Thread by @anajuegaconnada

No lean nada de este hilo si las narraciones sobre el abuso sexual los afecta gravemente.
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Cuando estaba buscando tema de tesis de maestría pensé en hacerla sobre las violaciones a derechos humanos de la dictadura chilena. Alcancé a encontrar supervisor y me aprobaron el tema.

Entonces empecé a leer y les juro que esas fueron las peores semanas de todos los años que he pasando en una universidad. Cada cosa que leía era más angustiante que la anterior.

Seguro muchos aquí saben la dimensión de la dictadura de Pinochet. Yo, hace 10 años, lo ignoraba.

Lo que más me impactó fue la historia de Íngrid Olderöck. Ella era una agente de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) a cargo de torturar a prisioneros políticos.

Su familia llegó a Chile desde Alemania. Eran simpatizantes del nazismo. Ella misma se autodenominaba nazi.

Cuando entró a las fuerzas del Estado, fue una oficial destacada. Rápidamente le dieron más y más responsabilidad hasta que se volvió parte de lo que se conoce como la Venda Sexy o La Discothéque.

Lo que les voy a contar de la Venda Sexy está contenido en el Informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura de Chile.

Se trataba de una casa de dos pisos con subterráneo. Allí mantenían a los detenidos con una venda en los ojos, por eso su nombre.

Todo el tiempo tenían música de ambiente para disimular los gritos de las personas. Sonaban canciones de George Harrison, Nino Bravo, Nydia Caro o Julio Iglesias como para que la cosa resultará más macabra.

Los testimonios denuncian golpes, asfixia, inmersión de la cabeza en líquidos en descomposición, aplicación de electricidad, colgamientos, fueron sometidos a la ruleta rusa, quemaduras, privación de sueño, fueron obligados a presenciar torturas a otros detenidos...

Pero lo peor que narran son las torturas sexuales.

Adiestraron a un perro para abusar sexualmente de los detenidos, un pastor alemán de nombre Volodia que pertenecía a Íngrid Olderöck.

Volodia porque ese era el nombre de un dirigente del Partido Comunista antes del golpe.

Esto todavía no me cabe en la cabeza, pero la maldad no para ahí.

Esta señora y los otros torturadores hicieron manuales que describían las posiciones en las que tenían que poner a los detenidos desnudos para las violaciones.

Además del perro usaban objetos de toda índole.

Incluso diseñaron una especie de camillas a las que amarraban a las personas para ello.

Y no es que yo nunca hubiera leído narraciones de hechos victimizantes, claro que las había leído, me formé como politóloga en Colombia, pero esto me aplastó.

Allá la brutalidad no pasaba en medio del combate. Hubo personas que discutieron por meses formas de tortura con calma y paciencia.

Se sentaban, tomaban medidas, discutían materiales, medidas y experimentaban qué era más efectivo para causar más dolor a los detenidos.

Lo que encontraban era enseñado a otros torturadores.

Y recuerden que a todas estas personas las pagaban los chilenos con sus recursos públicos. Sus salarios venían de impuestos. Y como buenos funcionarios públicos "trabajaban" en horario de oficina. Sí, hasta las 5 p.m.

Por fuera del horario de oficina, cuando los oficiales no estaban, los suboficiales sacaban de su celda a las mujeres para llevarlas a otras habitaciones dentro de la misma casa y violarlas.

Porque eso también era atípico de ese centro: el 40% de las detenidas eran mujeres.

Se estima que cientos de personas estuvieron detenidas en la Venda Sexy. Más de 30% de ellos fueron asesinados o desaparecidos, lo que da una proporción de victimas con causa de muerte mucho mayor que en el resto de los centros de tortura de la época.

Justificar o minimizar la dictadura de Augusto Pinochet no es aceptable. Simplemente no lo es. Lo siento. Y es inmoral callar cuando otros lo hacen.

Lo que le pasó a los chilenos es tan doloroso que no hay palabras para expresarlo.