El CEO de Telegram, Pavel Durov fue detenido en Francia este sábado bajo el pretexto del uso de la aplicación para encubrir pedofilia, tráfico de drogas y otros crímenes.
No es la primera vez que ocurre algo similar con una empresa tecnológica, en 2018 Estados Unidos ordenó a Canadá detener a la vicepresidenta e hija del CEO de Huawei, supuestamente por fraude, en plena tensión diplomática con China.
Y es que las empresas tecnológicas tienen un papel crucial en la guerra interimperialista: Amazon o Alibaba Group son proveedores cruciales de material civil readaptado para la guerra de Ucrania, por ejemplo.
Evidentemente, los motivos de esta nueva detención en Francia son también una excusa de cara a la opinión pública, pero en realidad forma parte de los intereses imperialistas de la OTAN, pues la aplicación es clave para el OSINT en la guerra en Ucrania.
OSINT o «Open Source Intelligence» refiere a las herramientas de recopilación de información pública -es decir, sin recurrir generalmente al cibercrimen y al hackeo de información- con tal de convertirla en inteligencia para un bando u otro.
Telegram se ha convertido durante la guerra de Ucrania en una potente herramienta de propaganda y a la vez de difusión de información:
miles de canales con millones de seguidores difunden videos, fotografías, noticias, etc., con grandes cantidades de documentación relevante para un ejército u otro.
Mediante estos canales de difusión, las fuerzas de un bando u otro pueden, por ejemplo, analizar contenido gráfico subido con geolocalización o fácilmente triangulable para poder realizar un ataque sobre esa posición una vez se sabe el material o el personal ahí presente.
Estos mismos canales después de un asalto o un bombardeo en dicha posición, subirán un vídeo denunciando el ataque, lo cual dará también la información de los daños realizados sin tener siquiera que desplazarse.
La importancia de Telegram también reside en su capacidad de difundir propaganda a favor de palestina o Rusia entre la población occidental o videos perjudiciales de cara a la opinión pública.
Todo el mundo sabe que los últimos en querer terminar con la pedofilia y las redes de prostitución o drogas son las altas esferas otanistas:
Evidentemente, la causa real es la falta de colaboración con las autoridades occidentales como sí hacen Meta o Twitter.
Seguramente esta detención se trata más bien de un movimiento diplomático que no un intento real de terminar con Telegram,
pero la paranoia de un bando u otro con el espionaje y el contraespionaje a partir de la escalada de los conflictos bélicos de los últimos años harán que seamos testigos de más casos como este.
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Hoy quisiéramos hablar sobre la ideología de los grandes magnates de las tecnológicas norteamericanas: la <<Ilustración oscura>> o el <<Movimiento Neoreaccionario>>, que, de forma sintética, viene a proponer un <<tecnofeudalismo>>.
Antes de entrar en materia debemos aclarar que si hablamos sobre esta corriente no es a modo de <<curiosidad>>, sino porque revela la idiosincrasia de una fracción de la gran burguesía y del modelo de fascismo que desea implantar.
Es preciso señalar también que @JaimeCaroM ya hizo en su momento la que - a nuestro conocimiento- es la primera introducción a este tema en español.
Existe la preconcepción respecto a los monopolios, sobre todo en sectores tan «esenciales» como la alimentación, de que a más cuota de mercado abarcan, más conspiraciones urden para obtener «superganancias».
La ganancia monopolista no puede surgir de un engaño permanente al consumidor o a otras empresas. Si esto si fuera así, si todos los sectores monopolizados engañaran al resto inflando los precios artificialmente, nadie obtendría realmente ganancia.
El margen neto de Mercadona de 2023 fue del 2,84%, del 2,31% en 2022 y del 2,44% en 2021. 2024 apunta a ser de los mejores años para la empresa de Joan Roig, pero no habrá una diferencia sustancial a pesar del aumento de los precios al consumidor.
Uno de los textos más injustamente ignorados de Lenin es el breve panfleto titulado «¿Se puede intimidar a la clase obrera con el jacobinismo?», que lejos de ser una reivindicación huera de la experiencia francesa es, ante todo, una defensa del terror.
Estos últimos años se ha venido instaurando un ideal «dulcificado» de la Revolución Rusa, uno según el que los bolcheviques habrían contado con el absoluto apoyo de las masas, uno que ignora las serias dificultades que atravesó la Revolución y que evita hablar de los momentos en
que casi fue barrida del mapa. Cualquier proceso revolucionario fructífero conduce, al fin y al cabo, al conflicto armado, a la Guerra Civil. Y una guerra, camaradas, exige las medidas más drásticas, algo que Lenin, como el resto de los bolcheviques, comprendía perfectamente.
Camaradas, ponemos a vuestra disposición un artículo con el que nos proponemos esclarecer cuales son los rasgos generales del proletariado marroquí en España.
Y es que si hemos tratado esta cuestión de forma recurrente no es por fetichismo u obsesión, sino porque el odio al proletariado inmigrante es uno de los pilares sobre los que se erige el programa de masas del fascio actual.
En esta ocasión no hemos realizado ninguna división formal en el artículo. Sin embargo sí que podemos dividirlo en tres «momentos». En primera instancia, y tras la introducción, realizamos un breve repaso al tejido económico marroquí.
La reforma es algo más «astuta». No es que la jubilación se alargue a los 70, es que se introduce un incentivo que permite cobrar el sueldo y la jubilación del siguiente modo:
66 años: 45% de la jub.
68 años: 65% de la jub.
69 años: 80% de la jub.
70 años: 100% de la jub.
Ahora, y he aquí la trampa: el salario es el pago que el capitalista realiza a cambio de la fuerza de trabajo que ofrece el trabajador y cuya función básica es permitir que esta fuerza de trabajo se restaure. Lo que implica esta «recuperación» varía geográfica y temporalmente.
La pensión se deduce de las retenciones salariales del trabajador. Cuando paga la pensión el Estado actúa como un administrador que ahora devuelve el dinero al trabajador. La pensión es, entonces, una especie de salario «diferido».
La ley laboral soviética, tal y como queda tipificada en el código de 1920, no solo plantea una concepción del trabajo radicalmente diferente a aquella de la legalidad burguesa, sino que contiene artículos que el social-liberalismo tildaría de «inaplicables». Veámoslo.
Hemos de decir que este código del trabajo, que precedería y serviría como base para sus subsiguientes revisiones -a excepción de la implementada en 1956 con el VI Plan Quinquenal- se implementa en plena Guerra Civil, y sería «suavizado» en su reedición de 1922.
De entrada, el trabajo es derecho y deber [Captura I]. Esto es algo que queda tipificado en la Constitución de la R.S.F.S.R. de 1918 y en la reforma constitucional de 1936 [Captura II].