El fiscal británico Karim Khan llegó a la CPI con la misión de archivar las causas abiertas por crímenes de guerra a Israel y EEUU.
Todo iba bien. Khan cumplía con sus amos, occidente e Israel; hasta mandó capturar a Putin.
Pero llegó un inesperado genocidio en Palestina.
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La montaña de sangre y cuerpos palestinos provocaban unas fracturas en la arquitectura legal internacional que amenazaban con derrumbarla de inmediato.
Tras ocho meses de exterminio e incluso resoluciones de la CIJ, Khan, casi contra su deseo, se vio forzado a hacer algo.
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En mayo, Khan emite una propuesta de detención en la que incluyó más palestinos, Deif, Haniyeh y Sinwar, que israelíes, Netanyahu y Gallant.
Intentaba apaciguar a sus patronos occidente e Israel.
Incluso viajó a Tel Aviv y se entrevistó con israelíes, nunca con palestinos.
El ministro de la guerra israelí, Gallant, informa al Pentágono de que atacarán a Irán.
Algunas notas sobre esta demencia:
Israel es muy superior en fuerza aérea pero tiene pocos misiles tierra-tierra. La superioridad de Irán es incalculable. Sólo Hezbollah tiene 200.000.
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Israel busca arrastrar a EEUU, aunque EEUU no quiere guerra con Irán.
Tras el 14/4 y el fin de la "paciencia estratégica" iraní comenzó una era en que EEUU estaría al mando de las decisiones militares israelíes, pero puede no ser así y que Israel ataque.
¿Dónde lleva esto?
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Irán advierte de que a partir de ahora cada ataque será respondido x10, y de forma muy diferente al 14/4, donde sólo golpeó objetivos militares concretos.
Los misiles iraníes sobrevolando el parlamento israelí son la imagen de la debilidad del régimen colonial en Palestina.