En el Maracanazo de 1950, la mayor sorpresa de la historia del fútbol, la todopoderosa Brasil 🇧🇷 sucumbió ante Uruguay 🇺🇾.
Digno de una tragedia griega, una pobre alma cargó por siempre la maldición de la derrota:
Moacir Barbosa, el hombre que murió 2 veces.
Hilo 🧵
Desde la llegada de los portugueses 🇵🇹 en 1500, Brasil 🇧🇷 fue pieza clave del tráfico de esclavos africanos.
Para fines de 1850, la colonia portuguesa había traído alrededor de 4 millones de esclavos, 7 veces más que USA y por lejos la mayor cantidad en toda América continental.
La esclavitud no sería abolida hasta 1888.
Pese a esto, los recientemente liberados debían sobrevivir sin apoyo del Estado
Sin dinero, tierras ni educación, el nuevo modelo de sociedad fue caldo de cultivo para la inequidad racial: ser negro era sinónimo de pobre y delincuente.
Este estereotipo llegaría también al fútbol.
El antropólogo Gilberto Freyre acuñaría el término del jugador 'malandro', aquel futbolista de color capaz de desequilibrar por su malicia, astucia y espontaneidad, algo que rápidamente se convertiría en sello del fútbol brasileño.
Por este motivo, era lógico que el encargado de detener al malandro fuese alguien de tez blanca
Ejemplo de esto fue el portero Oberdan Cattani, de ascendencia italiana
De prominente altura y portento físico es considerado por muchos el mejor portero de la historia del Palmeiras
En este contexto nacería Moacir Barbosa, un 27 de marzo de 1921 en el estado de Sao Paulo.
Aunque empezó jugando de delantero, rápidamente mostró gran habilidad bajo los 3 palos un día que su cuñado, dueño del equipo amateur donde jugaba, le pidió remplazar al portero lesionado.
Tenía solo 24 años cuando firmó por el Vasco da Gama en 1945.
Ese mismo año, caía la dictadura de Getulio Vargas y el país entraba en un proceso de democratización que llenaba a todos de esperanza e ilusión en el futuro.
Brasil se sentía listo para entrar al primer mundo...
Debido a su color de piel, y no ser un portero particularmente alto ni fornido, no sería fácil para él ganarse un lugar en el equipo titular.
Debido a esto, Barbosa sabía que debía apelar al ingenio y creatividad para impresionar al entonces entrenador del Vasco, Flavio Costa.
Su corta estatura lo obligaba a salir de la línea de gol, pues no podía darse el lujo esperar el tiro debajo del arco, como era lo habitual para la época.
Así, cada vez que un ataque se aproximaba, Barbosa salía al ataque, anticipando los disparos del rival.
Esta característica era combinada con un coraje férreo, pues no dudaba en lanzarse al balón sin mediar consecuencias.
Llegó a fracturarse varios dedos de sus manos defendiendo la portería de su equipo.
Barbosa empezaba a adelantarse a su época revolucionando la forma de atajar.
Con esta muestra de talento, no tardaría en hacerse a la titular del Vasco da Gama donde, entre 1945 y 1950 ganaría 4 campeonatos nacionales.
También sería una figura clave para la obtención del Campeonato Sudamericano de Campeones 🏆 de 1949 (precursor de la Copa Libertadores).
En este torneo, Barbosa lograría mantener el arco invicto en 4 oportunidades, algo clave para arrebatarle el título nada menos que a 'La Máquina' de River Plate de Ángel Labruna, Adolfo Pedernera y un tal Alfredo Di Stefano.
¡Nada mal para un mulato!
Con tamaño palmarés, el ahora técnico de la selección Flavio Costa no dudaría en llamar a su anterior dirigido para hacerlo cargo de la portería en la Copa América 🏆 de 1949.
En dicha copa Brasil ganaría con bastante holgura, ¡acabando con una sequía de 27 años sin títulos!
Barbosa era ya un héroe nacional, y el siguiente paso lógico era obtener del Mundial que se haría en Brasil al año siguiente.
El optimismo que desbordaba la nación desde su retorno a la democracia en 1946, y la copa recientemente lograda, hacían del sueño algo bastante posible.
Brasil estaba listo para poner su nombre en letras doradas, por lo que el gobierno ordenó la construcción de una obra faraónica para celebrar la futura victoria: El Estadio Maracaná
"Hemos cumplido con el estadio, ahora ustedes cumplan y ganen La Copa" diría el gobernador de Río
La guerra había hecho estragos en Europa, lo que llevó a que muchos países declinaran del torneo
La FIFA se vio obligada entonces a cambiar el formato:
La fase final consistiría en una liguilla, y el equipo con mayor cantidad de puntos se llevaría el ansiado trofeo Jules Rimet
A la última fase llegaban 🇪🇸, 🇸🇪, 🇺🇾 y 🇧🇷. Este último llegaba al partido final anotando 21 goles y recibiendo tan solo 4 en 5 partidos
¡Una aplanadora!
Uruguay, por su parte, venía de empatar 2-2 con 🇪🇸, con un juego irregular y apenas con vida para el partido con el anfitrión
Brasil requería solamente un empate para hacerse con La Copa, eran por lejos la mejor escuadra del mundial, y su portero una muralla impenetrable.
Mas aún, se esperaba que el Maracaná fuera una caldera apoyando al anfitrión, lo que hacía del último partido una mera formalidad.
La confianza era tal que las calles se llenaron de desfiles, camisetas, y slogans saludando a los campeones el día antes del encuentro.
Los diarios locales celebraban el título anticipado, y los jugadores recibieron relojes de oro con la consigna "para los campeones del mundo".
Nadie creía en una improbable victoria uruguaya.
Nadie, ni siquiera su propia federación que había decidido no gastar dinero en homenajes que no llegarían.
Nadie, ni siquiera Juan López, DT de 'La Celeste' que había planteado un esquema defensivo buscando evitar una goleada.
Nadie, excepto Obdulio Varela, 'El Negro Jefe', quien arengó a sus jugadores justo antes del encuentro:
"Muchachos, Juancito es un buen hombre, pero hoy se equivoca. Si jugamos a defendernos perderemos igual que España o Suecia"
"¡Vamos, carajo! Que los de afuera son de palo"
Aquel 16 de julio, 200 mil almas recibieron a Brasil en el Maracaná, la mayor asistencia a un estadio de fútbol de la historia.
En los primeros 45 minutos, Brasil embatió con fuerza imparable y Uruguay, con Varela de estandarte, no podían hacer más que defender.
0-0, fin del PT
Inicia el segundo tiempo:
Al 2' Friaça recibe un pase filtrado de Zizinho para rematar al palo derecho y poner el 1-0 de 🇧🇷.
El estadio se viene encima, el destino parecía seguir su rumbo lógico: con este gol 🇧🇷 es campeón del mundo y 🇺🇾 necesita un milagro para no ser goleado.
Sin embargo, al 21' Obdulio avanza y manda un pase al Alcides Ghiggia, quien elude al lateral Bigode y lanza un centro raso para que Schiaffino remate y ponga el balón en el ángulo sin nada qué hacer para Barbosa.
El error en la defensa brasilera había permitido el empate...
Nadie imaginaba este escenario antes del partido, sin embargo, Brasil con el empate aún podía salir campeón.
Pronto, la responsabilidad recayó enteramente sobre Barbosa quien debía ser ahora el custodio del equipo.
Su corazón empezó a latir como nunca antes...
Al 79', una pared hecha entre Ghiggia y Pérez deja al primero de cara al arco por derecha con un Barbosa cubriendo el primer palo.
En estas circunstancias, lo lógico habría sido cerrar su palo y esperar el obligado remate cruzado, pero Barbosa no era un portero convencional...
Acostumbrado a anticiparse a sus rivales, hizo un leve movimiento antes que Ghiggia conectara su remate.
El charrúa, viendo esto, decidió entonces lanzar un poderoso remate rastrero al único lugar donde un portero nunca puede ser vencido: el primer palo.
"La toqué y creí que la había desviado, pero sentí el silencio y me tuve que armar de valor para mirar hacia atrás. Cuando vi la pelota dentro del arco, un frío paralizante recorrió todo mi cuerpo”
Moacir Barbosa entendió que el peso de aquel momento lo perseguiría para siempre.
Sonó el pitazo final y, contra todo pronóstico, Uruguay era el nuevo campeón del mundo.
David había derrotado a Goliath.
Las 200 mil personas del Maracaná habían presenciado la más grande catástrofe de un país que había sido fundado en 1889 y que nunca había peleado una guerra
Jules Rimet, quien se había dirigido hacia los vestuarios creyendo a Brasil campeón, al regresar se encontró con la tragedia
Arrugó el discurso en portugués que llevaba en su bolsillo, y se vio obligado a entregar el trofeo a Obdulio casi a escondidas, sin pasillos ni ceremonias
Las consecuencias fueron inmediatas, aquella selección que supo tocar el cielo un año antes, caía ahora apedreada por la histeria colectiva con Moacir como el principal culpable
Hubo altercados en las calles, y cientos de personas se quitaron la vida debido a apuestas impagables
Barbosa fue echado de la selección, y aunque regresaría momentáneamente en 1953, una fractura de rodilla lo alejaría de una eventual revancha en el mundial de Suiza 1954
El público olvidaría sus hazañas previas y el fantasma del Maracaná lo perseguiría hasta el día de su muerte.
A donde iba sentía la mirada juzgadora de toda una nación
Un día en una tienda escuchó cómo una mujer le decía a su hijo: "mira, ese es el hombre que hizo llorar a todo Brasil"
No aguanta más y decide retirarse en 1962, pero acabar una maldición así requería de medidas extremas
En 1963 el Maracaná decidió renovar los arcos, y aquel donde su vida había cambiado para siempre le fue regalado en reconocimiento a su carrera.
Aceptó el regalo y, en un acto simbólico en el patio de su casa, decidió quemar las maderas en una especie de liturgia de purificación
El momento más doloroso de su vida llegaría en 1993, cuando quiso visitar a la selección de Brasil que se preparaba para el mundial de USA 1994 🇺🇸.
El por entonces asistente técnico Mario Zagallo le prohibió su entrada al predio arguyendo que traería mala suerte al equipo.
Respecto a ese evento, Barbosa luego diría:
"En Brasil la pena mayor por un crimen es de 30 años, hace 43 años que yo pago por un crimen que no cometí. Incluso cuando un criminal paga su deuda es perdonado, pero yo nunca he sido perdonado."
El 7 de abril del año 2000, moriría Moacir Barbosa, sumido en la pobreza y viviendo de una pensión alimenticia otorgada por Vasco da Gama en honor a sus servicios.
Incluso en los últimos días de su vida, relatan sus amigos, lloraba y repetía: "no culpa mía, éramos 11 jugadores".
#ExtraTweet La extrema injusticia en contra de Barbosa llegaría al punto tal que ningún otro portero negro volvería a ocupar el puesto #1 en la selección
Tuvieron que pasar 49 años para que Nelson de Jesus Silva, más conocido como Dida, rompiera la tendencia con su debut en 1999
#ExtraTweet2 La leyenda oscura de Barbosa ha trascendido la cultura popular, y curiosamente quienes más han reivindicado su figura son los mismos uruguayos.
Los dejamos con un candombe que narra su tragedia.
"La condena del Maracaná se paga hasta morir"
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En la historia del fútbol hemos juzgado el talento de un jugador por su palmarés, pero poco nos acordamos de esos héroes sin capa que nos han sacado gritos y lágrimas de felicidad.
Hoy les traemos la vida del sueco Tomas Brolin, el héroe fugaz 🧵
Per Tomas Brolin, nació el 29 de noviembre de 1969 en Hudiksvall, Suecia 🇸🇪.
A la edad de 14 años comenzó su carrera en el Nasvikens IK de la cuarta división sueca.
Con un talento brillante, fue convocado a la sub-18 de Suecia en 1986.
Después del GIF Sundsvall y IFK Norrköping, con tan solo 20 años fue convocado a la selección, donde convirtió 4 goles en sus 2 primeros partidos.
En Italia 90, convirtió un gol en el partido ante Brasil y alcanzó el premio Guldbollen.
En 1968, Estudiantes de La Plata se coronaba campeón del mundo en Old Trafford, nada menos que ante el Manchester United de George Best.
'La Tercera que Mata' era un equipo único. Para unos encarnaba el antifútbol; para otros, la lucha y el sacrificio.
Esta es su historia:
1) Todo comienza en 1965 cuando el equipo de las inferiores de Estudiantes, apodado 'La Tercera que Mata', sale campeón del Torneo de Reservas argentino.
Jugaban tan bien que era ritual sagrado entre los hinchas ir a ver sus partidos a mediodía antes del primer equipo.
2) Era tal la fama de los juveniles que cuando llega Bilardo ese año a reforzar el 1° equipo, los dirigentes dieron por terminada la firma del contrato diciendo: "Nos vamos a ver a la Tercera que Mata".
"Yo no entendía nada, pensé que se iban al cine a ver una película"