípulo para liberar dos redondas y gordas mejillas, de cuyo centro emergía un hilo de jugos sexuales.
Shen Jiu, jadeando y sintiéndose más caliente que nunca,
tomó aliento y preguntó —Shi... ¿Shizun sabe que soy omega? Ngh...
Los dedos de Luo Binghe volvieron a entrar, estirando el orificio como preparación para lo que venía. Su voz a estas alturas era más que seductora —Lo sé, aunque Xiao-Jiu es bueno para ocultarlo.
—¿Cómo..? Mis feromonas no tienen...
Luo Binghe interrumpió con una pequeña risita antes de responder —El aroma de mi lindo Shen Jiu es algo que solo este maestro debe sentir. No es nada difícil para mi tapar tu olor para los demás.
El maestro se inclinó hasta el oído del discípulo y susurró —Tranquilo y calmo como las hojas del bambú, mi Xiao-Jiu seguramente nació para este pico.
Cómo si sus nariz se hubiera destapado, un bosque de bambués emergió en el aire; era la primera vez que Shen Jiu sentía su olor.
Las feromonas de maestro y discípulo se mezclaron de una vez, resultando en una fragancia peligrosa y estimulante.
Shen Jiu se distrajo tanto ante el nuevo olor que no notó cuando Luo Binghe retiró su propia ropa y apuntó su falo erecto a la entrada de su sexo.
La gorda cabeza se frotó un poco antes de empujarse sobre el agujero y abrirlo, sacando al discípulo de su embriaguez y quitandole el aliento.
Shen Jiu gimió profundo y giró su cabeza para ver a su shizun, empujando con lentitud lo que sentía como una larga y caliente vara.
La dura verga llenó de inmediato sus paredes internas; sin embargo, la necesidad de sentir más de eso, de tenerlo más profundo, se hizo mas fuerte. Shen Jiu empujó las caderas hacía atrás por instinto, tragando un enorme pedazo de aquella carne.
—Shizun, más... Más rápido...
Shen Jiu volvió a empujarse sobre la pija, rozando el punto bueno en su interior. Sus piernas temblaron y casi lo hicieron caer sobre la cama, pero Luo Binghe sostuvo sus caderas y, sin más, empezó a embestir con rudeza.
Una palmada bajó sobre el culo de Shen Jiu en el momento en que las grandes estocadas empezaron, haciendo que el discípulo gimoteara y siseara de placer.
Luo Binghe volvió a inclinarse, pero esta vez después de rodar un poco el hermoso cabello negro de Shen Jiu,
exponiendo su cuello pálido. Los dientes afilados del maestro abrieron la delicada piel y Shen Jiu casi gritó al sentir la corriente de hormonas entrando en su cuerpo.
Aquello era más placentero de lo que imaginó, sus jiejies tenían razón. Esta era la mejor cura.
Luo Binghe siguió mordiendo su cuello y espalda, marcando su unión y dominancia. Las embestidas aumentaban en ritmo y crudeza, aquella enorme verga llegaba tan profundo que Shen Jiu podía sentirla casi en su estomago.
Por fin tan lleno y cálido que podría llorar.
No se había percatado que, de hecho, las lágrimas ya bajaban por sus mejillas. Su maestro era una fiera poderosa y bien dotada, hacerlo sentir bien era un eufemismo; le estaban dando la mejor cogida de su vida, a pesar de que nunca antes lo había hecho.
Y pensar así le hizo sentir posesivo; el pensamiento y la necesidad de que Luo Binghe fuera suyo, su alfa, le invadió.
Con la idea en mente, Shen Jiu movió sus caderas aún más, atrapando cada embestida.
Ambos se movieron en frenesí sobre el otro, acelerando el ritmo de su pasión, uniendo las manos y las caricias como si de un solo cuerpo se tratase.
El clímax fue directo y tibio dentro de SJ, que no perdió ni un segundo en atrapar el nudo de Luo Binghe dentro suyo, anudándolo.
Ambos colapsaron juntos y abrazados sobre la cama, jadeando por aire y algo satisfechos. Shen Jiu jamás se sintió tan lleno en su vida, incluso la semilla de su shizun era abundante y enérgica, saliendo a chorros mientras el mismo hombre besaba con ternura su cuello.
Sobra decir que maestro y discípulo establecieron un lazo en secreto. El aroma de Shen Jiu siguió camuflado para otros; solo él y Luo Binghe podían sentir ese aroma tan calmo y fresco.
Lo que más le gustaba al discípulo era cuando su shizun se quedaba dormido en su cuello, respirando en su nuca y rozándolo con su nariz.
Ningún lugar se sentía más tranquilo.
FIN.
Bueno, este es el primer omegaverse que escribo. Trátenme bonito.
Me dijeron que podía tomarme libertades y me las tomé todas, espero que nada aquí sea extraño (?). Con eso dicho, también espero que lo hayan disfrutado uwu.
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Cada vez que leo a alguien poniendo el famoso «Sabes que leerás el mejor fic de tu vida cuando la nota del autor dice "English isn't my first language"», me queda la idea tipo ¿Sabes la cantidad de buenos fics que te estás perdiendo por no salir del inglés?
Espero que no me tomen a mal, porque no tengo problemas con los idiomas. El asunto es que como escritor, sé que si escribo en inglés seré más leído (tengo dos fics en inglés —usando traductor— y tienen las mejores estadísticas).
Y aunque escribo para mi, sería hipócrita decir que no me gusta que me lean. Más si es gente con la que comparto gustos.
Creo que la situación es igual en general; seguramente los fics de esa persona en su idioma nativo sean tan geniales como ese que tradujo al inglés.
LBH siendo becado en una escuela prestigiosa de solo niños pero su padrino resulta ser un idiota que se olvidó de sus gastos alimentarios asi que nunca lleva meriendas ni puede comprarlas.
No le dice nada sobre eso a su madre, pues está enferma y no quiere preocuparla de más. Así que los primeros días solo se sienta en un rincón a ignorar su pequeño estómago rugiendo.
No pasa mucho tiempo hasta que los demás chicos se dan cuentan y le hacen bullying.
Y LBH, qué confiaba en su profesor de aula SJ, es ignorado por este y no interviene nunca en las burlas que recibe.
Días después, escondido bajo un árbol del bloque más lejano al patio, ¡Una bolsa cae y golpea su cabeza!
El plan perfecto de LBH para ese día era simple: iría a la casa de Shen Yuan, su vecino, para retarlo en un juego y luego, en la noche, inventaría cualquier excusa para que le dejase dormir con él.
Desde ya podía saborear la victoria.
Shen Yuan no solo era amable, también caía muy fácil en sus miradas de cachorro lastimero.
Debajo de ese cachorro miserable había un perro en celo que esperaba subirse sobre A-Yuan en la madrugada, pero eso era algo que su mayor no tenía que saber aún.
Sin embargo, un balde de agua fría bañó a su animal interior cuando escuchó la voz despreocupada de SY decirle —Ah Binghe, bien, puedes quedarte, pero en la habitación de mi ge porque, cómo verás, mi dormitorio es pequeño para los dos.
Me gustaría mucho leer un fanfic tipo The Truman Show, protagonizado por LBH.
No me refiero a una adaptación, sino a qué pasaría si Luo Binghe se da cuenta que está dentro de un libro, y que es el protagonista.
A este punto tengo que decir que no sé si existe, quizá si, pero en dado caso, me gustaría leer algo más psicológico.
Y es que, yo puedo creer que LBH (BM) aceptaría sin problemas que su shizun no es SQQ, sino SY transmigrado de cualquier dimensión.
Pero dudo que tome con la misma tranquilidad que su vida es una obra donde el autor decidió sus pasos, le hizo vivir muchas injusticias y lo llenó de problemas.
#BingJiu CURSED pero bueno, lo único que se me ocurre es un Bingge obsesivo que no deja a Shen Jiu solo en ningún momento. Un día SJ le pide que lo deje cultivar, asi que le permite ir a las cuevas Ling Xi en el destruido Cang Qiong.
Pero lbg fragmenta parte de su consciencia y sigue a sj hasta que llega a la cueva y, cuando él se sienta en una piedra para meditar, lbg imbue su conciencia en ella.
Eso lo excita porque que toda la situación parece como si sj estuviera sentado en su cara
—y lbg piensa que su cara es un mejor lugar para cultivar que esas estúpidas cuevas—
Cuando lbg empieza a masturbarse, sj puede sentir como la piedra en la que está sentado hace circular una especie de energía que le hace sentir caliente y molesto.