Garrigou-Lagrange OP sobre las consecuencias de la doctrina tomista de la gracia en nuestra vida práctica:
«Esta gran verdad hace que los santos digan cuando ven a un criminial subir al patíbulo: si este hombre hubiese recibido todas las gracias que yo he recibido, quizás...
«hubiese sido menos infiel que yo; y si Dios hubiese permitido en mi vida todas las culpas que ha permitido en la suya, yo estaría en su lugar y él en el mío.
Esta humildad de los santos es manifiestamente la consecuencia del principio: "Nada acontece sin que Dios...
«"no lo haya querido, si es un bien, o sin que no lo haya permitido, si es un mal."»
Asímismo dice Schmaus:
«Todas las cuestiones de la salvación que oprimen e impacientan al hombre se resuelven creyendo en el insondable misterio del amor de Dios y confiando en la seriedad...
«y poder de su misericordia. Como ya hemos dicho, el individuo en particular debe resolver la cuestión con obras y no especulando. "Dios resiste a los soberbios, y a los humildes da su gracia..." (Pe 5,5s)»
Si bien es cierto que a lo largo de la historia se ha presentado la masonería como un coco provocador desde las tinieblas de todas las desgracias nacionales, no hay que despreciar a priori toda imputación de su influencia.
Como explica Antonio Montero Moreno en su libro...
"La historia de la persecución religiosa...", a estas alturas es ya un hecho histórico —consta en sus propios documentos— que la masonería ha jugado cartas importantes en la penúltima historia de España. Lo que hay que discutir es, en todo caso, el grado de su influencia.
Es claro, además, que la secta se impregnó rápidamente de una "vaga filantropía universalista y un deísmo teosófico que primero prescinde y luego abomina de las religiones positivas para acabar con un odio sistemático hacia la Iglesia católica".
Un argumento —si es que se puede llamar así— que se suele usar para objetar la fundamentación teleológica de la moral sexual (a saber, todo aquello que frustra el fin procreativo es desordenado) es el de apelar a una noción diferente de «naturaleza» para justificar los vicios.
Cuando desde el esquema teleológico hablamos de «naturaleza» no nos referimos meramente a «estadísticamente común», «de acuerdo a las leyes de la biología/física», «lo que encontramos en el reino animal», «la predisposición genética» o cualquier otra interpretación mecanicista.
Da igual que haya gente nacida con tendencia homosexual o que en el reino animal encontremos sexo «causal», por «placer» o «prematrimonial» (risum teneatis).
También encontramos a osos que orinan al aire libre para delimitar su territorio, bonobos que tiene sexo para socializar+