Humboldt cuando visitó Hispanoamérica a inicios del XIX constató que sobre 780.000 negros bajo bandera española,casi el 50% eran libertos por los medios que les habían proporcionado para ello,mientras que sobre un millón de norteamericanos de origen africanos,todos eran esclavos.
Para un monarquía católic como la española, según lo prescribían sus bases morales, la esclavitud era considerada una institución nefasta. Tanto los Reyes Católicos como su sucesor, el cardenal Cisneros prohibieron su introducción en América.
Ésta sólo fue aceptada por el emperador Carlos V ante las apremiantes solicitudes de Fray Bartolomé de las Casas, quien en 20 de enero de 1531 escribía al Consejo de Indias:
»El remedio […] es éste muy cierto: que su majestad tenga por bien prestar cada una de las islas 500...
... o 600 negros, o los que al presente bastasen para que se distribuyan a los vecinos que hoy no tienen otra cosa (sic) indios […] Se los fíen por 3 años hipotecados los negros a la misma deuda; que al cabo de dicho tiempo será Su Majestad pagado.
En términos semejantes insistiría en 1557.
Felipe II y el Consejo de Indias, la Corona procedieron a instalar todas las trabas posibles a la importación de esclavos; llegando a quedar severamente prohibido su tráfico por Felipe IV entre 1640-51.
El 10 de febrero de 1795, Carlos IV, promulgaba su Real Orden de Gracias al Sacar (por ella los pardos podían ascender socialmente e ingresar a ciertas instituciones educativas y ocupar cargos públicos). Con algunas reticencias fue recibida en Ultramar, con excepción de Caracas.
Paradojas de la vida, al poco tiempo de que se proclamasen en París los Derechos del Hombre, al otro lado del Atlántico, aquella decisión real ocasionó un gran revuelo en la Venezuela de fines del XVIII porque el dinero podía comprar la equiparación social de mulatos con blancos.
Se supondría que de acuerdo a las rimbombantes proclamas de «Libertad, Igualdad, Fraternidad», bautizadas como «inmortales principios» por las «luces» de la revolución que estalló el 14 de julio de 1789, la abolición de la esclavitud sería un hecho.
Las turbias luces de la ilustración francesa fueron encendidas por personajes como Montesquieu, heraldo del naciente derecho republicano, quien en su tratado conocido hasta el cansancio, como leído por tan pocos, El Espíritu de las Leyes postulaba:
«No puede ser concebida la idea de que Dios, quien es un ser muy sabio, haya puesto un alma, sobre todo un alma buena, en un cuerpo todo negro. Es natural pensar que el color es lo que constituye la esencia de la humanidad: es imposible pensar que esas gentes sean hombres.»
Los negros esclavos de las plantaciones inglesas de Norteamérica huían a los territorios vecinos del Imperio español, sobre todo a la Luisiana, pero no para escaparse de sus amos, sino de la recluta forzosa de los rebeldes fundadores de Estados Unidos.
Veían que tenían más protección como esclavos en el Imperio Español y bajo el mismo Imperio Británico, que como hombres "libres" al servicio del Congreso Continental de los Estados Unidos.
Avanzando en las páginas de la historia encontraremos nombres de los negros, mulatos y pardos libres que sirvieron a la Monarquía Española, como Bernardo Roca, mulato panameño que llegó a Guayaquil en 1765.
Con el cargo de tesorero de la expedición militar enviada por el virrey de Nueva Granada para reprimir la Rebelión de los Estancos. Fue nombrado coronel del Batallón de Milicias de Pardos, este personaje fue el padre del presidente de la República del Ecuador, Vicente Ramón Roca.
Antepasado del también presidente Alfredo Baquerizo Moreno.
Todo esto a propósito de la pintura los Reyes negros de Esmeraldas (que ese es su título original), señorío de negros libres en lo que ahora es la costa noroccidente del Ecuador.
Soldados y oficiales blancos y negros de las Milicias Urbanas de Blancos, Pardos y Morenos de Veracruz (1767, Nueva España), al servicio de la Monarquía de España.
Los principales comerciantes de esclavos eran judíos portugueses y holandeses, aliados de los mercaderes árabes de esclavos: «Es más: por sanciones de su propia etnia, o como prisioneros de las guerras tribales, se inicia, a principios del siglo XVI, un comercio negrero».
*católica
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Hace exactamente un año en Pasto, conmemoramos con solemne misa y una placa, el bicentenario del incio del genocidio bolivariano de su población, que murió en defensa de Dios y de la unidad de la Monarquía de España en América.
«A LA MEMORIA DE LOS MÁRTIRES PASTUSOS, VÍCTIMAS DEL GENOCIDIO BOLIVARIANO ASESINADOS EN LA 'NAVIDAD NEGRA' DE 1822 POR SU FIDELIDAD A DIOS, LA PATRIA, EL REY Y LA NACIÓN HISPANA.
LOS LEALEA DEFENSORES DE LAS ESPAÑAS EN AMBOS LADOS DEL ATLÁNTICO:
GENERAL AGUSTÍN AGUALONGO
...
CORONEL BENITO BOVES
TENIENTE CORONEL ESTANISLAO MERCHANCANO
JUAN JOSÉ POLO
JOAQUÍN ENRÍQUEZ
LAS MADRES CONCEPTAS:
MARÍA MERCEDES BRAVO
MARÍA CATALINA AUX
MARÍA ZAMBRANO
MARÍA ANTONIA ROSERO
ASUNCIÓN ROSERO
El cuerpo de García Moreno estuvo oculto por un siglo para evitar que sea profanado por la masonería. Descubierto en 1975, tuvo un segundo funeral de Estado. Los ex presidentes Camilo Ponce Enríquez,Mariano Suárez Veintimilla y Otto Arosemena Gómez encabezaron el cortejo fúnebre.
Figuran también Francisco Salazar Alvarado, director del Partido Conservador; tras él, Jorge Luna Yepes, histórico líder de Acción Revolucionaria Nacionalista Ecuatoriana-ARNE; a un costado, Sixto Durán-Ballén, alcalde de Quito y futuro presidente de la República.
Y tras Ponce Enríquez, Manuel Jijón-Caamaño Flores, conde de Casa Jijón.
A propósito del #4dejulio esto opinaba el presidente de los Estados Unidos, William Taft, sobre la obra de España en América:
«Los que hemos tenido oportunidad de ponernos en contacto con la civilización de la raza española y de sus descendientes en América...
hemos podido advertir q la raza anglo-sajona, a pesar de su engreimiento,tiene mucho que aprender del refinamiento intelectual,de la capacidad de raciocinio,del temperamento artístico,de la imaginación poética,d los grandes ideales y d la cortesía de las razas americanoespañolas.
Es preciso conocer la historia de las colonias españolas de América para darse cuenta de la enorme suma de energías empleadas por España, sin ayuda alguna, en la obra de la civilización.
Francia abrió las puertas de Europa al turco en el Mediterráneo contra España y por los Balcanes hasta Hungría contra el Sacro Imperio, desde el s. XVI a inicios del XIX. Francisco I selló la alianza con el turco que duró tres siglos y costó la vida de miles y miles de europeos.
El rey de Francia y Solimán el Magnífico habían firmado una alianza política que ponía fin a los compromisos contraídos con el emperador Carlos V en la Paz de Cambray (1529) y en la Conferencia de Bolonia (1530).
El tratado causó gran escándalo en Europa, era de por vida y se establecía en plano de igualdad entre los firmantes.
Por 1492 no había 60 millones de habitantes en América, los estudios de Sapper (1924) rebajan ese número a 35 o 45 millones; Ángel Rosenblat (1945) calcula esa población en cerca de 13 millones; Kroeber (1939), en 7 millones y medio; Steward (1949) en cerca de 16 millones. HILO.
La cita consensual de mayor calado por ser referencia mundial viene determinada por la Historia de la Humanidad, preparada por la UNESCO y que fija en aproximadamente en 17 millones los habitantes de la América prehispánica hacia 1492.
Comisión Internacional para una Historia del Desarrollo Científico y Cultural de la Humanidad, Editorial Planeta, Barcelona, 1986.
No, maestro masón con foto falsa de perfil, gracias a la Monarquía Católica (no al Reino de España), se preservaron los saberes y el conocimiento de cientos de culturas prehispánicas que de otra manera habrían sido borradas para siempre de los registros de la historia del hombre.
El trabajo de miles de sacerdotes, que eran antropólogos natos, permitió que inclusive los registros de civilizaciones e y lenguas desaparecidas o por desaparecer, como la maya, se perpetuaran universalmente en una lengua mundial como el español.
En Quito la llegada de España permitió el renacimiento del bosque húmedo de su noroccidente, que había sido devastado por los indígenas, llevando a esta zona de ser un casi desierto a un nuevo refugio natural de flora, fauna y sobre todo de la cultura nativa de los yumbos.