1. El problema del porno es que los niños y niñas no tienen otro lugar al que acudir para pensar, ver y hablar sobre sexo.
Acuden a unas plataformas que, en su mayoría, muestran una realidad patriarcal del deseo y reproducen estructuras que en la vida real no funcionan.
2. La curiosidad por el sexo de las y los adolescentes no va a desaparecer. Necesitan canalizarla por algún lugar, y si el sexo sigue siendo un tabú y no no existen alternativas, la única fuente que tienen es el porno.