Thread by @leotimossi

Bueno, ya ví el partido del lunes dos veces y después de mirar videos de perritos siendo abandonados y luego atropellados por quienes los abandonaron para levantar un poco el ánimo, tengo ganas de decir un par de cosas.

Si no les jode, bah.

Empiezo por el final: los cuestionamientos pueden ser para Balbo, pero la cancha se la marcaron a dirigentes y jugadores. Al DT tal vez lo asesoraron mal, tal vez se hizo un poco el boludo, pero "Es el equipo del Narigón" es un mensaje claro e inequívoco: no es por ahí, amigo (s)

¿Por dónde es? Y, nadie sabe. Capaz que entre las 17.999 personas que había en el estadio el lunes encontrás la misma cantidad de respuestas distintas. Algunos querían dar el salto y piden a Bkcc, otros a Zielinski, otros a Heinze, otros que siga Balbo con matices...

Lo que sí está claro es que los equipos de Bilardo -generalmente lujosos, a veces rocosos, nunca inocentes- sabían a que jugaban, identificaban a los hinchas y construían, ante todo, una perspectiva a futuro. Valentía y solidaridad, a veces por sobre las propias posibilidades.

Este Estudiantes 2023 fue de menor a mayor en tres partidos. Un buen primer tiempo con Tigre se redujo en una semana a un buen arranque contra Arsenal; ya con Lanús el equipo nunca encontró -salvo el 10- un camino para molestar al rival.

En el medio, Copa Argentina: un partido relativamente cómodo, ganado con autoridad, con las particularidades del rival o el contexto. Ahora bien; ¿ganó por peso individual o por juego asociado? ¿Jugó igual que vs. Tigre pero con mejor suerte de cara al arco? No, fue otra cosa.

La lógica indica que, un proceso que inició hace tres meses, con una idea 'radicalmente' opuesta al ciclo anterior, se tendrían que ver pequeños pasos hacia adelante, un equipo que se adapta un poco más a la 'idea' con los partidos.

Por el contrario, la idea se va desdibujando.

#EDLP no presionó ante Lanús como lo hizo ante Tigre; no atacó con la intensidad y la circulación con la que lo hizo durante 15 minutos ante Arsenal.

¿Tiene mala suerte? Sí, la tiene. Le cuesta convertir, y generalmente le meten un gol la primera que le llegan.

No alcanza la suerte, en cualquier caso, para explicar un ciclo con dos puntos sobre nueve posibles. Un equipo cuya premisa era recibir pocos goles y que por el contrario, le marcan cada vez que le atacan.

¿Se parece Estudiantes al del 2022, al que no pudo dar el salto, al que cayó en el segundo semestre? Sí y no. Hay que reconocerle a Balbo: es cierto, el equipo busca ser protagonista, se para en campo rival, los cambios fueron 'ofensivos'.

Pero...

Con la pelota en los pies, cuando está en desventaja, cuando está obligado... ¿que cambió? ¿qué herramientas aportó el DT para atacar mejor?
En el vértigo de Rollheiser y en la visión de Sosa están el 90% de los ataques. Y como los otros 10%, también son arrestos individuales.

El lunes, Estudiantes se repitió en el circuito que más le convenía a Lanús: lateralizaciones hacia la nada, búsqueda de derecha a izquierda esperando un hueco, cesión de la responsabilidad entre Zapiola y Mas hasta que uno de los dos decidía tirar un centro a la cabeza de Lema.

(El partido que hizo Lema, por cierto, fue calcado al que hizo el semestre pasado en Newell's: se fue con chichones, sintiendose Beckenbauer).

Es el Equipo del Narigón fue, después de 35 minutos de ventaja, un reclamo: no puede un arquero visitante irse ganador sin ser figura. No puede Estudiantes dejar la cancha con la sensación de que no se deja todo. Y no se trata de actitud: se trata de agotar los recursos.

En la conferencia, Balbo pareció por primera vez tomar nota de lo que estaba pasando. Dejó de lado el optimismo, la minimización de los errores. Se asumió responsable, advirtió no ser necio, prometió cambiar. El sábado tendrá que demostrarlo, más allá del resultado.

De táctica, las variantes son infinitas, posiblemente muchas sean superadoras a lo que estamos viendo. En la "banca para levantar confianza jugando", natural, propia del fútbol, hay un límite que se vence. Hay jugadores que, de momento, tendrán que salir. Y está bien.

Si es 3-5-2, sí es 4-4-2, 5-4-1... es indistinto: lo que importa es que hay que cambiar la manera. Construir sociedades. Garantizarle comodidad al que recupera y socios al que ataca. Posibilidades al que juega arriba.

Con respecto a las chicanas para ansiosos y pacientes, aplaudidores y silbantes... no es el ciclo Balbo -que lleva 4 PJ- el que genera este desgaste. Es un semestre entero. Tienen razón los que creen que Balbo paga otros platos y quizá también los que creen que es irreversible.

Si advierto que la angustia real, lógica y palpable, a veces se expresa de manera diferente: hoy se cuestiona la elección de Balbo, una semana atrás que Ascacibar juegue de "enganche", hace dos fechas que los centrales no sean de jerarquía y mañana que el DT dirige con pechera.

Todas las semanas una angustia nueva gana terreno y parece urgente.Todos estamos descontentos, pero en el fondo lo que importa es una sola cosa: ganar. Ascacibar jugó de cinco el lunes, los centrales jugaron bien, el DT habló con los pies en la tierra... y estamos enojados igual.

¿Está mal estar enojado? No, está perfecto, no es eso lo que digo. Sí creo que está bueno identificar bien los problemas, hacer un buen diagnósticos. Los escenarios son mucho más complejos como para que podamos resolverlos con una o dos culpas.

Está buenísimo, para cerrar, que la gente se exprese en la cancha. Como lo sienta. Es el momento y es el lugar.

Acá quise poner de mayor a menor*.