Existe en Venezuela, recientemente, la impresión según la cual "Del Buen Salvaje al Buen Revolucionario" de Carlos Rangel era un libro profético y semi-clandestino. Es decir, un libro anti-sistema.
Por un lado, es imposible negar que nuestra cultura político-económica podía catalogarse como de centro-izquierda desde al menos 1936...
La élite venezolana de las generaciones del '28 y del '36 se formaron cuando en Occidente el liberalismo sufría su mayor desprestigio...
Pero lo cierto es que los más lúcidos de esa generación -Betancourt y Caldera, y así sus partidos- no optaron por las ideas críticas al liberalismo aristocrático del XIX, aupntando desde sus ideologías hacia la democracia liberal...
Esto no era inevitable: han podido ser comunistas o fascistas. Pero no; se asumieron dentro del esquema nacional-popular latinoamericano, y el concierto de la democracia welfarista de la carta del Atlántico...
Y es ese esquema -desarrollo social y económico, junto con democracia representativa, y (siendo lo que somos)de reivindicación nacionalista- el que se corona con Puntofijo. Para algunos, esta herencia demócrata liberal, que implica un Estado social, es algo a denostar...
Para la izquierda marxista, esa es la falsa democracia burguesa, la dictadura de la clase dominante como herramienta astuta del imperialismo.
Para una crítica aristocrática esta democracia era populismo, demagogia, faccionalismo e ineficiencia. La crítica no era hacia el estatismo, sino a sus beneficiarios...
En todo caso, nuestra aparentemente exitosa y sólida democracia estaba siendo defendida por Rangel en su "Del Buen Salvaje...": es la democracia "aprista", como alternativa a las dictaduras de derechas del Cono Sur, y a la izquierda marxista.
El mensaje de "Del Buen Salvaje..." no está planteando una reforma del sistema democrático venezolano. Ni profetiza su destrucción. En 1975, eso parecía tan sólido que el libro trataba más bien del resto de América Latina.
En "Del Buen Salvaje..." casi no hay menciones a los sistemas económicos, salvo a las relaciones económicas con EEUU. Venezuela (que quizás en 1975 estaba en el apogeo del pseudo-betancourismo con esteroides de CAP1), no era objeto de mención importante.
Porque la democracia protagonizada por AD y Copei, con todos sus problemas, le era preferible a Rangel que las dictaduras.
(No encontraríamos en Rangel -o en Pérez Dupuy, o en Zuloaga- una equiparación de Marx con Keynes)
Sí hay prevenciones hacia las posibilidades de integración de la izquierda marxista en la democracia, lo cual era un tema candente entonces (y sin duda importantísimo a la luz de la historia)...
Pero para ver un nuevo liberalismo más nítido en Rangel recomiendo más bien su "Tercermundismo" y su antología póstuma "Marx y los Socialismos Reales".
En el primero, desarrolla la tesis sugerida en "Del Buen Salvaje" hacia un concepto más acabado: el tercermundismo como ideología dominante entre élites intelectuales, académicas, clericales (acaso como respuesta a la lectura de "Del Buen Salvaje")...
En el segundo, que recoge textos de opinión y ocasión, se le ve más pugnaz (especialmente contra Luis Herrera, pero esencialmente por lo que considera Rangel fueron sus excesos políticos... (otro día puedo comentar la contradicción de este análisis, pero eso es irrelevante ahora)
Sin duda, bastiones del pensamiento de izquierda la emprendieron contra Rangel en un ambiente de relativa holgura. Es verdad que especialmente en las facultades nacionales de cs. sociales (en menor medida en otras) un esquema de estudios marxista y estructuralista era notorio...
Pero no era inexpugnable ni uniforme, aunque sí era un ambiente más ñángara que el resto del país... (No hablaré de mi propia experiencia; yo estudié en la UCV a finales de los '90 e inicios de siglo; esto no es un concurso de anécdotas)...
¿Era Carlos Rangel un autor clandestino, anti-sistema? En efecto su primer gran libro quemado en la UCV, por un grupo sin duda vocal... No era ese tipo de manifestaciones algo infrecuente de los ñángaras más contumaces y fascinerosos... Que hoy gobiernan
Pero "Del Buen Salvaje..." no sólo fue publicado por una editorial del Estado venezolano, sino que gozó de numerosas reimpresiones, publicándose también sus otros libros (más directamente críticos de los problemas del sistema)...
También, Rangel aparecía cada mañana en una de las dos estaciones de TV más exitosas, en el programa de opinión política matinal más importante... Aún en momentos de relativa tirantez entre los medios y el Estado.
Y si uno ve los entrevistados escogidos, que eran bastante representativos del Status Quo, sí ve a unos miembros de una élite que dirige críticas no sólo al partido de turno, sino a su propio desempeño, con bastante franqueza...
Críticas hacia ese mismo estatismo que perturbaba al Rangel de los ochentas, y que reflejan también libros como "La Generación de Relevo v. El Estado Omnipotente" de Granier, "Más y Mejor Democracia" de Granier y Gil Yépez, y "El Caso Venezuela" (coordinado por Naím y Piñango)..
Por este mismo tiempo, editoriales públicas y particulares también publicaban críticas al sistema desde la izquierda (de manera más famosa Domingo Alberto Rangel, Moisés Moleiro, Pedro Duno... y de manera más extrema y menos notoria Núñez Tenorio, Kléber Ramírez...).
Imposible olvidar cómo el sistema fue asumiendo estas críticas y heterodoxias ante el estatismo, consolidándolas en los planteamientos de la COPRE, hacia una reforma de Puntofijo... Las carencias de esa reforma son otra historia.
(y hay que ver lo que opinaban los más jóvenes de AD y Copei por entonces: eran partidarios de la apertura, la descentralización, la racionalidad económica...)
Hay una narrativa histórica emergente, que lógicamente tiene un propósito político propio, que indica que estamos dominados por el estatismo desde hace siglos, y que el chavismo es apenas un fenómeno más. Cortar con el chavismo es cortar con toda esa historia.
Entiendo su origen y sus propósitos, pero no los comparto, claro. Digamos con Rangel en 1984 (ver la foto...)
¿Qué diría hoy Rangel? Presumo que le disgustaría el chavismo en su práctica y más aún en sus ideas. Pero como decía Hobbes, apelamos a los muertos sólo para criticar a los vivos.
Es bueno que hoy se nos invite a leer a Carlos Rangel, como hace @Neoadolfo, como uno de los importantes autores venezolanos contemporáneos, como Vallenilla, Adriani, Betancourt, Briceño-Iragorry, Petkoff...
El estudio de las ideas políticas y económicas en Venezuela refleja una riqueza que aún no hemos terminado de estudiar, y que la polarización presente a veces no nos permite leer bien.
(Intentamos hacer, con la pequeña antología "La Secunda República Liberal-Democrática, 1959-1998" una colección suficientemente representativa -incluye a Carlos Rangel-. Ya creo que el libro no se consigue, a mi pesar).
Pero hay que pensar al país de hoy y proyectar al país que queremos en el futuro. Otro día comentaré algunos libros en ese sentido, porque las ideas no se han acabado entre nosotros.
(Estoy claro en que ni Caldera ni Betancourt fueron liberales... Pero sí eran partidarios de un gobierno constitucional y limitado...)
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