El proceso que cada familia vive con un menor trans es único, en él caben las dudas, el miedo y cierta resistencia. Pero el «duelo por el hijo trans» es un eufemismo que usan los malos padres para nombrar su negligencia, su abandono y su cobardía.
Significa que se sienten más cómodos con la idea de un hijo muerto que con la de una hija trans. Es un asesinato emocional.
Detrás de cada padre o madre que performa el drama de una pérdida que no existe, hay un adulto disfuncional pidiendo atención, alguien con la fontanela sin cerrar, un niñato narcisista.
PS: también hay padres y madres que creen que es la reacción habitual y la llevan a cabo sin sentirla, sin pretender hacer daño pero sin parrase a pensar. Es una narrativa aceptadísima, extendida con muy mala intención. Conviene acabar con ella sin contemplaciones.
Elon Musk: gilipolles. @brancastudio
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Creo entender la buena intención de este tuit. Clara siempre se ha posicionado a favor de los derechos de las personas trans y recuerdo perfectamente declaraciones suyas hablando de las mujeres trans como mujeres de pleno derecho. Conviene no olvidarlo. PERO (+)
Lo que tratamos de explicar, veo que de forma infructuosa, es que no podemos ceder ni un milímetro a la posibilidad del debate porque, de hacerlo, estaríamos concediendo validez como interlocutores a quienes ponen límites a nuestra existencia misma.
Sería perder antes de empezar. Traicionar una genealogía entera. Las vidas trans no pueden debatirse, las vidas no pueden ni deben debatirse. De hacerlo, dónde ponemos el freno, quién va después. Cómo vamos a frivolizar con nuestra ontología como mujeres*. A quién se le ocurre.