🏳️🌈🇺🇸1. El movimiento conservador en Estados Unidos lleva meses librando una dura (¡y efectiva!) batalla contra la comunidad LGBTQ en lo que ha supuesto un cambio de paradigma en la tendencia de progresismo social de la nación.
La cosa da miedo. Abro hilo. 🧵👇🏼
La cosa da miedo. Abro hilo. 🧵👇🏼
🏳️🌈🇺🇸2. En 2015, la decisión del Supremo estadounidense de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo fue una victoria incontestable para la comunidad LGBTQ tras décadas de ninguneo y lucha en las calles.
Sería el punto álgido antes del retroceso que vivimos hoy día.
Sería el punto álgido antes del retroceso que vivimos hoy día.
🏳️🌈🇺🇸3. Con aquella decisión, la comunidad LGBTQ buscó nuevos objetivos en la búsqueda de aceptación y mejores derechos para uno de los colectivos más vulnerables: las personas trans.
Los primeros coletazos fueron muy positivos: legislación favorable, inclusión en medios...
Los primeros coletazos fueron muy positivos: legislación favorable, inclusión en medios...
🏳️🌈🇺🇸4. El movimiento conservador se pasó años tanteando opciones para frenar el avance del progresismo social en USA, esa 'ideología woke' que prometía con desmontar los preceptos del conservadurismo cristiano que llevaba un tiempo perdiendo el fuelle de antaño.
🏳️🌈🇺🇸5. Durante la era Obama, cualquier iniciativa anti-LGBTQ se saldó con represalias contra el movimiento conservador y cualquiera que legislara en consonancia con él.
En North Carolina, la Ley de Baños se saldó con un boicot tremendo liderado por, entre otras, Hunter Schafer.
En North Carolina, la Ley de Baños se saldó con un boicot tremendo liderado por, entre otras, Hunter Schafer.
🏳️🌈🇺🇸6. Pero tras la pandemia, voceros de la derecha como Ben Shapiro y políticos como Ron DeSantis encontraron un blanco perfecto para sus intereses: la inclusión de las mujeres trans en las competiciones deportivas femeninas.
Habían encontrado su mensaje ganador.
Habían encontrado su mensaje ganador.
🏳️🌈🇺🇸7. La realidad es que no hay muchos casos de mujeres trans que compitan en deportes femeninos, especialmente al más alto nivel, pero la cobertura mediática y el mensaje de 'injusticia' tardó poco en calar entre el electorado estadounidense.
Y ha ido calando más y más:
Y ha ido calando más y más:
🏳️🌈🇺🇸8. La presidencia de Trump y las tesis antitrans que iban calando entre el electorado permitieron que se introdujeran en el debate público cada vez más mensajes contra la comunidad LGBTQ: oposición a simbología gay, a espectáculos drag, a presencia LGBTQ en la educación...
🏳️🌈🇺🇸9. Estos últimos meses, el movimiento conservador se ha volcado con boicots contra grandes compañías como la cerveza Bud Light (la más vendida de EEUU) y los grandes almacenes Target por sus campañas pro-LGBTQ.
Y los boicots han funcionado, al menos por ahora.
Y los boicots han funcionado, al menos por ahora.
🏳️🌈🇺🇸10. Las campañas contra esas marcas ilustran una estrategia anti-LGBTQ que podríamos no tardar en verla replicada en Europa, así que estad alerta.
Podéis leer más al respecto en esta newsletter que hemos preparado en @lawikly (con podcast):
lawikly.com/p/la-venganza-…
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