Los trabajadores del metal de Cádiz se movilizan en huelga para enfrentar la explotación y la fragmentación causada por la patronal. Pero quisiéramos centrarnos en el comunicado de @CTM97560609, ejemplo de vanguardia obrera:
La huelga del metal de Cádiz no nace solo del bloqueo en la negociación del convenio, sino del hartazgo acumulado por abusos diarios: horas extras de trabajo bajo el sol gaditano, impagos y contratos fijos discontinuos con todo tipo de irregularidades.
Esta nueva movilización tiene precedentes. En el 2021, la huelga del metal ya sacudió la Bahía de Cádiz.
La demanda más destacable de este comunicado es la de un convenio colectivo que incluya toda la cadena productiva, oponiéndose a -y evidenciando- la fragmentación del sector, herramienta de la patronal para dividir a los trabajadores.
Esta lucha por un convenio colectivo para todos los trabajadores contrasta con otras convocatorias que hemos presenciado estos días; convocatorias que se limitan a reclamar mejoras para un sector de trabajadores cualificados.
El otro gran «invitado» son los sindicatos de concertación: su mano blanda y su burocracia no defienden a los trabajadores, sino sus propios intereses, que pasan por su supervivencia institucional. Algo que el comunicado también se encarga de señalar.
Sin embargo, como se destila del comunicado, la lucha no es solo para lograr mejores condiciones individuales, sino para vincular cada situación concreta a toda la realidad social de una clase.
La organización en los centros de trabajo debe superar la resolución individual o gremial de un conflicto. El reclamo de un convenio general para toda la cadena pone sobre la mesa algo más que una mejora inmediata de las condiciones laborales;
destaca la posibilidad de superar la fragmentación impuesta por la división burguesa del trabajo mediante la organización consciente del proletariado.
De nuevo, en Cádiz, los trabajadores del metal vuelven a demostrar la vital importancia de los centros de trabajo en la lucha de clases, aunque algunos insistan en ignorarla. Le deseamos el mayor éxito a los camaradas de @CTM97560609, así como a todos los obreros que hoy luchan.
• • •
Missing some Tweet in this thread? You can try to
force a refresh
Los disturbios de Los Ángeles como respuesta a las redadas del 6 de junio se reducen a la ciudad –desgraciadamente y de momento–, pero demuestran con claridad el factor acelerante que supone la administración Trump para los conflictos internos de la sociedad americana.
Una cosa a señalar es que por el momento –y también por desgracia– el nivel de virulencia no es comparable al de episodios anteriores. Este hilo de @Chongxi_Bai lo resume bastante bien:
Los acontecimientos arrancan el 6 de junio con una redada de ICE –«Servicio de Control de Inmigración y Aduanas»– en Los Ángeles contra inmigrantes indocumentados focalizada en varios establecimientos del Home Depot y algunos comercios mayoristas de ropa.
Un problema general de la retórica del auge reaccionario es que en buena medida descansa en los resultados electorales. Resultados que, además de falibles, no computan ni registran clases sociales.
La tendencia al reaccionarismo entre la pequeña burguesía, por ejemplo, es innegable, pero el mapeado de los distritos electorales no distingue entre pequeñoburgueses y proletarios.
Y si consideramos los resultados electorales como prueba definitiva, en el barrio obrero el verdadero ganador es o el PSOE o la abstención. Abstención que no es necesariamente positiva,
Díaz se acerca a la patronal para que la ayuden a implementar una medida estética, puramente propagandística, que no tiene efecto real para la mayoría de trabajadores, a cambio de otra medida que sí va en contra del proletariado.
Aquí se habla de dos cosas diferentes: a) implementar la jornada de 37 horas y, b) lograr el desbloqueo de la patronal mediante medidas contra el «ausentismo».
Empecemos con aquello de las 37 horas. Ya hemos señalado en otros hilos que se trata de una medida de escaso efecto.
El comunismo no es una doctrina defensiva, sino ofensiva. El problema con las consignas, estrategias y tácticas esencialmente defensivas es que parten de un marco moralista.
Es decir, que consideran que las acciones deben estar justificadas por un agravio inicial y que la acción política debe ser puramente reactiva. Si, como dicen diversas organizaciones, vivimos en una perpetua ofensiva capitalista, lo que resta es defenderse a perpetuidad.
Pero la victoria se obtiene neutralizando al enemigo, no desgastándolo eternamente en un conflicto asimétrico. La clave se encuentra en «atacar».
Bajo el fetichismo de la mercancía que rige la producción burguesa, la tecnología se nos aparece como algo ajeno a la voluntad humana y con «vida propia». El reciente caso de las «IA» es un ejemplo paradigmático.
Tras la aparición de los LLM (Large Language Models) como GPT, se están extendiendo numerosos discursos que oscilan entre dos posiciones igualmente erróneas por mistificadas:
Por un lado tenemos a los que ven en la IA la solución a todos los males de la humanidad, la definitiva segunda venida de Cristo que, ahora sí, terminará con la ineficiencia e irracionalidad propia de nuestra condición de seres caprichosos.
En pocos días se celebrará el 80º aniversario de la victoria contra el fascismo. En plena escalada bélica, ambos campos capitalistas intentarán apropiarse de la victoria contra su creación. Los verdaderos responsables fueron otros:
los millones de hombres y mujeres que alimentaron al Ejército Rojo, el tenaz pueblo chino, los valientes partisanos, en su mayoría comunistas, que prestaron batalla en Yugoslavia, Albania, Grecia y Francia.
Es precisamente porque fueron personas corrientes las que marcharon a una muerte segura en pro de una causa mayor que queremos rescatar sus voces. Aquí tenéis algunas anécdotas, la mayoría de ellas en forma de cartas.