Esta puede ser una foto común de recuerdo de algún viaje. Sin embargo, tiene una particularidad: cuesta 15 mil millones de Euros. El lugar abandonado que ven al fondo tiene la respuesta.
¿Saben de qué se trata?
Abro hilo.
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No hace mucho en Málaga, fui a una charla sobre lugares abandonados y entre las fotos había una que me encantaba por su nombre. O mejor, su valor.
Recordé, -casi por epifanía- una que me encantaba de un viaje que hice con mi mejor amigo a la ciudad de las ruinas: Atenas.
Con lugares como el Templo de Zeus o la Acrópolis que atraen a miles de turistas, Atenas es vista en el imaginario popular como esta epopeya romántica de la majestuosidad de la ruina de un imperio ya desaparecido.
Pero, ¿cuánto tiempo debe pasar para que una ruina sea "ruina"?
Porque no muy lejos de ahí, se encuentra un lugar que pareciera dejarse llevar por los deseos de la ciudad que lo habita y volverse ruina como si ese fuera su destino.
Para hablar de este lugar tenemos que viajar al pasado. Para honrar los antiguos JJOO de la antigua Grecia y como arma política luego de la independencia del Imperio Otomano en 1821, Grecia decide realizar en el reformado Estadio Panathenaico los primeros juegos modernos en 1896.
Desde entonces cada cuatro años una sede es elegida. Para 1996 Atenas quería ser la sede centenaria pero fue desestimada por ser pretenciosa y mal planeada.
Al final ganó la sede del 2004 de la mano de los diseños de Santiago Calatrava para un nuevo -y épico- complejo olímpico.
Pero la euforia se fue desvaneciendo y Atenas desperdició los tres primeros de siete años, al punto que el comité en 2000 de que acelerara los preparativos o podría perder los Juegos.
Con la inauguración encima (y dejando pedazos sin construir) finalmente los inauguran.
¿Recuerdan la advertencia de 1996 de "mal planeada"? Pues resonó cuando los juegos se acabaron y con los años llegó el óxido.
Pero como friki que soy de lugares abandonados, tenía que verlo con mis propios ojos. Unos pasos desde la estación Neratziotissa y aquí está:
El Complejo Olímpico de Atenas 2004. La gran arcada del ágora da la bienvenida al visitante y ante ella, la explanada.
Partamos que el gobierno no escatimó ningún gasto en la celebración de los juegos con un coste de 8.954 millones de euros.
Sin embargo, el ambiente en el aire es de un abandono en suspenso. El velódromo, por ejemplo, es uno de esos edificios cuyo interior está en aparente buen uso, pero su exterior refleja el dejo a la suerte del lugar.
Y las ya conocidas lozas de vidrio de Calatrava que no ayudan.
Pero es doblar la esquina y empieza aparecer en el paisaje nuevos monstruos en agonía. El complejo acuático que vio en la gloria a Thorpe o Phelps, es un cadáver ya casi ilegible donde apenas sobrevive en la gradería el rastro de lo que fueron estos Juegos Olímpicos.
Pareciera que mientras cuento esta exploración, hiciera una narración de un evento muy lejano en nuestra mente. Pero fue apenas en el 2004, el mismo año del 11M, el tsunami del Océano
Índico, la muerte de Arafat, o la reelección de Bush.
¿Cuánto entonces puede pasar para que un edificio sea considerado, abandonado? ¿Es la ausencia completa de presencia humana la que condiciona dicha catalogación? ¿O solo, su falta de uso objetivo?
El OAKA (complejo bajo techo) es uno de estos ejemplos. Es un edificio que albergó las pruebas de gimnasia artística y baloncesto durante los juegos (y hasta un Eurovisión), pero que en la actualidad no dice tener uso alguno.
Pero muy a pesar de sus paneles carcomidos por el Sol o sus ventanas años sin ser limpiadas (gracias al graffiti-polvo como evidencia), su interior aún se resiste a morir conteniendo un club de baloncesto profesional.
Ah, el de la marca "2018 clean it", fui yo.
Ojalá esté aún.
El más grande de los agónicos cadáveres es este: el Estadio Olímpico. El que se suponía ser el heredero del legado del estadio Panathenaico extiende sus patas sobre la superficie, resistiéndose a morir.
Y a diferencia de su padre, nadie lo visita -bajo mérito propio-.
El caldero olímpico (ese que algunos recuerdan como un cigarro que bajaba articulado hacia la arena), ya no se mueve. Es más, ni lo intentan: el costo de moverlo, -bajo el riesgo de no saber si funciona- no vale la pena.
Todo el escenario es una poesía al despropósito. Construyeron edificios caros y altamente específicos sin planes a futuro y el sobrecosto fue del doble.
La economía del país ya de por sí era débil e incluso se puso en debate si los JJOO deberían tener una sede fija y ya.
Fue tan vergonzoso lo sucedido, que el legado de la infraestructura se volvió un criterio de calificación a la hora de otorgar una sede. Por ejemplo, Londres 2012 y Río 2016 fueron elogiados por su uso de los lugares después de los Juegos Olímpicos.
Pero ahora es un campo de elefantes blancos, como si el color original fuera augurio de su destino. Una ruina cuya tragedia -griega- fue pertenecer a un momento de la historia y ser arqueología contemporánea para todo el ávido de lugares en decadencia.
Visitarlo es un ejercicio de contemplar el patrimonio antes de ser patrimonio, o mejor dicho, anti-patrimonio.
Un telón de fondo para hacerse fotos que cuestan la módica suma de 15 mil millones de euros.
Por si la quieren comprar.
Esto es todo por hoy. Espero les haya gustado el hilo. Para más historias, les tengo estos otros lugares.
En Instagram, ahí tengo en highlights más historias de mis viajes.
Todas las fotos de este hilo fueron editadas con mi aparatito 📱 Así que si quieren sacarle el máximo provecho, pueden inscribirse a mi Curso de Fotografía Móvil.
Esto es todo por hoy. Mil gracias. Se reciben muy bien los FAV, luego los RT, o la adquisición de mis servicios, que sería de gran ayuda para seguir creando contenido y llevándoles historias del mundo que veo.
Un abrazo enorme.
Hasta la próxima.
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Existe un lugar donde el horizonte hace el perfecto baile entre la historia y la naturaleza. Armado con guías de viaje y fotografías me propuse llegar hasta ahí con la ilusión de conocer algo único y la fatalidad de saber que no podré repetirlo.
¿Quieren conocerlo?
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Eran las 11:30 pm de una noche lluviosa en Yangón. Después de una salida de baile y de comer en algún puesto callejero, había entrado en el edificio donde me alojaba en casa de un amigo sin percatarme que había cerrado mal la puerta.
Hasta que sentí un golpe por la mañana.
Somnoliento, miré alrededor: mi amigo seguía dormido, la puerta estaba abierta. La cerré y volví a dormir.
No fue sino hasta unas horas después que supimos que ese golpe en mi hombro fue de un ladrón que calculó mal al tratar de llevarse mi cámara.
Todos los días, cinco monjes se despiertan para tocar las campanas en una ciudad-monasterio abandonada dentro de una montaña siendo los últimos huéspedes de una antigua fortaleza medieval.
Si existió algo semejante a Minas Tirith, es esto.
¿Quieren conocerla?
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Monasterio de Vardzia, Georgia.
Al margen del Río Kura y después de muchos kilómetros que me traían ensoñación de mi tierra, había llegado a ver un acantilado horadado desde hace siglos que conserva una historia muy particular entre los dedos de aquellos que no dejan atrás.
Este no es un lugar común y corriente; tampoco podría decirse que es estéticamente atractivo o fácil de dibujar. Vardzia es un renglón de una época donde reinas, caballos, invasiones y saqueos horadaban los valles de tierras lejanas, apenas sacado de la mano de Tolkien.
Vamos a jugar a ser detectives. ¿Pueden responder cuales son las tres diferencias entre estas dos imágenes?
Mientras contestan, les voy a contar la oscura historia detrás de estas fotografías.
Abro hilo.
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8 de diciembre del 2020.
Ese día aparece en la revista Architectural Digest AD un reportaje de una remodelación de una casa en San Francisco. Entre las fotos de los espacios, aparece una del patio principal.
La imagen aparece descrita como "Southeast Asian sculptures are displayed in the courtyard (...)", refiriéndose a que en ese patio de 1916, se muestran esculturas del Sudeste Asiático, pero si miran la foto no aparece nada.
Ese pie de foto le llamó la atención a un periodista.
Imagina crecer en una ciudad dividida por un muro donde escuchas a tus vecinos jugar a metros de distancia y jamás conocerlos. Una ciudad con dos universos paralelos.
Sucede ahora mismo y no viajaremos tan lejos: es una capital europea.
¿Quieren conocerla?
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Nicosia, República de Chipre.
En lo alto de un edificio hay un mirador que aglutina turistas morbosos por ver una montaña que a lo lejos dibuja una bandera de un extraño país. A nuestros pies transcurre la vida de una de tantas ya típicas calles de un país europeo.
Su casco antiguo no es muy diferente a cualquier otro: callecitas, bicicletas y locales con terrazas de café caliente. Pero algo aquí no es normal.
Al fondo de sus calles, esas mismas banderas extrañas se asoman sobre un edificio que al ser detallado, revelan impactos de bala.
En las montañas de Georgia hay un pueblo soviético perdido en cuyos acantilados están suspendidos pedazos de su gloria. Sin embargo, visitarlo es enfrentarse a una carrera contra el tiempo.
¿Quieren conocerlo?
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Chiatura, Georgia.
12:54 pm
Una descomunal estatua que conmemora la Gran Guerra Patriótica (II Guerra Mundial) da la bienvenida al pueblo. Sus proporciones no parecen encajar con lo que este pueblo y su tamaño, como si fuera un error o un presupuesto desfasado.
Pero no, encaja.
Terminé en Chiatura porque había leído de parte y parte que esta ciudad está enclavada en la época soviética. Que sus edificios guardan mosaicos de Stalin y Lenin, que sus cables mineros aun están suspendidos y oxidados como un museo a cielo abierto.
Existe un lugar abandonado que se cae a pedazos en el mar. Aunque fue evacuado en un par de horas, lleva cincuenta años esperando a que sus habitantes regresen antes que estos mueran de vejez.
¿Quieren saber su historia?
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Chipre, 1974.
En un famoso litoral mediterráneo -como vendría siendo Málaga el día de hoy- se desarrollaba un día común y corriente. Las grúas de construcción dominaban el cielo, los hoteles y restaurantes rebosaban de turistas y estrellas de cine.
El paraíso.
¿Su nombre?
Varosha.
En este distrito de la ciudad de Famagusta, la vida parecía no detenerse hasta que el 15 de agosto de 1974 sus habitantes no pudieron dormir en sus camas al final del día. Era tanta mi curiosidad que la visité para este hilo de #MinisterioDeExploraciónUrbana.