Thread by @KK_Rokossovski

La historia del ser humano es también la historia de la apropiación de su fuerza de trabajo por parte de otros. Comprender esta larga trayectoria es el primer paso para desmontar las cadenas invisibles que hoy se nos presentan como libertad.
Va hilo+

Durante más de 200.000 años, el ser humano vivió bajo un modo de producción comunal primitivo. No había clases sociales, ni propiedad privada sobre los medios de producción. El trabajo era esencialmente colectivo y estaba vinculado a la supervivencia.+

La caza, la recolección y las formas rudimentarias de horticultura eran suficientes para garantizar la vida. En estas sociedades igualitarias, la propiedad era común, los medios de subsistencia compartidos y las decisiones se tomaban en asamblea o, +

en función de la experiencia de los ancianos. El excedente, cuando existía, era mínimo, y su reparto seguía principios de reciprocidad, redistribución o don. No había posibilidad real de acumulación, y por tanto, no surgía una clase que pudiera vivir del trabajo ajeno.+

La relación del ser humano con la naturaleza era de interdependencia y no de dominación.
Sin embargo, con el desarrollo de la agricultura y la ganadería durante el Neolítico (hace unos 10.000 años) comienza una lenta pero radical transformación.+

Las comunidades humanas empezaron a asentarse, a producir excedentes de forma más constante y, con ello, a generar las condiciones materiales para que una minoría pudiera apropiarse de lo producido por la mayoría.+

Ya no todos los miembros del grupo eran necesarios para producir lo básico para sobrevivir, algunos empezaron a ser desplazados de los medios productivos. El trabajo colectivo comenzó a diferenciarse, especializarse y, lo más decisivo, a jerarquizarse.+

Aquí aparece el germen de las clases sociales y la división social del trabajo (entre quienes producían directamente (campesinos, artesanos, recolectores) y quienes comenzaban a organizar, administrar o apropiarse del excedente (jefes, sacerdotes, guerreros))... +

Y fue dando lugar a una estructura cada vez más desigual. El excedente ya no era redistribuido equitativamente, sino acumulado y gestionado por un grupo reducido que se autolegitimaba a través del mito, la religión o la guerra.+

En Mesopotamia, por ejemplo, los templos sumerios fueron las primeras instituciones que centralizaron la producción y distribución del excedente agrícola. Los sacerdotes, que dirigían estos templos, no sólo organizaban la producción, sino que también registraban, almacenaban y +

asignaban los productos. Así, el excedente dejó de ser comunitario para ser gestionado por una proto-burocracia religiosa, que lo usaba para sostener a una clase ociosa, formar ejércitos, levantar palacios y templos, y extender su control territorial.+

El control del excedente requería una base de coerción. Y aquí surge una transformación decisiva, la esclavitud. En un principio, muchas formas de trabajo forzado tenían carácter temporal o ritual, como la servidumbre por deudas.+

Sin embargo, a medida que las guerras por recursos aumentaron, los prisioneros de guerra comenzaron a ser utilizados como fuerza de trabajo permanente. En Egipto, el Imperio Antiguo consolidó esta práctica,+

organizando a miles de trabajadores bajo un sistema de control centralizado para construir templos, diques, almacenes y, claro, pirámides. Muchos de estos trabajadores eran esclavos, prisioneros de guerra o campesinos obligados a trabajar por impuestos impagados.+

La esclavitud, aunque no fue igual en cantidad ni forma, aparece como necesidad económica y política para organizar la extracción del excedente en sociedades donde la propiedad privada, el ejército y la ley ya están al servicio de una élite dominante.+

Este paso no fue uniforme ni automático. La transición del comunalismo primitivo a las sociedades de clases fue producto de siglos de transformación, conflictos y reajustes.+

En muchos casos, las antiguas formas comunales sobrevivieron parcialmente, incluso dentro de los nuevos estados esclavistas. Por eso Marx habla de "modos de producción híbridos", donde se mezclan elementos comunales, serviles y esclavistas.+

El paso a la esclavitud no fue simplemente una necesidad técnica, sino una necesidad política, una vez existía el excedente, había que asegurar su apropiación y eso requería instrumentos coercitivos +

(fuerza armada, leyes escritas, códigos religiosos, propiedad territorial hereditaria) que legitimaran el privilegio de clase.
Por ejemplo, el Código de Hammurabi (siglo XVIII a.e.) refleja claramente este nuevo orden social. La ley distingue entre libres, semilibres y esclavos,+

asigna castigos diferenciados según la clase, y protege explícitamente los derechos de los propietarios, legitimando jurídicamente la esclavitud y el castigo físico. La ley ya no es expresión del consenso comunal, sino del poder de clase.+

La esclavitud no nace de la maldad individual, sino de un desarrollo material concreto, la existencia de un excedente controlable y acumulable, y la necesidad de defenderlo con instituciones represivas.
Los templos, los ejércitos, las castas, los reyes y las leyes son productos +

de este salto histórico. El modo de producción esclavista no fue una invención ideológica, sino una respuesta concreta de una clase emergente para reproducir su control sobre el excedente.

Y así, el ser humano pasó de una sociedad sin clases ni propiedad privada a una donde unos hombres eran dueños del cuerpo y del trabajo de otros. Esta transformación no es simplemente un dato histórico: es el fundamento de todas las formas posteriores de explotación.+

La servidumbre feudal y el salario capitalista no son más que formas históricas diferentes de organizar la apropiación del trabajo ajeno. Por eso, conocer esta transición es conocer el origen del poder de clase y, por tanto, de su necesaria abolición.

Buen finde para todos ✊