Thread by @Shapuval151136

Todas las facciones de la burguesía son culpables del auge nacionalista que ha llevado a los pogromos fascistas en Torre Pacheco. Los comunistas no podemos ponernos a la cola de ninguna de ellas, sino profundizar en la situación para esclarecer nuestras tareas independientes.

La agresión al anciano ha sido la excusa perfecta para que los cerdos fascistas salgan a linchar inmigrantes. Éstos últimos se han defendido, como debe ser, lo que ha valido a los "bravos guerreros nacionales" para victimizarse y continuar alimentando el odio nacionalista.

Una chispa ha provocado el incencio, pero el combustible que lo alimenta lleva tiempo vertiéndose. Lejos de reducirse al discurso de odio de la ultraderecha, es el producto de la lucha de clases en la fase superior del capitalismo.

La escalada interimperialista agudiza todas las contradicciones propias del capitalismo. La guerra y la miseria fruto de la dominación imperialista sobre los países dependientes intensifica las olas migratorias hacia las metrópolis. Aquí, la aristocracia obrera

ve reducida su participación en la explotación global como resultado de la austeridad belicista que el bloque otanista viene imponiendo a sus miembros estatales. Y si ya no estaba dispuesta a compartir sus migajas con los explotados extranjeros, menos aún ante el panorama bélico.

Así, esta clase, puntal de la dictadura de la burguesía, en aras de proteger sus prevendas, se mueve entre la asimilación de la mano de obra inmigrante para que cargue con la peor parte de la explotación y la militarización del Estado y sus fronteras.

Ambas soluciones igual de reaccionarias, racistas y nacionalistas, para nada opuestas, sino simultáneas y complementarias: son los mecanismos principales por los que el capital gestiona la movilidad de los esclavos asalariados según los caprichos de la anarquía de la producción.

La situación de vulnerabilidad de los obreros inmigrantes los lleva en muchos casos a la lumpenización. Por supuesto, el empirismo hegemónico en el movimiento obrero sólo ve en este hecho la confirmación de sus prejuicios racistas o aberraciones en lo que deberían ser

"buenos extranjeros", respetuosos del orden y la ley de la metrópoli, bien integrados en las civilizadas y democráticas costumbres de las potencias que los han obligado a abandonar sus hogares para vivir en los márgenes de la sociedad.

La vanguardia práctica del proletariado, educada en el corporativismo por el oportunismo obrero y cada vez más desencantada con él, es fácilmente movilizada por la crítica oportunista del oportunismo y encuadrada por el socialchovinismo y el fascismo.

Para el marxismo, la movilidad global de los obreros crea las condiciones para su unión en un movimiento revolucionario internacionalista, pero esta hermandad universal no es algo que pueda deducirse de la realidad inmediata, menos aún desde la caída del muro.

La ideología cominante es la ideología de la clase demoninante; la conciencia espontánea de toda la sociedad, y esta no hace más que azuzar la competencia entre los obreros, desde el interior de las fábricas hasta las trincheras, pasando por la división imperialista del trabajo.

La conciencia de la necesidad de la unión internacionalista para la solución revolucionaria a los problemas de las masas pasa por la transformación de su conciencia espontánea, porque éstas puedan asumir el lugar e intereses históricos, no inmediatos, del proletariado.

Y esto solo será posible si la vanguardia comunista lo hace posible, si ella misma aúna esfuerzos internacionalmente, ya en la reconstitución ideológica, por demostrar que la Revolución Proletaria Mundial sigue siendo el único camino para el progreso humano en el siglo XXI.

Este es el único marco de actuación disponible hoy para los comunistas. En ausencia de movimiento revolucionario, dar solución inmediata, reformista y parcial a los problemas de las masas significa defender los intereses de la AO, de la gran burguesía y de su Estado imperialista.

Sólo avanzar en el plan de reconstitución del Partido Comunista puede hacer tangible para los proletarios la única elección positiva por la que negar su condición de víctimas y explotados, independientemente de su origen, y afirmarse como verdugos de la sociedad de clases.

Es en la construcción de su movimiento revolucionario que nuestra clase va dotándose de las herramientas, incluida la movilización internacionalista contra el fascismo, con las que hacer frente a la ola reaccionaria que hoy amenaza a todos los explotados.

¡La lucha contra el imperialismo y el fascismo exige reconstituir el comunismo!

Tesis sobre el socialfascismo: reconstitucion.net/Documentos/LP_…