El Barsa y la Juve tenían pérdidas a finales de la temporada 2020/21 y acordaron hacer una trampa para falsear sus cuentas: el Barsa vendió a la Juve a Arthur por 72 millones y les compraron a Pjanic por 72, precios totalmente fuera de mercado. ¿Dónde está el truco? En que cuando
se traspasa a un jugador, el club anota en su balance toda la cantidad acordada, aunque se cobre en varios años, pero cuando se ficha y se paga a plazos, en la contabilidad sólo se anota lo que se amortiza cada año. En este caso, el Barsa anotó a finales de la 2020/21 un
ingreso de 72 millones por la venta de Arthur, pero sólo contabilizó el plazo correspondiente al pago por Pjanic: si se acordaron 5 años, serían 60/5=12 millones, es decir, que sus cuentas fueron 72-12=60 millones de plusvalía, lo que le permitió cerrar con beneficios y poder
fichar esa temporada. La Juve hizo lo mismo, anotó como ingreso los 60 millones de la venta de Pjanic y como gasto el plazo que pagara ese año por Arthur. Pues bien, a la Juve le ha sancionado la Federación Italiana por este asunto de las "plusvalías": le han quitado 15 puntos en
la Liga y se ha suspendido a varios directivos para ejercer en Italia, suspensión que ayer supimos que la FIFA la hacía extensiva a nivel mundial. ¿Y al Barsa qué le ha pasado? Pues lo que ya sabemos que lleva ocurriendo décadas, sobre todo desde la llegada de Villar a la
RFEF: nada. Nos quieren vender el caso #BarçaNegreira como algo aislado, como una estafa del ex-presidente del CTA al Barsa por cobrarles por unos favores arbitrales que no podía hacer, pero eso, aparte de ser mentira, no tiene nada de aislado, es una muestra más de la forma de
actuar de un club que lleva décadas corrompiendo lo que toca con el consentimiento y, a veces complicidad, de RFEF, Liga y autoridades deportivas, siempre amparados por la protección y silencio de los medios de comunicación. El #BarçaGate no es Negreira, es el Fútbol español.
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Negreira se retiró del pito y pasó al CTA en 1992. Ese año Andújar Oliver pitó el último penalti a favor del Madrid en el Nou Camp en el siglo XX, que marcó Míchel, y hubo que esperar 15 años, hasta 2007, para que se pitara otro que marcó Van Nistelrooy y fue el último del
"negreirato" porque hasta
2020, con el tipo fuera del CTA, no se volvió a pitar el que marcó Ramos y provocó que un sicario de Sport y Radio Marca fuera a Benidorm a acosar a la familia del árbitro Martínez Munuera. Hoy sabemos que el Barsa pagaba al hijo de Negreira para que
llevara en su coche a los árbitros que pitaban en el Camp Nou y esa puede ser una explicación de por qué tuvieron que pasar 15 y 13 años respectivamente para que se pitaran penaltis a favor del Real Madrid pese a que Undiano Mallenco, Clos Gómez o Hernández Hernández, por citar
Si os fijáis en las declaraciones de Medina Cantalejo, de los periodistas mamadores del CTA y de ex-árbitros como, en este caso, Ansuátegui Roca, encontraréis tres puntos en común: 1- Enríquez Negreira vendía humo porque no tenía ningún poder de decisión sobre los árbitros.
2- El Barsa pagaba engañado pensando que el vicepresidente del CTA influía en los arbitrajes, pero era una estafa. 3- Sánchez Arminio no sabía nada, porque de lo contrario le hubiera echado al instante.
Tanta coincidencia hace pensar que puede haber un argumentario circulando
entre el gremio arbitral y aledaños para aislar al colectivo de los apaños del golfo Negreira y los pringaos que presidían el Barsa, el problema es que van saliendo hechos y el blindaje del CTA empieza a presentar grietas: al principio, Medina Cantalejo dijo que Negreira "mandaba
De Burgos Bengoetxea pitará el Barcelona-Barsa del domingo. Árbitro ignorado en Europa (sólo ha pitado dos partidos de fase previa de Champions, de esos que se juegan en julio entre equipos con nombres impronunciables) pero que aquí le dan partidos tan importantes como este o la
Final de la Supercopa que se jugó en Arabia para engordar las cuentas bancarias del Ruby y el Geri. Todo el mundo recuerda la anterior Supercopa que pitó, en la que regaló al Barsa un penalti inventado de Keylor a Suárez, expulsando después a Cristiano por, según él, disimular
tras un penalti claro de Umtiti. Aquello fue en 2018 (último año de Negreira) y no había vuelto a pitar un clásico hasta enero y, como ganó el Barsa, nos lo vuelven a clavar dos meses después. Donde sí estuvo fue en el VAR de un Barsa-Madrid en el que "no vio" dos penaltis
Hoy sabremos qué árbitro pitará el Barsa-Madrid del domingo. Siendo el partido más importante y con más resonancia internacional de la Liga, lo lógico sería que fuera uno de los considerados Élite por la UEFA: Mateu Lahoz, Gil Manzano o Sánchez Martínez (Del Cerro Grande no puede
porque es del Colegio Madrileño). A Mateu le castigaron por el empate del Español en el Camp Nou, con lo que no creo que sea; Gil les pitó la semana pasada regalándoles dos puntos al anular un gol al Athletic por la mano grotesca que se inventó González González (¿quién si no?)
desde el VAR y queda Sánchez Martínez, el último en incorporarse al Grupo Élite que, pese a que ascendió en el sistema favoreciendo al Barsa, en los últimos años no se le da demasiado mal al Real Madrid, de hecho, desde 2018 no perdemos con él en Liga (tomad nota, 2018, año en
Si pensábamos que la caída y encarcelamiento de Villar, el despido de Sánchez Arminio y la llegada del VAR traerían un cambio radical en unos arbitrajes que veíamos claramente que beneficiaban al Barsa, aunque no supiéramos que tenían comprado al vicepresidente de los árbitros,
ya nos hemos podido dar cuenta de que todo sigue igual que cuando Gaspart, Laporta, Rosell y Bartomeu ingresaban millones a las empresas de Enríquez Negreira. Y todo sigue igual porque siguen personajes destacados en esta época en que se produjo la corrupción que hoy investiga
la justicia. Uno de ellos es Clos Gómez, una de las cabezas visibles del villarato arbitral, célebre por anular tres goles legales al Real Madrid en un derby, por protagonizar la famosa lista de errores que mostró Mou o por su récord de tres penaltis a favor del Barsa en sólo 12
Jaime Latre no ha querido avisar de un clarísimo penalti de Kessié a Fran Pérez. Era de esperar de este pésimo árbitro que bajaron a Segunda en verano y sigue cagándola desde el VAR porque ha sido siempre favorable al Barsa y perjudicial para el Real Madrid: en el campo sólo pitó
una derrota del Barsa en 14 partidos (el Madrid perdió 3) y con él en el VAR el Barsa está imbatido en 19 partidos (el Madrid ha perdido 2 de 11). Este año ha estado en el VAR con el Barcelona nada menos que 8 veces (7 victorias y 1 empate). En el Barsa-Almería avisó
de una mano en el área de Kaiky, que estaba de espaldas, pero no de otra más clara de Jordi Alba. Estuvo con Mateu Lahoz en el derby de Barcelona, pero él no fue a la nevera como el árbitro de campo y eso que le lió todo lo que pudo. En el Betis-Barsa no avisó de que De Jong sacó