Hoy se cumplen 26 años de la publicación en The Lancet del artículo que dio origen al movimiento antivacunas actual. Su autor, Andrew Wakefield, afirmaba que la vacuna triple vírica causaba autismo y enterocolitis. Pero todo era un elaborado fraude. Te lo cuento en este 🧵
Wakefield era un médico británico especializado en gastroenterología pediátrica. En su estudio, describía un supuesto síndrome llamado enterocolitis autística y planteaba la posibilidad de una relación entre los trastornos intestinales, el autismo y la vacuna triple vírica.
El problema es que su estudio tenía múltiples y graves fallos metodológicos, manipulaba los datos y realizaba pruebas invasivas y sin rigor ético en los niños. Además, Wakefield tenía conflictos de intereses: recibía financiación de abogados que demandaban a las farmacéuticas.
Pero, por si fuera poco, también se descubrió que un año antes, en 1997, había solicitado la patente para una vacuna contra el sarampión. De forma que el objetivo del estudio manipulado estaba bastante claro. bmj.com/content/342/bm…
En resumidas cuentas, se descubrió que Wakefield se lucró con su fraude. Vendía kits para detectar un síndrome que no existía en realidad, tenía la patente de otra vacuna y trabajaba para un letrado antivacunas. briandeer.com/mmr/lancet-sum…
Y se descubrió que el estudio era una completa estafa. Como veremos, los niños no tenían autismo ni enterocolitis. Muchos de sus problemas de desarrollo habían aparecido antes de la vacunación y fueron seleccionados por grupos antivacunas, con el objetivo de engañar y demandar.
Tras la publicación de su artículo, muchos investigadores independientes intentaron reproducir sus hallazgos, pero ninguno lo consiguió. Al contrario, las evidencias científicas demostraban que no había ninguna relación entre la vacuna triple vírica y el autismo.
Es más, 30 expertos británicos desmintieron la relación entre la vacuna y el autismo o el síndrome intestinal. En su escrito, afirmaron que las vacunas eran seguras y que no era necesario cambiar el calendario de vacunación. Pero de poco sirvió. thelancet.com/journals/lance…
Wakefield se enfrentó a una avalancha de críticas y a varias investigaciones exhaustivas sobre su conducta y actividad profesional. En 2010, el Consejo Médico General del Reino Unido lo halló culpable de 32 acusaciones, 4 de fraude y 12 de abuso de niños discapacitados.
Y, para mayor vergüenza, los propios autores que firmaron junto con Wakefield el artículo de 1998 comenzaron a renegar de él. time.com/5175704/andrew…
Como consecuencia, Wakefield perdió su licencia médica y fue eliminado del registro médico por su mala praxis profesional y su falta de honestidad. Ese mismo año, la revista The Lancet se retractó formalmente de su artículo.
En 2011, British Medical Journal describió el trabajo de Wakefield como "un elaborado fraude" y reveló que los niños de su investigación no padecían ninguna enfermedad inflamatoria intestinal. Su estudio se convirtió en el artículo científico retractado más citado de la historia.
Pero el daño ya estaba hecho. Su artículo generó gran preocupación, y tuvo un impacto negativo en las tasas de vacunación, causando la reaparición de brotes de enfermedades prevenibles por vacunas, como el sarampión, en algunas partes del mundo. journals.plos.org/plosone/articl…
De hecho, el artículo fraudulento de Wakefield provocó una crisis de confianza en la vacuna del sarampión en el Reino Unido. La cobertura pasó del 92% en 1997 al 83% en 2002, muy por debajo del 95% recomendado por la OMS. ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/P…
Pese a que sus argumentos han sido ampliamente desacreditados por la comunidad científica, Wakefield ha mantenido su compromiso con sus afirmaciones y ha seguido difundiendo sus ideas antivacunas. Los estafadores nunca se cansan de seguir estafando.
Wakefield es un ejemplo de cómo el fraude científico y la desinformación pueden tener consecuencias terribles para la salud pública y la confianza en la vacunación. Por eso, es importante contrastar las fuentes, consultar a los expertos y no dejarse engañar por los bulos.
Los estafadores continúan siendo estafadores toda la vida:
Y se aprovechan del temor que infunden en algunas personas para sacar rédito y hacer negocio, como Peter A. McCullough, que puso su nombre en un suplemento contra la miocarditis, después de pasarse meses difundiendo desinformación sobre ella y las vacunas:
Como Robert Malone, que se considera el inventor de las vacunas ARNm (sin ser realmente cierto), y que a pesar de estar vacunado con Moderna, se ha lucrado durante toda la pandemia difundiendo desinformación. Que ha ganado miles de dólares mensuales con suscripciones a Substack.
El lucrativo negocio de la desinformación: cuatro de las principales organizaciones responsables de difundir desinformación durante la pandemia en EEUU (entre las que se encuentra Children's Health Defense), ganaron colectivamente más de 118 millones de dólares entre 2020-2022 🧵
1/ Children's Health Defense, un grupo antivacunas fundado por Robert F. Kennedy Jr., recibió 23,5 millones de dólares en contribuciones, subvenciones y otros ingresos solo en 2022, ocho veces lo que recaudó el año anterior a la pandemia.
2/ Otro grupo influyente contra las vacunas, Informed Consent Action Network, casi cuadruplicó sus ingresos durante ese tiempo a alrededor de 13,4 millones de dólares en 2022.
El libro “Capacidad mental del negro”, escrito en 1944 por los doctores Vicente Beato y Ramón Villarino, fue un encargo del régimen franquista que buscaba probar la inferioridad mental innata de las personas de raza negra.
Por las dudas, el libro fue publicado en 1944 por la Dirección General de Marruecos y Colonias, un organismo dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores, que estaba dirigido por el general Francisco Gómez-Jordana Sousa, uno de los principales colaboradores de Franco.
El libro en sí se enmarca en la política de españolización de las colonias africanas que impulsó el franquismo, basada en la idea de la hispanidad y la superioridad de la raza española
Un nuevo estudio con datos epidemiológicos, ambientales y moleculares, publicado en @PLOSMedicine, vuelve a demostrar que las mascarillas —y los purificadores de aire— pueden prevenir la transmisión del SARS-CoV-2 en las escuelas.
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Los investigadores recogieron muestras de saliva y bioaerosoles de los estudiantes y profesores durante siete semanas, desde enero hasta marzo de 2022, durante la ola de Omicron. También midieron las concentraciones de CO2, aerosoles y partículas en las aulas.
El estudio comparó tres condiciones: sin intervención, uso de mascarillas y uso de purificadores de aire. Los resultados mostraron que el riesgo de transmisión del SARS-CoV-2 era menor con el uso de mascarillas y comparable con el uso de purificadores de aire.
🔴 Una nueva investigación ha identificado un método potencial para tratar el síndrome de X frágil, una de las principales causas de los trastornos del espectro autista
El método implica una mayor producción de estructuras especiales de ácidos nucleicos llamadas “bucles R”. Estos bucles se forman entre el ADN y el ARN, y las células los ven como daño en el ADN y por tanto desencadenan mecanismos de reparación para solucionar el problema.
Los investigadores generaron modelos derivados de las células de pacientes con SXF y los expusieron a diferentes condiciones de laboratorio. Descubrieron condiciones que inducen una fuerte contracción repetida y una reactivación completa del FMR1.
¿Te has preguntado si la vacuna de refuerzo contra la COVID-19 es segura para las embarazadas? Un estudio reciente publicado en JAMA Network Open responde a esta pregunta concluyendo que no se ha encontrado un aumento de abortos espontáneos.
Te lo cuento en este hilo 🧵
1/ El estudio se basa en los datos de más de 100 000 embarazos de 6 a 19 semanas de gestación en 8 sistemas de salud de EE.UU. que participan en el Vaccine Safety Datalink, un sistema de vigilancia colaborativo entre los CDC y las organizaciones de atención médica.
2/ Los investigadores compararon las mujeres que tuvieron un aborto espontáneo con las que tuvieron un embarazo en curso, y evaluaron si habían recibido una tercera dosis de la vacuna de ARNm contra la COVID-19 en una ventana de exposición de 28 o 42 días antes del evento.
🔴 Un nuevo estudio realizado en Suecia con casi tres millones de mujeres sugiere que no hay evidencia de que las vacunas contra la COVID-19 (Pfizer, Moderna y AstraZeneca) causen alteraciones menstruales significativas.
Te cuento lo más importante en este 🧵
El estudio, publicado en la revista BMJ, analizó los contactos médicos por cambios menstruales de las mujeres que recibieron la vacuna contra la COVID-19 entre diciembre de 2020 y febrero de 2022. Compararon datos de mujeres vacunadas con los de un grupo de control no vacunado.
Los resultados mostraron que no hubo más contactos médicos por cambios menstruales tras recibir la primera o la segunda dosis de las vacunas de Pfizer, Moderna o AstraZeneca en las mujeres que tienen la regla, ni tras la tercera dosis de Pfizer o Moderna en este grupo.