En el #DíaMundialDelAgua resaltamos que este bien común sea protagonista en el Plan Nacional de Desarrollo.
Abro hilo.
El agua es elemento. Es fuente de la vida, principio y sostenimiento de los seres vivos y los ecosistemas.
El agua también es bien común. Fluye, se transforma en diferentes estados y sistemas de vida; produce energía y habita varios lugares.
Es un patrimonio del planeta y de la gente que lo habita y por eso su acceso debe ser para todos.
Los humanos damos usos diferentes al agua como los domésticos (servicios públicos), de producción de alimentos en la agricultura o en la industria. Hay otros usos que no implican consumo de agua como la producción de energía (hidroeléctricas), la pesca y la navegación.
¿De dónde sale el agua que usamos?
El agua que consumimos es dulce y representa sólo el 3% del agua del mundo. Accedemos a ella a través de ríos, esteros, lagos o aguas subterráneas a través de tuberías para almacenarla o llevarla a plantas de tratamiento.
La recolección, planeación y distribución es fundamental para organizar la forma en la que se abastecen, viven y trabajan las personas.
Ordenar el territorio alrededor del agua es relacionar los flujos y usos del agua de forma armónica.
Ese ordenamiento del territorio exige tres cosas:
1. Que el agua sea conector y no frontera para que la vida de la gente se articule con los flujos del agua.
2. Cuidar los ecosistemas de vida en los que se produce y fluye el agua (páramos, ríos, playones, lagunas y otros).
3. Cambiar la relación naturaleza-sociedad para que el agua y los ecosistemas estratégicos en los que nace y fluye no sean vistos exclusivamente como recursos.
Colombia es uno de los países del mundo con mayor riqueza de recursos hídricos.
Tenemos 6 nevados, más de 48.000 humedales, vertientes hidrográficas con ríos como el Magdalena, el Cauca, el Amazonas y centros hidrográficos como el Macizo Colombiano o el Páramo de Sumapaz.
Por nuestra ubicación geográfica, entre dos océanos y tres cordilleras, contamos con la mitad de los páramos del mundo y más de 700 mil cuerpos de agua.
Sin embargo, esa riqueza hídrica no llega a toda la gente.
En el país 391 municipios están expuestos al riesgo de escasez de agua. Más de 300 no tienen agua potable y la cobertura de abastecimiento de agua en zonas rurales es de sólo el 40%.
Esto se debe a que no se cuidan las fuentes hídricas pero también al acaparamiento del agua.
Se estima que en el país más de 3.2 millones de personas no tiene agua potable, 3.8 millones consumen agua no potable y 12 millones tienen servicios de agua intermitentes o inadecuados.
¿Cómo puede haber escasez y desabastecimiento en medio de tanta abundancia?
El problema es la contaminación fluvial y de fuentes hídricas pero sobre todo el acaparamiento de agua para megaminería y otras actividades extractivas. Es decir: la privatización del agua.
Como respuesta a este grave problema de justicia social, acceso a derechos y organización de la vida y el territorio uno de los transoformadores del Plan Nacional de Desarrollo el “Ordenamiento del territorio alrededor del agua y justicia ambiental”.
¿Esto qué significa?
El ordenamiento territorial alrededor del agua incluye la protección de océanos, zonas costeras, insulares y aguas continentales con el reconocimiento de las comunidades campesinas y grupos étnicos que habitan en el territorio.
1. Reducir los conflictos ambientales en las cuencas hidrográficas.
2. Organizar el territorio desde los determinantes ambientales.
3. Garantizar el derecho a la alimentación.
4. Implementar herramientas para la adaptación, la resiliencia climática, y la compensación territorial.
5. Crear espacios de participación en cada una de las eco regiones.
¿Y qué son las eco-regiones?
Son definidas como unidades geográficas con flora, fauna y ecosistemas comunes que no necesariamente coinciden con la división político-administrativa de los departamentos o municipios.
¿Cuáles eco regiones hay en Colombia?
Amazonía; Insular; La Mojana; Ciénaga Grande-Sierra Nevada; Bahía de Cartagena; Ciénagas de Zapatosa-Perijá; Catatumbo; Altillanura; Páramos; Macizo colombiano; Valle de Atriz; Pacífico y la Sabana de Bogotá.
Esta división eco-geográfica es útil para apreciar y valorar el agua y sus ciclos; la protección de los ecosistemas; la restauración ecológica y la conservación de la biodiversidad.
Estas son claves del para lograr el cambio hacía una economía no solo productiva sino sostenible.
Cada eco-región tendrá un Consejo Territorial del Agua que serán los encargados de liderar la organización y priorización de este bien. Estos Consejos serán un sujeto activo organizado desde las bases regionales que buscarán adaptación al cambio climático y gestión del riesgo.
Ese nuevo ordenamiento fortalecerá la productividad de pescadores y campesinos a través de las redes locales solidarias como base del abastecimiento y la abundancia regional.
Respaldamos la lucha de la gente para crear nuevas relaciones entre energía, agua y producción de alimentos con la agroecología como herramienta. La convergencia regional es la ruta para la soberanía alimentaria.
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