Thread by @AleSanchez1709

Voluntaria en Fundación Porvenir
1997 – 2002
Alejandra Sánchez

Llegó a mis manos un documento escrito por Priscilla Delano, a quien conocí cuando ambas éramos voluntarias en la Junior League de la Ciudad de México, contando su año de trabajo con Xóchitl Gálvez.

Abro🧵

Prisci encabezaba el Comité del voluntariado con Fundación Porvenir. Un tiempo atrás yo había escuchado hablar de Xóchitl por una tía que había asistido a un congreso de mujeres en el que ella participó, su historia le había emocionado y en reuniones familiares la contaba.

En cuanto supe que la Fundación había sido creada por Xóchitl de inmediato me uní al Comité. Nuestra chamba, tal como describe Prisci, era contactar escuelas que estuvieran interesadas en llevar a cabo su programa de servicio social con la Fundación.

Nos turnábamos para acompañar a Xóchitl a dar su plática en las escuelas. Nunca dejaba de causar fuerte impacto en los chavos, escuchaban con gran atención, quedaban atraídos por su alegría contagiosa y su energía desbordante y muy muy impresionados con su historia de vida.

La historia de Xóchitl no es inventada como algunos quieren hacer creer, muchas veces escuché de su boca contar cómo fue su niñez, sus carencias, cómo ganó la beca para venir al entonces DF, su impacto al ver que el agua salía de una llave y no había que acarrearla, etc. Además tuve oportunidad de conocer a su familia y estar en su pueblo. Me dejaba con la boca abierta con la facilidad que tenía y sigue teniendo para echarse a todo mundo a la bolsa. Con toda naturalidad hablaba con las madres en las comunidades, se reía con los niños, convencía a empresarios de sumarse a la causa. Escuela a la que íbamos a dar la plática, escuela que se sumaba a la Fundación.

El trabajo de las escuelas consistía en juntar parte de los ingredientes para una papilla nutricional para niños en segundo y tercer grado de desnutrición. Las escuelas recolectan harina de maíz, aceite y azúcar. La Fundación proporcionaba el cuarto ingrediente que era la leche en polvo. Los chavos de preparatoria iban a las comunidades una vez cada dos meses llevando los ingredientes para dos meses de papilla para el número de niños en cada comunidad. En cuanto la escuela se sumaba a colaborar con la Fundación una gran mayoría de los chavos de preparatoria se apuntaban para ir a las comunidades.

Después de algunas visitas a escuelas quise participar en las visitas a las comunidades, ahí mi vida cambió. No se puede entender el impacto de la marginación, la pobreza y la falta de oportunidades, si nunca las has visto de cerca. Me uní formalmente a la Fundación y empecé a trabajar desde otra trinchera. Durante cuatro años acompañé muchas visitas de diferentes escuelas a comunidades, estuvimos en Hidalgo, en Morelos, en el Estado de México. Mi hijo mayor que en ese entonces tenía 5 años muchas veces nos acompañó junto con Diana, la hija de Xóchitl. El trabajo de las escuelas en la comunidad consistía en medir y pesar a los niños, entregar los ingredientes de las papillas y dar una plática a las madres explicando la importancia de la nutrición para sus hijos. Xóchitl decía que la Fundación cumplía varios objetivos, por un lado el tema de la desnutrición, por otro, preparar a los empresarios y políticos del futuro, acercarles a la realidad de las comunidades marginadas.

Las idas a las comunidades fueron un gran aprendizaje no solo para los chavos, para mí uno de los más grandes aprendizajes de mi vida. Pesar niños que estaban por cumplir dos años y tenía un peso de poco más de 5 kilos, ver a las madres llegar caminando con una fila de niños desnutridos y luego verles cargar en un rebozo sostenido desde su cabeza los ingredientes de la papilla para dos meses y caminar hasta sus casas de lámina cargando todos esos kilos, entrevistar a las madres para saber con qué alimentaban a sus hijos y obtener por respuesta un “les doy tomate verde y chile”, ni siquiera para tortillas les alcazaba muchas veces, escuchar a Xóchitl hablar con una madre que estaba esperando el séptimo hijo y saber su pareja no le daba alternativa, más de una vez vi a Xóchitl apoyando con dinero de su bolsa para cubrir alguna necesidad médica. Saber que muchos de esos niños ni siquiera existían para el país pues ni registrados estaban. Eran tantas las carencias que difícilmente se pueden imaginar desde nuestra vida privilegiada.

Con Xóchitl conocí el México real, recorrí largas horas de carretera para luego enfrentarnos a los caminos de terracería, repartimos juguetes en día de Reyes, supe de su gran generosidad y de su dar a manos llenas. Fue mi toma de conciencia de que existe un México lleno de dolor y carencias, también mi primer acercamiento a la discapacidad, cercana a ella había una nena con discapacidad auditiva a quien ella llevaba personalmente con médicos y a terapias.

Y ahora ella será nuestra próxima Presidenta, qué orgullo haber recorrido con Xóchitl unos años de su camino. Toda mi admiración y cariño.

XÓCHITL GÁLVEZ PRESIDENTA 2024 – 2030.

Tengo poquísimas fotos de mis idas a comunidad. Todo queda en el recuerdo y en el aprendizaje.

Por último vuelvo a subir el vídeo de Fundación Porvenir, cortesía de Argos Producciones. Tengo una de las copias originales en VHS, lo subí en julio pasado a mi FB y a partir de ahí se hizo viral, tiene más de dos millones de reproducciones.