¿Qué preparativos se hacían para que la procesión del Corpus saliera estupenda en el siglo XVIII?
Ahí entraban en juego varias instituciones: el Consistorio, las cofradías, el Cabildo Eclesiástico y los duques de Béjar.
El CONSISTORIO se encargaba de que los vecinos limpiasen el trozo de calle frente a su puerta, engalanasen los balcones con colgaduras, esparcía hierbas aromáticas en el recorrido, vestía a los hombres de musgo y organizaba a los gremios para los arcos de vegetación.
Las COFRADÍAS sacaban en procesión a sus santos y construían altares.
El CABILDO ECLESIÁSTICO convocaba a los párrocos de la Villa y de la Tierra, que tenían asistencia obligatoria a la procesión, y se encargaban de las misas y ceremonias religiosas del Corpus y de su Octava.
Los DUQUES DE BÉJAR convocaban a las milicias de Villa y Tierra, adornaban el recorrido, realizaban regalos a las iglesias que eran cedidos para esos días, controlaban la asistencia de todos los componentes de los 3 poderes y cedían su coro de niños para el cortejo.
Los hombres de musgo de #Béjar son figuras heráldicas que desfilan junto a la bandera de la ciudad en la procesión del Corpus Christi.
Por supuesto son hombres y mujeres de carne y hueso vestidas con musgo de las piedras de los montes de la zona.
Su presencia en la procesión se rastrea desde antiguo, denominándoles la documentación "salvaxes" u "hombres de mo", siempre desfilando junto al alférez (ahora los concejales).
Entre FIGURA ALEGÓRICA y personaje de TEATRO, su presencia desde antiguo, aderezada con ese relato ficticio de los orígenes de la ciudad, ha convertido a un motivo HERÁLDICO MEDIEVAL en un símbolo, en un mito que ha construído nuestra IDENTIDAD COLECTIVA.
Sobre este asunto reflexionamos en esta entrada de 2012 y en un grupo de jóvenes que intentó transformar esta figura de nuestro folklore en un MITO CONTEMPORÁNEO.