Thread by @ahilesvainfo

Oficialmente, nadie se atreve a afirmar que el Estado de Israel tiene un potente arsenal nuclear, pero todo el mundo sabe lo que sabe, aunque no lo diga.
Así que en este hilo les contamos todo sobre “el secreto peor guardado del Estado de Israel”.
¡Ahí les va!

Seguro recuerdan que, hace unos meses, un ministro israelí dijo que lanzar una bomba atómica sobre Gaza estaba entre las opciones que barajaba el Gobierno de Netanyahu como posible respuesta ante los ataques de Hamás

heraldo.es/noticias/inter…

Fue Amichai Eliyahu, ministro de Patrimonio de Israel, quien lo dijo. Y sus declaraciones llamaron la atención, principalmente, por dos motivos o, mejor dicho, dos ‘acasos’

1) ¿Acaso un alto funcionario de la mediáticamente proclamada como ‘la única democracia de Oriente Medio’ acaba de proponer un holocausto nuclear contra más de dos millones de personas, la aplastante mayoría de ellas civiles? ¡Pues eso parece!

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Y 2) ¿Acaso el Estado de Israel posee armamento nuclear? ¿Fue que el ministro de Patrimonio israelí dejó volar su imaginación? ¿O dijo algo de sobra conocido, pero de sobra omitido en los grandes medios? Pues parece que también
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El desarrollo y posesión de armamento nuclear en manos de las fuerzas militares israelíes podría resumirse con el clásico “no existen pruebas, pero tampoco dudas”, pero con el matiz de que pruebas sí existen, como veremos más adelante

Según la Federación de Científicos Estadounidenses, actualmente Tel Aviv tendría un arsenal de unas 90 ojivas. Muchas menos que Rusia o EE.UU., pero el triple de las que también se estima que podría tener Corea del Norte. Y 90 ojivas más de las que Irán, por cierto

Por otro lado, la propia ONU, en su Tratado de No Proliferación Nuclear, incluye al Estado de Israel en el listado de potencias nucleares no reconocidas, señalamiento que también comparte la organización Nuclear Threat Iniciative, especialista en la materia

Es decir, aunque no sea tema de debate ni en la ONU y en los grandes medios solo aparezca mencionado de soslayo en artículos especializados, el consenso es total. Y es que la historia del programa nuclear israelí no deja demasiado lugar a dudas

El también conocido como “programa nuclear más opaco del mundo” comenzó su andadura incluso antes de que el Estado de Israel ingresara en la ONU y se materializó en la práctica pocos años después, pero logró mantenerse relativamente anónimo durante casi tres décadas

Hasta que se produjo una filtración digna de película, que mencionaremos más adelante
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Los primeros indicios de que Tel Aviv estaba tratando de incursionar en, digamos, las ligas mayores del armamento, aparecieron en 1958, cuando un avión espía estadounidense detecta que algo peculiar está ocurriendo en Dimona, en el desierto del Neguev

En el lugar se estaba construyendo, con muchíiiiiisima discreción, una central nuclear destinada, supuestamente, a alimentar una planta desalinizadora para regar el árido territorio de la zona

Dos años después, ante preguntas insistentes, las autoridades israelíes admitieron que bueno, que no solo se hizo para quitarle sal al mar, sino también para llevar adelante experimentos científicos para su industria metalúrgica

Según el famoso periodista Seymour Hersh, los israelíes finalmente aceptaron la visita de inspectores estadounidenses, pero antes de su llegada disfrazaron considerablemente la central para disimular su auténtica función

En cualquier caso, los especialistas se fueron de allí convencidos de que, aunque no podían demostrar para qué construyeron un reactor tan grande, desde luego no era para poder regar hortalizas en el desierto 😬

Desde entonces, Tel Aviv comenzó una estrategia de “ni confirmo ni desmiento” que nunca ha abandonado

Por ejemplo, cuando desde el Gobierno de Richard Nixon les preguntaron directamente si estarían dispuestos a asegurar que no poseerían armas nucleares, la respuesta fue intencionadamente ambigua, asegurando que no se convertirían en potencia nuclear

Es decir, que tal vez podrían llegar a tener algunas bombitas nucleares o, de hecho, ya las tenían, pero no tantas como para ser considerados potencia. ¡Qué alivio!

Estrategia de ambigüedad a la que no renunciaron ni siquiera cuando surgían evidencias de bastante peso, como en 1979, que EE.UU. detectó una prueba nuclear en el océano Índico, gracias a un satélite diseñado para que no se les escapara ninguna

La inteligencia militar estadounidense determinó que, con casi total seguridad, la detonación había sido obra del Estado de Israel y la Sudáfrica del ‘apartheid’

(Sí, ambos fueron estrechos aliados en su momento, tema al que dedicamos un video completo en su momento)

https://twitter.com/ahilesvainfo/status/1730616060095693291?s=20

Pero la primera evidencia así, digamos, escandalosa y digna de novela o película, tuvo lugar en 1986. Mordechai Vanunu, un extécnico israelí que había trabajado en la central de Dimona que mencionamos antes, decidió filtrar a la prensa lo que había visto allí

En posesión de fotografías y un conocimiento sobre asuntos atómicos que expertos contratados por los periódicos a los que buscaba vender la exclusiva corroboraron, Vanunu estaba decidido a revelar todo lo que sabía sobre el programa nuclear de Tel Aviv

Pero los servicios secretos israelíes también estaban dispuestos a que no lo hiciera 😬

El extrabajador de Dimona, previsor con toda la razón,
se ocultaba en un pueblito apartado en Reino Unido, esperando que su historia saliera publicada

Pero en una de sus contadas (y poco recomendables) visitas a Londres, conoce a una turista estadounidense
que lo seduce y, tras varias noches intimando con él,
lo invita a una romántica escapada a Roma.
¿Verdad que es bello el amor a primera vista?

Pues no siempre, porque resulta que Cindy, la supuesta turista estadounidense, era en realidad una agente israelí y, una vez en la capital italiana, el desdichado Mordechai es drogado, traslado al puerto y metido de contrabando en un carguero con rumbo a Tel Aviv

Sin embargo, el secuestro extrajudicial, que podría salir en una película titulada “Sexo, mentiras y ojivas nucleares”, no solo no impidió que la historia saliera a la luz (como sucedió, de hecho, poco después de la desaparición de Vanunu), sino que le dio mayor verosimilitud

Tras secuestrar al ‘soplón’, los israelíes lo condenaron a 18 años de cárcel (11 de ellos los pasó en aislamiento casi total)

theguardian.com/world/2018/mar…

De esa manera las autoridades israelíes, en realidad, terminaron por certificar que lo publicado por la prensa no era el invento de algún mitómano con ganas de fama, sino una información auténticamente comprometedora

Desde entonces, el “secreto peor guardado” del Estado de Israel es un auténtico secreto a voces que, paradójicamente, no parece atraer la atención
de los grandes medios, que suelen omitirlo de cualquier análisis o pasar sobre él de puntillas, como si no tuviera importancia

Y tampoco parece importar demasiado a los gobiernos y organismos que se autoproclaman guardianes de la moral nuclear y ven la paja en el ojo, por ejemplo, de Teherán, pero no la viga de color verde plutonio en el de Tel Aviv

En 2006, por ejemplo, Robert Gates, entonces secretario de Defensa de EE.UU. dijo que Irán buscaba obtener una bomba atómica porque está rodeado
de potencias nucleares:
haaretz.com/2006-12-07/ty-…

Sin embargo el arrebato de sinceridad (o el tremendo despiste) de Mr. Gates, no pareció tener mucho impacto en la arena geopolítica ni ocupó titulares en los grandes medios

Algo más de eco tuvieron las declaraciones de Avraham Burg, un expresidente del Parlamento israelí, quien en 2013 declaró que la estrategia de “ni confirmo ni desmiento” con el tema del arsenal israelí era una política “obsoleta e infantil” y que ya era hora de hablar de ello

Dentro de Israel hubo algo de polémica, e incluso el ingenuo de Burg fue acusado de traición, pero lo cierto es que de fronteras hacia afuera el asunto pasó casi totalmente desapercibido

israelnationalnews.com/news/174908

Más recientemente, el escritor israelí Yuval Noah Harari, autor de varios ‘bestseller’ sobre historia y antropología, recordó también, como quien no quiere la cosa, que Tel Aviv podía responder con ataques nucleares si desde Líbano o Irán se sumaban a los ataques de Hamás

Sin embargo, si uno proclama la innegable existencia de armas nucleares israelíes entre gentes del llamado 'mundo libre', seguramente la reacción que más obtenga sea, primero, caras de extrañeza y, segundo, acusaciones de sufrir alguna forma de conspiranoia

Y no se trata de una cuestión de cultura general para evitar caer en preguntas trampas tipo “¿quién tiene aproximadamente 90 cabezas nucleares en secreto, Israel, Irán o Corea del Norte?”, no

Se trata de que las armas de ese tipo son parte fundamental de lo que Tel Aviv considera su “seguridad nacional”: de hecho, ese es el motivo que aducen sus sucesivos gobiernos para, año tras año, negarse a firmar el Tratado de No Proliferación Nuclear

En 2007, al año siguiente de la llamada guerra del Líbano, una encuesta reveló que 3 de cada 4 israelíes justificarían el uso de armamento nuclear en determinadas circunstancias y se sentirían más tranquilos si su gobierno confirmara oficialmente que las tiene

De la tranquilidad de sus vecinos en Asia Occidental no aportó mucho el estudio, eso sí…
haaretz.com/2007-10-01/ty-…

Súmenle a eso que, además, según expertos en el tema, la posibilidad de recurrir a ese tipo de ataques fue bautizada por las autoridades israelíes que la hicieron posible como ‘Opción Sansón’

Es un nombre bastante poco tranquilizador, si se tiene en cuenta que alude a un episodio bíblico en el que el legendario forzudo destruía un templo, dando muerte a absolutamente todos los filisteos que estaban en su interior... y a sí mismo también

Como si todo eso no fuera suficientemente poco motivo de alarma, añadan a la lista el discurso de tintes literalmente apocalípticos de Benjamín Netanyahu cuando se refiere a Gaza, con un lenguaje propio de quien prefiere el fin del mundo a la derrota

Sin embargo, en Tel Aviv saben que, a pesar de la sucesión de evidencias y confesiones durante décadas, con ambigüedad o sin ella, pueden seguir acumulando ojivas nucleares sin que sus aliados occidentales al menos se molesten en aunque sea fingir que les preocupa lo más mínimo

Porque, en el fondo, nunca hubo necesidad de esconder bien el secreto que se convertiría en el peor guardado, ya que desde sus inicios, además, fue también el secreto más permitido

Si llegaron hasta acá, indudablemente les gusta leer. Pero si también disfrutan lo audiovisual, lo que acaban de leer es una versión escrita de nuestro video sobre el tema:

https://twitter.com/ahilesvainfo/status/1740045664057200877