Robert Enke nació en 1977, en Jena, Alemania del Este. 🇩🇪
De niño soñaba con anotar goles, pero demostró gran talento bajo los tres palos.
La cuestión era simple: si quieres llegar a primera, tienes que usar los guantes y olvidar los goles.
Sencillo, pero cruel para un niño.
El pequeño entendió su nuevo rol y con la ayuda de su padre (un reconocido psicoterapueta alemán) comenzó a demostrar que estaba para grandes cosas.
Pero había algo dentro de él que no funcionaba bien.
Robert tenía miedo.
Siendo niño, y gracias a su enorme talento, jugaba a menudo con los mayores.
Su padre recuerda que entraba en pánico, tenía miedo de no poder estar a la altura.
“Papá, ¿te decepcionarías de mi si dejo el fútbol?”.
“¡Claro que no Robert!, el fútbol no es lo más importante”.
Fue llamado por la Sub 15 🇩🇪 para jugar un partido amistoso nada menos que ante Inglaterra 🏴 en el mítico Wembley.🏟️
Ese día recibió elogios de su entrenador y sus compañeros por su gran actuación.
A los 18 firmó su primer contrato profesional con el Borussia Monchengladbach.
Allí se convirtió en uno de los porteros con mayor proyección del fútbol alemán.
En 1999 es fichado por el Benfica 🇵🇹 a petición del DT Jupp Heynckes 🇩🇪.
Al principio le generaba pánico salir de su país con rumbo desconocido, pero finalmente Heynckes logró convencerlo.
Sus días en Lisboa fueron difíciles. El club no atravesaba su mejor momento.
Pese a los problemas Robert logró sobreponerse.
No solo se convirtió en el referente del equipo sino que logró ganarse el corazón de la exigente torcida del Benfica.
Luego de tres temporadas brillantes en las Águilas, Robert, despertó el interés de grandes clubes europeos.
Finalmente, en el verano de 2002, fichó por el Barcelona 🇪🇸, el sueño de cualquier futbolista profesional.
Sin embargo, lo que parecía la mejor oportunidad de su carrera terminó convirtiéndose en una pesadilla.
Louis van Gaal prefirió apostar por Roberto Bonano 🇦🇷y el joven canterano Victor Valdés 🇪🇸, relegando a Robert a 3° arquero, anulando así cualquier posibilidad de jugar.
Esto fue un punto de quiebre😢.
Los fantasmas de su infancia reaparecieron y su confianza se quebró.
Para colmo, el día que pudo debutar, el Barcelona cayó 3-2 en Copa del Rey contra el Novelda (3ra división).
La prensa necesitaba un culpable, y rápidamente lo señalaron a él.
Todavía no cumplía un año en el Camp Nou cuando el Barcelona decidió cederlo al Fenerbahçe como moneda de cambio para facilitar la llegada del turco Rüştü Reçber 🇹🇷.
Robert llegaba a Turquía en un estado anímico lamentable.
En su primer partido, el equipo perdió 3-0 de local.
Los hinchas, culpándolo de la derrota, lanzaron botellas, encendedores y toda clase de insultos sobre él.
Robert no soportó la humillación y abandonó inmediatamente el club, a un mes de su llegada.
Un suceso lamentable que casi lo hace retirarse por completo del fútbol.
A sus 27 años y después de acumular decepciones en el extranjero, Robert decide regresar a Alemania🇩🇪.
Allí se unía al Hannover 96, el que sería su último equipo.
Estar cerca de su familia y amigos representó un gran impacto positivo, lo que le permitió recuperar la confianza.
En el año 2004 fue escogido por la revista Kicker como el mejor arquero de la Bundesliga.
Ese mismo año nació su hija Lara 👶🏻. La vida parecía sonreirle nuevamente a Robert Enke.
Pero no sería por mucho tiempo...
Justo cuando vivía el mejor momento de su carrera llegaría la noticia que lo derrumbaría para siempre.
Lara, de apenas 2 años, fallecía por complicaciones congénitas. 👼🏻
Una vez más, por caprichos de la vida, Robert tendría que soportar el dolor y la resignación.
Enke lo intentó nuevamente. El Hannover 96 lo nombró capitán, fue convocado a la Selección e integró el plantel subcampeón de la Eurocopa 2008.
Incluso, tras el retiro de Lehmann, era el primero en lista para ser titular en el Sudáfrica 2010 🇿🇦, por encima del joven Manuel Neuer
Robert parecía tener su vida en orden, al menos eso era lo que intentaba trasmitir, pero sus amigos más cercanos sabían que no era así.
El fantasma de la depresión seguía perforando un enorme agujero dentro su cabeza 🕳️ y su silencio lo alejaba cada vez mas de la salida.
La noche del 10 de noviembre de 2009, dos días después de ser la figura en el empate de su equipo 2-2 ante el Hamburgo, Robert Enke, salió de su casa y no regresaría nunca más...
“Si pudieras entrar en mi cabeza sólo durante media hora entenderías por qué me estoy volviendo loco” plasmó en una nota para su esposa.
Salió rumbo a la estación del tren, y se lanzó a las vías con la certeza de que las voces de su cabeza no volverían a perturbarlo nunca más.
Teresa, su esposa, revelaría los terribles esfuerzos de Robert para disimular su enfermedad: no podía contárselo a nadie por miedo a ser juzgado y siempre intentaba dibujar una falsa sonrisa que tapara su abismo interior.
Die Manschaft y su familia estuvieron en su funeral.
#Extratweet Así como Robert Enke también son célebres los casos del Morro García, Mirko Saric, Abdón Porte y Joan Gamper.
Muchas veces a los fútbolistas no se les permite mostrarse vulnerables. Pero son humanos también.
Todos somos vulnerables. No temamos en pedir ayuda.
Hace un tiempo escribimos sobre la historia de Abdón Porte, aquel mítico mediocampista del Bolso que, a principios del siglo pasado, cometió un acto de amor y locura que lo llevó a la inmortalidad.
En la historia del fútbol hemos juzgado el talento de un jugador por su palmarés, pero poco nos acordamos de esos héroes sin capa que nos han sacado gritos y lágrimas de felicidad.
Hoy les traemos la vida del sueco Tomas Brolin, el héroe fugaz 🧵
Per Tomas Brolin, nació el 29 de noviembre de 1969 en Hudiksvall, Suecia 🇸🇪.
A la edad de 14 años comenzó su carrera en el Nasvikens IK de la cuarta división sueca.
Con un talento brillante, fue convocado a la sub-18 de Suecia en 1986.
Después del GIF Sundsvall y IFK Norrköping, con tan solo 20 años fue convocado a la selección, donde convirtió 4 goles en sus 2 primeros partidos.
En Italia 90, convirtió un gol en el partido ante Brasil y alcanzó el premio Guldbollen.
En 1968, Estudiantes de La Plata se coronaba campeón del mundo en Old Trafford, nada menos que ante el Manchester United de George Best.
'La Tercera que Mata' era un equipo único. Para unos encarnaba el antifútbol; para otros, la lucha y el sacrificio.
Esta es su historia:
1) Todo comienza en 1965 cuando el equipo de las inferiores de Estudiantes, apodado 'La Tercera que Mata', sale campeón del Torneo de Reservas argentino.
Jugaban tan bien que era ritual sagrado entre los hinchas ir a ver sus partidos a mediodía antes del primer equipo.
2) Era tal la fama de los juveniles que cuando llega Bilardo ese año a reforzar el 1° equipo, los dirigentes dieron por terminada la firma del contrato diciendo: "Nos vamos a ver a la Tercera que Mata".
"Yo no entendía nada, pensé que se iban al cine a ver una película"