Se dice a menudo que el testimonio de un policía fue suficiente para que se condenara al diputado Alberto Rodríguez y se le retirase su escaño. No es cierto. Hizo falta el testimonio del policía, jueces dispuestos a condenar sin más pruebas que un testimonio, medios de comunicación mirando para otro lado allanando el camino de jueces de derechas con ganas de salvar España y una presidenta del Congreso tan cobarde como Batet. Todo eso hizo falta. Si mañana un policía dijese sin pruebas que Feijóo le ha dado una patada, todos sabemos que jamás acabaría condenado con una acusación tan débil y teniendo en cuenta el impacto social que eso tendría. Mucho menos expulsado del Parlamento. Hubo una cadena de responsables que decidieron que Alberto Rodríguez era un diputado de segunda que representaba a miles de votantes de segunda.
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