Teniendo en cuenta lo que se irá conociendo a partir del domingo, es interesante oír unos trozos de una entrevista en "La rosa de los vientos" a un inspector jefe de la policía nacional de la Comisaría General de Información y formador de policías infiltrados, Iñaki Sanjuán 👇🏾
En este primer audio, Sanjuán habla de las consecuencias negativas que "sufren" los infiltrados una vez acaban su "trabajo": afirma que su vida ya no vuelve a ser igual, que a veces se sienten como una mierda y años después viven con terror a encontrarse a quienes espiaban
Y ojo a lo que dice este inspector jefe de la policía nacional sobre las infiltraciones con un alto componente ideológico y de mucha duración: "te destrozan.. tu vida no vuelve a ser igual".
También asegura que tras el "subidón" de acabar la infiltración llegan los bajones y la depresión. Los infiltrados tienen que estar vigilados y controlados por especialistas para que esa depresión no les pase factura toda la vida.
Las infiltraciones con un alto componente ideológico han llegado a tener que obligar a la policía a extraer a los infiltrados porque realmente creían que eso que hacían como infiltrados era lo correcto. La policía les extraía para "hacerles ver el lado bueno"
Sobre si los familiares y amigos de los policías infiltrados saben o no a lo que se dedican y el menor "sufrimiento" que tienen cuanta más distancia pongan con ellos.
Todo esto que expone Sanjuán dibuja varias ideas:
1. Exponer públicamente a los infiltrados aumenta las posibilidades de que "sufran" esas consecuencias de las que hablan.
2. Hacerles llegar a sus familiares y amigos a lo que se dedicaban, también (en algunos casos se ha hecho)
El objetivo principal no es librar una batalla psicológica contra el infiltrado como individualidad (que también, por justicia y reparación), sino advertir a la policía como institución y a los que vengan por detrás y les ofrezcan la posibilidad de ser infiltrados: es lo que hay.
La policía no es infalible. Cometen fallos. Saber aprovecharlos y aprender de lo que ello supone también es importante. Quitarnos la idea de que son invencibles puede ser el primer paso para ganar. Quizá es un poco ambicioso llamarlo ofensiva, pero ojo a estas semanas 👊🏾👮♂️
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Mayka Pérez Márquez tenía 30 años cuando el 19 de mayo del 2000 fue asesinada de un disparo en la cabeza por su pareja Ángel Andrés Ferreiro, un policía nacional que trabajó para la Brigada de Información como infiltrado en Barcelona y en Euskadi. Ésta es su historia 👇🏾
Mayka trabajaba de monitora del comedor en el colegio SXXI de Moratalaz. Él llevaba tiempo maltratándola. Convivían en el piso de él en Vallecas, donde la asesinó. La familia nunca creyó la versión oficial del suicidio y, con al abogado, intentaron demostrar que fue un asesinato.
-El policía se lavó las manos antes de hacerse la prueba de la parafina (para ver si había disparado él)
-No entregó la ropa que llevaba puesto aquel día hasta 3 días después, ya lavada (hubiese servido también para buscar restos de pólvora)
Pau Pérez, del Centro SIRA, sobre la cadena de intervenciones en un episodio de tortura.
Siempre llama más la atención el ejecutor directo (perpetrador), pero hay más actores que son incluso más importantes 👇🏾
¿Los torturadores se ven y se definen así mismo como tales? Qué mecanismos utilizan para justificarse? Muy interesante esta parte 👇🏾
La tortura es una cuestión sistémica. No hay que buscar al perpetrador/torturador sádico, sino fijarnos en el sistema que lo permite.