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Esta historia termina con una foto. Esa es mi promesa y la base de esta historia. Entonces el juego es asĂ: si llegás al final, hay una foto, una foto nada casual, nada comĂşn; una foto que llegĂł de casualidad. #AbroHilo 👇🏻
HacĂa rato que no me tomaba vacaciones y la madre de mi hijo no conocĂa Bariloche. Simple, Âżno? Una semana antes del vuelo, empezamos a planear con garabatos en una libretita de cuero quĂ© Ăbamos a hacer cada dĂa.
Yo, con más aspiraciones que ella, habĂa plagado mi lado de la hoja con dibujitos de montañas, botes de rafting y kayaks. Pero de nuevo, eran aspiraciones, estaba claro desde el principio que no iba a poder hacer mucho de lo que tenĂa planeado. Pero Bariloche es Bariloche.
Papá no llora, aunque lo vi llorar varias veces. Papá no llora y a mĂ no me gusta el fĂştbol, aunque haya jugado varias veces. AsĂ funcionĂł siempre la dinámica entre nosotros y, por razones de fuerza mayor, asĂ deben funcionar por el resto de nuestros dĂas.
Hay cosas que son y tienen que ser asĂ. Un vecino borracho, de cuando todavĂa vivĂa en el barrio, decĂa que si a mĂ no me gustaba el fĂştbol estaba bien porque de esa forma el universo se mantenĂa en equilibrio.
DecĂa lo mismo de su adicciĂłn a la botella y de los lagrimales secos de papá. Como uno ya sabe, a veces el universo patea el tablero y hace que todo se vaya a la mierda, asĂ que a veces lloramos. O jugamos al fĂştbol. O empinamos el codo.
Solo para que conste en el acta, esto que estoy por contar todavĂa tiene su original en un pedazo de papel madera adentro de una caja, adentro de una habitaciĂłn sin usar en la casa de mi papá.
La historia no tiene nombre porque no lo necesita y, cada vez que la contĂ© en voz alta me referĂ a ella como “El incidente de Winnie The Pooh”, asĂ que, por conveniencia lingĂĽĂstica y falta de imaginaciĂłn para nombrarla de otra forma, vamos a llamarla asĂ.
Era diciembre, habĂa terminado el secundario, pero no mi etapa como fumador, asĂ que seguĂa animando fiestas. Era diciembre y tenĂa los ojos pintados con delineador y el pelo a lo Robert Smith. Era el hijo de Bob Patiño y un mapache.
"Ma, ¿te acordás de la almohadilla eléctrica?"
El auditorio estaba explotado. HabĂa gente sentada en los apoyabrazos de los asientos de otras personas. Gente amontonada en los escalones. Nadie sabĂa quiĂ©n era el de al lado.
El auditorio estaba explotado. HabĂa gente sentada en los apoyabrazos de los asientos de otras personas. Gente amontonada en los escalones. Nadie sabĂa quiĂ©n era el de al lado.
Lo Ăşnico que tenĂamos en comĂşn era que todos mirábamos en la misma direcciĂłn. HabĂamos ido por lo mismo, por un comentario en el diario que decĂa que habĂa quienes se desmayaban durante la lectura. Y uno va, uno va esperando no ser el desmayado.
Creo que asĂ funciona la vergĂĽenza, pero vamos igual. Siempre puede que uno se lleve una sorpresa.
Por lo general no voy a esos eventos.
Por lo general no voy a esos eventos.
Yo no sé cuánto saben de medicina, pero hoy les voy a contar del mejor diagnóstico médico jamás dado.
Mi viejo es de los tipos que van al médico cuando sienten que están en las últimas, pero bueno, a fuerza de convencimiento, logramos que se haga un chequeo.
Mi viejo es de los tipos que van al médico cuando sienten que están en las últimas, pero bueno, a fuerza de convencimiento, logramos que se haga un chequeo.
Un chequeo en realidad siempre son muchos chequeos. Que análisis de esto, de los otro. Que resonancia magnética, que próstata, que sangre de acá y electrocardiogramas.
No sé si les pasa, pero para una persona que no quiere ir al médico, lo peor que le puede pasar es ver a muchos.
No sé si les pasa, pero para una persona que no quiere ir al médico, lo peor que le puede pasar es ver a muchos.
El proceso tarda algunas semanas y bueno, le salen cosas bien, cosas mal. Las malas siempre relacionadas con el sobrepeso, triglicéridos y colesterol. La parte que viene sucede porque mi viejo no sabe todo eso y está esperando el resultado y el diagnóstico. El próximo paso.
Hoy por toda la movida de #PeakyBlinders grabando en Manchester, estuve subiendo fotos, pero a pesar del glamour, les quiero contar una historia sobre la otra cara la ciudad. Una nefasta. #AbroHilo
“Está todo mal con los trolos”. Eso dijo. Pero esperá. No te levantes de la silla enojado todavĂa. Esperá, necesito aclarar. “We aren’t OK with those fucking queers”. Eso dijo, pero no creo en las traducciones literales.
Tal vez fueron los ojos, habĂa una chispa, un odio, un algo que me llevĂł a traducirlo asĂ y contarlo hoy por este medio.
Está todo mal con los trolos. En Manchester está todo mal con los trolos. No podĂa quedarme con ese statement. Una opiniĂłn, una muestra de bronca.
Está todo mal con los trolos. En Manchester está todo mal con los trolos. No podĂa quedarme con ese statement. Una opiniĂłn, una muestra de bronca.
En la casa de un amigo habĂa una habitaciĂłn fuera de la casa principal. En la habitaciĂłn habĂa dos camas, un baño y un televisor. TambiĂ©n habĂa una tanga, una tanga limpia. SĂ, a veces hay que aclarar. En la casa de mi amigo habĂa una tanga y yo nunca me habĂa probado una tanga.
En la casa de mi amigo tambiĂ©n habĂa un espejo demasiado alto colgado de la pared. ÂżVen a dĂłnde voy? ÂżTodavĂa no? Será cuestiĂłn empezar por ahĂ.
No es un problema mĂo. Todos los hombres lo hacen. Bueno, no todos, pero la mayorĂa. Empiezan por esconderse el pito y los testĂculos entre las piernas y caminan. Siguen por meterse el slip o el boxer bien adentro de la raya del culo y caminan. Siempre caminan.
Vuelve la ficciĂłn a los #MartesDeHistorias! Hoy los dejo con Fuego (Parte I), la historia de tres amigos y el fuego. #AbroHilo.
Creo que los problemas empiezan cuando uno sabe demasiado. O no demasiado, pero más que los que están alrededor. El colegio. Los chicos del colegio. Como te imaginarás, no era de los populares. Nunca fui de los populares. Incluso hoy.
Pero hoy no importa porque yo dejé de importar. No voy a mentir. Nadie puede culparte cuando estás a punto de morirte.
Ahora sĂ! La versiĂłn escrita de lo que pasĂł en vivo para #MartesDeHistorias! Vuelo N°0048 (Parte II) y #AbroHilo
Samantha. Todo empieza con una mujer. Samantha me amaba. El problema era que aĂşn Ă©ramos muy jĂłvenes. "JĂłvenes y estĂşpidos", decĂa ella con el mate en la mano y todo el peso del cuerpo sobre el marco de la puerta de la cocina. Todos los dĂas.
El camisĂłn blanco o el camisĂłn rosado desteñido que parecĂa blanco. Todos los dĂas mientras le crecĂa la panza. Todos los dĂas, antes o despuĂ©s de viajar. Todos los dĂas antes de traer todo el dinero que podĂa juntar y cambiar la cuna por la cama y la cama por otra cama.
#AbroHilo para un #MartesDeHistorias heavy. Están avisados. Con ustedes, "Un Peluche Para Mi Hijo".
Me acuerdo como si fuese hoy, pero gracias al cielo esto no está pasando hoy. No habĂa empezado el verano, pero ya hacĂa calor.
Me acuerdo como si fuese hoy, pero gracias al cielo esto no está pasando hoy. No habĂa empezado el verano, pero ya hacĂa calor.
Cada vez que vuelve este clima a la ciudad me acuerdo y se me vienen algunas imágenes a la cabeza. Mi abuela, mamá, mi hermano. Ellos. Ella.
Ese dĂa estábamos en el hospital. Ella y yo. En la sala de espera, mi hermanito, mi mamá y mi abuela. Estaban preocupados.
Ese dĂa estábamos en el hospital. Ella y yo. En la sala de espera, mi hermanito, mi mamá y mi abuela. Estaban preocupados.
Les habĂa mandado un mensaje de texto pidiĂ©ndoles que viniesen urgente, que habĂa pasado algo con EstefanĂa, mi novia en ese momento.
#AbroHilo #MartesDeHistorias:
El mĂ©dico le dijo a mamá que yo tenĂa que esperar unos años, que luego iba a empezar a ser como una persona normal. Dijo “como una persona normal”. Eso querĂa decir que yo no era normal, y si lo decĂa un mĂ©dico, habĂa una razĂłn cientĂfica atrás.
El mĂ©dico le dijo a mamá que yo tenĂa que esperar unos años, que luego iba a empezar a ser como una persona normal. Dijo “como una persona normal”. Eso querĂa decir que yo no era normal, y si lo decĂa un mĂ©dico, habĂa una razĂłn cientĂfica atrás.
La oveja negra. El gordito de rulos. El estudioso. El que se pintaba los ojos. Y asĂ. Normal. QuĂ© es ser normal, me preguntaba. Papá no era normal. Papá era enorme, no tenĂa pelo y hablaba a los gritos. Mamá tenĂa la mano flojĂsima y perdĂa los estribos.
Eso puede ser cualquier cosa menos normal. Nadie era normal en casa, pero el que tenĂa que hacer terapia, segĂşn mamá, era yo. Ya me habĂan anotado y faltaban algunas semanas para la primera sesiĂłn. Normal.
