RECLUTADA
Tenía el cuerpo empapado por el sudor y se secaba la cara con una pañoleta que colgaba en su cuello, buscaba refugio del calor bajo un chamizo de hojas escasas que no producía sombra alguna. Hilo 🧵
Sus ojos escudriñaban en cada centímetro de bosque frente a ella mientras las manos empuñaban el fusil AK47 que le habían dado de dotación y con el que estaba aprendiendo a disparar.
La guerrillera estaba en su turno de guardia que era entre las 3 y 4 de la tarde, vigilaba un campamento clandestino cerca a un filo en las montañas perdidas de Colombia, y yo que estaba allí fotografiando a ese grupo que se había rearmado después de la firma del acuerdo de paz.
aproveché para conversar con ella y hacerle unas preguntas que me dejaron la garganta seca y lágrimas en los ojos en cuanto escuché la respuesta.
¿Y usted, por qué se unió a este grupo rebelde?
Al principio yo no quería, pero varios amigos me invitaron y me convencieron, después cuando vine para acá me di cuenta que esto no era como ellos me decían, pero ya no me podía ir.
Yo no quiero estar aquí, pero no me queda ninguna alternativa, si me voy van a perseguirme hasta matarme, pero aún si tengo éxito en la fuga, si logro huir lejos y refugiarme en donde ellos no me encuentren, ellos saben quien es mi familia,
conocen sus casas en el pueblo y sus rutinas y los van a empezar a matar uno a uno hasta que yo me entregue y regrese al grupo, ahí cuando vuelva me matarán a mí también por desertora, entonces me tengo que quedar aquí.
La fotografié y conversamos al final de agosto del 2018, la guerrillera murió pocos días después en un bombardeo sobre el campamento clandestino en el que ella dormía.
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